Monday, February 11, 2019

AMATISTAS





Buenos días mi cielo.
Llueve después de varios días de intenso calor, inusual para ciertas regiones del país.
En nuestro amado sur han tenido que dar asueto a los empleados por la intensa ola de calor.
En la Provincia más austral del mundo no se utilizan los equipos de aire acondicionado.
En todas las estaciones del año, la temperatura mínima está por debajo de los cero grados.
No quiero que mis letras se transformen en un parte meteorológico.
Ayer recordaba uno de nuestros viajes locales.
¿Qué deseo expresar?
Refiero a aquellos en que no es necesario cruzar las fronteras de nuestro país.

Otro febrero, menos caluroso que el actual nos dirigimos al aeroparque metropolitano.
Por primera vez visitaríamos la magnificencia de las Cataratas del Iguazú.
Lugar encantado donde doscientos setenta y cinco saltos de agua, maravillan a los turistas.
Curiosos los vencejos (pájaros negros), espían a los visitantes.
Todos se preguntan ¿Cómo esas aves de plumas de brillante color azabache, viven y se multiplican entre las rocas, detrás de una cortina de agua?
Hospedados del lado argentino, la primera visita fue visitar caminos de tierra colorada.
No nos alejamos demasiado del hotel.
Los guías turísticos respetaron el supuesto cansancio de cada uno de los viajeros.
Tarde de piscina, donde una vez más, demostraste tu calidad de eximio nadador.
Cualidad innata.
Nunca fuiste a un profesor de natación.
¿En vidas anteriores, si es que ellas existen, habrás sido un bello delfín?
El atardecer misionero es espectacular.
No es necesario aguzar el oído para escuchar el sonido del agua cantándole a las piedras.
Cataratas, convertidas en las nuevas maravillas del mundo.
Recorreríamos el circuito días después.
Posterior al desayuno, una combi nos esperaba, a efectos de realizar la primera excursión.
Las “Ruinas de San Ignacio”.
Luego del almuerzo una mina de piedras semipreciosas en la localidad de Wanda.
Nunca creí reír tanto al ver tu cara de disgusto.
Los monumentos jesuíticos, eran demasiado viejos para vos.
Tu entendimiento se negaba a comprender que esas moles de ladrillos rojizos, alguna vez, habían sido testigos privilegiados de otras culturas.
No solo arrancaste mi sonrisa, sino al resto del pasaje que no dudó en otorgarte la razón.
Verdad a medias.
¿Si no fueran testimonio de otras vidas, estarían en el catálogo de los sitios a visitar de esa tierra bendecida?
Seguramente no.
Admiro tu capacidad para demostrar en los gestos aquello que no es de tu agrado.
Pese a ello, el territorio unánime fue fotografiado y filmado por tus manos maestras.
Algunos viajeros aprovecharon la sobremesa para comprar artesanías del sitio visitado.
Nos avisaron que en minutos saldríamos con destino a la mina de Wanda.
Nos pusimos a contar las subidas y bajadas de la cinta asfáltica.
Mi orgullo de mamá se exacerbó, al notar tu poder de comunicación con personas de cualquier sitio del orbe.
¡Qué placer!
Todos escuchaban tus valoraciones.
¿En circunstancias similares puede una madre no sentir que la punta de sus dedos roza el cielo?
¿Estás allí?
La azafata del transporte anunció que en pocos minutos llegaríamos a la mina a cielo abierto de Wanda.
Al descender del vehículo, nos entregaron un casco protector.
Ante tanta belleza natural tu rostro se transformó.
¿Por qué siempre sabés demostrar con tu bella mirada la satisfacción?
¿Comprendés mi gozo al verte así?
La mina a cielo abierto se descubrió hace cuarenta y tres años.
El basalto fradando la tierra a través de millones de años transcurridos desde la era terciaria, dejaron en las entrañas de la tierra colorada, piedras semipreciosas.
Tus ojos danzaban agradecidos.
Mi alma confortada teniéndote.
En esa mina a cielo abierto, prevalecen las amatistas,en primer lugar, topacios, jaspes, cuarzos, cristales de roca, hades y otras gemas semipreciosas.
Algunos las utilizan como piedras ornamentales, pese a su peso y costo.
La mayoría son utilizadas para joyería,
Tu mirada bailó de felicidad al saber que en el salón de exposición, podíamos adquirir gemas.
Las amatistas, de color violeta representan a mi signo zodiacal.
Las más puras son las que tienen facetas octogonales de color intenso.
¿Por qué te negaste en ese momento a que repusiera tus ahorros?
Recibí de ti amor incondicional dos amatistas y un topacio.
Con las primeras un joyero u orfebre confeccionó un anillo de oro amarillo con un colgante en forma de lágrima.
¿Serían presagio de todas las que derramé a partir de tu ausencia, tan ingrata como inesperada?
No lo sé.
El topacio de forma rectangular, pasó a ser otro anillo para el anular de mis manos.
Para vos elegiste un rubí.
Símbolo del fuego y la pasión.
Tiemblo al pensar que te fuiste con él. Colocado en tu anular yerto por la muerte que jamás debió ocurrir.
Como vos se diluyó ante el calor, no de Hefesto trabajando en la fragua, ni de Vulcano dios del fuego en la mitología romana. Viviendo en las entrañas del volcán Etna, con sus grito tan desgarradores como solitarios, como desgarradores cuando comienza a vomitar lava eterna.
¿Mi cielo adorado el calor consumió la luz de tu mirada?
¿Cómo se hace para sobrevivir a tu pedido de incineración?
¿Sabías que esta contradicción me acompañará hasta el último halito de existencia?
¿Hice bien?
¿Cuál es el motivo de tanto tormento?
¿Estás muy alejado de mí?
¿Nos reencontraremos al final?
¿Por qué la amargura de la soledad?
¿El tedio de la espera tiene justificación?
Tesoro de mi alma, te amo de una manera demencial.
¡Necesito estar con vos!
¿Es tan difícil de comprender que una madre precisa darle un beso a su hijo?
¡Solo uno, de la mochila que carga desde hace casi cuarenta y dos meses!
¿Hasta cuando no podré verte corporizado
para decirte de mi amor incondicional?
Te amo más que a nadie en el mundo.
No solo en el terrenal.
También más allá de la eternidad.
No olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=CxoEqfOceA4

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