ROSAS EN LA OSCURIDAD

Desplazarse en la oscuridad no siempre tiene sentido.
Es necesario sortear obstáculos para llegar al objetivo buscado.
¿Conoce quien lee estas letras desordenadas que mi derrotero es solo uno?
Lo he expresado infinidad de veces.
Agradezco la comprensión de mis lectores.
¿Tesoro sabías que la vida es como un laberinto?
En diversas circunstancias no podemos divisar el horizonte.
Debo caminar en la oscuridad.
No es fácil.
No tengo miedo.
Solo estoy ansiosa ante la perspectiva de no poder encontrar aquello que busco.
¿Sabías que mi búsqueda siempre serás vos?
El camino es serpenteante.
Imposible visualizar la conformación del suelo.
No es lisa como una cerámica.
Tosco y rugoso, pareciera advertirme, me detenga.
No lo haré.
Cuando las dificultades se presentan, ciertos terrenales deseamos enfrentarlas para decirle al mundo que el amor de una madre hacia su hijo es invencible.
Comienzo a caminar por las tinieblas.
Siento un frío desconocido.
Si estuvieras a mi lado, dirías “Trajiste poco abrigo para circular por aquí”
Ignoraba que el clima sería tan desapacible.
Tropiezo por primera vez.
Como en la vida serán muchos más los obstáculos.
Apoyo mi mano en la pared.
Está húmeda.
La sensación es horrible.
No puedo definirla con palabras.
Es un desafío que deseo continuar.
Puedo utilizar ese muro que no alcanzo a ver, para no caer.
Con claridad escuchota voz.
Suplicás que no siga tanteando esa superficie.
Como siempre tu luminosidad acaba de divisar telarañas que trajo el tiempo.
Adivino que no es tu deseo encuentre a quien las tejió.
Respiro con cierta dificultad.
¿Será el famoso temor a lo desconocido?
Estoy acostumbrada a que el destino me muestre caras siniestras, ergo, continuaré.
El sendero no es recto.
Extiendo las manos par palpar aquello que antecede mis pasos.
Recorro con las manos la superficie.
Parece la entrada a una caverna.
¿Estás allí mi ángel guardián?
Sé que puedo contar con tu ayuda en caso de necesitarla.
Muchas veces me has levantado de lugares tan inciertos como tenebrosos.
Un haz de luz permite lea un cartel “Caverna de las almas”.
El silencio es conmovedor.
Continúo guiada por tus sentimientos.
Jamás transité un lugar así.
Quisiera expresar mis sentimientos.
No encuentro las palabras que puedan definirlos con exactitud.
Voces desconocidas, producen aturdimiento.
No puedo reconocer a ninguna de ellas.
En idioma conocido alcanzo a escuchar que ese es el sitio donde moran las almas, antes de ascender los nueve cielos mencionados por el magnífico poeta florentino Dante en su obra “La divina comedia”.
Tengo la certeza que no estoy inmersa en las hojas de una obra literaria.
Es la vida real.
Quiero sacar de mi mente el recuerdo del dios Vulcano cuando se refería al inframundo.
Jamás coincidí con él.
Aquí aflora el silencio y la paz.
¿Podrías llevarme al final del camino?
Ignoro cuanto he caminado.
Siento el sonido del despliegue de tus alas.
Como es costumbre, estás para prevenir una posible caída.
No te preocupes mi tesoro.
La vida o el destino no dudaron en asestarme otro golpe.
Llegamos al final de una senda.
La luz terrenal intenta enceguecer a quien camino durante mucho tiempo por la oscuridad.
Al salir encuentro varias hojas sobre el suelo.
Alcanzo a reconocer el titulo de algunos relatos de mi autoría.
Sobre los mismos, apoyada de manera transversal una bella rosa negra.
¿Es una señal?
No puedo aseverarlo.
Quiero agradecerte tu compañía y protección.
En estas horas las necesito un poco más.
De la misma manera que necesitaría pudiéramos fundirnos en la tibieza de un silencioso abrazo.
Mi tesoro, sigo esperando mi momento.
Deseo reencontrarme con vos.
Mientras el tiempo transcurre, reitero mi pedido diario, no olvides cuanto te quiere tu mamá.


https://www.youtube.com/watch?v=Kllz0Sl8cqU