Monday, August 25, 2008

SOY UN ÁRBOL




Mi tronco es rugoso.

Esta mañana observé que dos enamorados con un cincel tallaron su nombre para que perdure a través de los años.

Ella me robó una flor, graciosa la prendió en su larga cabellera, el inquieto cortó otras flores color naranja, para armar una corona, con ella adornaría la cabeza de su amada.

Vine de muy lejos, nací en Madagascar, me bautizaron con un nombre raro, no es necesario que lo memoricen igual se los digo, me llaman “Delonix Regia” no tengo muchas pretensiones, solo necesito para crecer el cariño de todos, también algunas gotas de lluvia se posarán sobre mis flores anaranjadas, otras sabiamente recorrerán mi cuerpo desnudo como el ébano para entrar a las raíces de la tierra, ese será mi alimento.

Estoy emplazado en la plaza principal de la Isla del Encanto, desde aquí escucho el rumor de las olas , puedo regalar mis flores a las parejas enamoradas.

Me gusta que los niños o ancianos descansen bajo mi sombra, bajo el arrullo de los pájaros que pueblan mi copa, en ellas hicieron nido las aves, por las mañanas me despiertan las gotas de rocío.

Sacudo mis ramas para que puedan beber los pajaritos que esperan el regreso de sus padres.

La brisa me mueve, bailo una danza desconocida, solo pueden verla los seres de corazón amplio.

Los obreros del municipio dicen que ocupo mucho espacio, van a trasplantarme al jardín de una casa, en ella viven dos ancianos mágicos, están solitos, sus hijos han partido en búsqueda de mejores horizontes.

No sé si adónde vayan encontrarán a mis hermanos, por las dudas me sacan fotos.

¿Cómo explicarles que no quiero ser una postal?.

Quiero seguir viviendo, que mis raíces perforen las entrañas de la tierra, soy feliz con poco, a todos les agradezco regalando mis flores anaranjadas, a ello le sumo el trinos de los pájaros que despertarán cuando el amanecer tiña de rosas y celestes el firmamento.

Por las noches me ilumina un destello de luna, hace que brille el color de mis flores, parecidas a las orquídeas.

Solo te pido que al lugar que me lleves lo hagas con cariño, devolveré tu gentileza obsequiándote mis flores naranjas.

Quiero seguir viviendo para alegrarte la vista, puedes fotografiar las sonrisas que nacen en mi panza, por dentro corre la sabia que me alimenta.

Quiero seguir creciendo, te pido me adoptes como compañía, sabré devolverte tu cariño.

Mira esa flor que está en la copa, esa que apenas abre sus pétalos a la vida, te la regalo, solo la cambio por un poco de amor a la naturaleza.

Aún siendo árbol, tengo sentimientos para compartir a lo largo de nuestra vida.

1 comment:

Viviana said...

Hermoso Agustina me encantó este relato, la postal la guardo, también me gusta.
Un gran abrazo,
Vivi