Saturday, March 09, 2019

ALEGORÍAS




Mañana otoñal en pleno estío.
Si bien el verano se aleja anticipando el otoño, productor de hojas crujientes, al principio se extrañan los colores del verano.
Clima perfecto para caminar.
Como siempre sin rumbo definido.
¿Por qué ocurre esa circunstancia?
Desde tu partida mi mundo es gélido.
Interpreta la mañana de agosto en que la muerte te arranó sin pedir permiso de mi lado.
¿Cómo se hace para seguir el derrotero?
Sos conciente que lo he intentado con resultados inesperados.
¿A quien puedo reclamarle?
Nadie se hace cargo de sus propias falencias.
¿Es justo romper la armonía?
Como es de costumbre nunca serán respondido mis interrogantes.
¿Tienen temor para contestarle a una madre desgarrada por la muerte inesperada de su hijo?
¿Alguna vez comprenderán que te traje al mundo de los terrenales con el único propósito que vivieras, más allá de mi propia existencia?
¿Quién es el responsable de tanta torpeza?
¿Son seres parecidos a los humanos o simples entes que vagan vulnerando espacios ajenos?
Es terrorífica la impunidad de esos seres.
¿Revestirán la categoría de tales?
Confieso que temprano he recorrido in largo trayecto.
¿Cuál era mi destino?
Visitar por enésima vez un templo erigido en el fondo de una antigua estancia.
¿Por qué elegir, ese sitio, sin creer demasiado en la existencia de un Ser Superior?
Sin inhibiciones de ninguna estirpe puedo responder.
El pequeño templo está ubicado en el fondo de una residencia, campestre.
Lo han pintado de un color blanco inmaculado.
Luego de las tejuelas que alberga el campanario, una cruz intenta acariciar el cuelo.
¿Por quiénes, tañerán esas campanas de bronce?
¿Por los que se fueron a otras dimensiones o por los que seguimos con nuestra limitaciones habitando el inframundo?
Perséfone, deidad griega.
Nunca dudaste en afirmar que tu misión era llevarte el alma de los muertos para erradicar de ellos la memoria.

¿Has sabido que no concuerdo con ese pensamiento?
¿Me permitirías desarrollar mis argumentos?
En el mundo incierto no quedan los seres yacientes.
En ese espacio desconocido transitamos los terrenos, con nuestro bagaje inmerso en la tristeza?
¿Sería demasiado pedirte cambies tus paradigmas?
¿A que obedece mi petición?
Puedo explicarlo.
Si bien no conozco los caminos que llevan a la muerte, deduzco que en el mundo terreno vivimos los que hemos sufrido la mayor de las pérdidas.
Un hijo muerto no es motivo de una alegoría.
¿Sabías de estas circunstancias?
¿Alguna vez te consagraste como madre?
¿Podrías responder a uno de mis tantos cuestionamientos?
¿Por qué Mnémosine está empecinada en quitarles la memoria a los fallecidos?
¿Pudo escuchar las últimas palabras de mi hijo, antes de iniciar su sueño eterno?
Comenzó diciendo con voz calara y firme, sin que nadie hubiera preguntado el lugar de su residencia.
¿Conocen de mi intervención en ese instante?
Pregunté con quien vivía.
La voz clara como nunca, contesto “Con mi mamá”.
¿Es posible eliminar de la memoria semejante afirmación del amor más profundo existente en la tierra y en todo el Universo?
¿Pueden existir seres siniestros que soliciten olvide a mi hijo?
¡Cuánta ignorancia acumulada, en pocas personas?
De alguna manera debo denominarlos?
Verás mi vida, no quiero alejarme de la historia, expresando mis titubeos.
Antes de llegar a la capilla, existe un camino bordeado, de flores.
No tengo dudas que serían tu delicia.
¿Sabés qué llamó mi atención?
Un estanque de aguas cristalinas lindando con los floridos u aromáticos canteros conteniendo especies multicolores.
En casi todos esos recipientes de gran tamaño existen peces de diversos matices.
Signos de vida.
No es este caso.
En lugar de especies acuáticas, pude divisar, líneas de rostros.
Entre tantos conocidos y desconocidos, clamé por el tuyo.
La suerte no fue mi compañera.
Pese a esa aciaga circunstancia, reprimí la aparición de las primeras lágrimas.
¡Ansiaba verte en el espejo de agua quieta!
No pudo ser.
No terminaría allí esa caminata tan misteriosa como enigmática.
En determinado momento, pude escuchar a las flores aplaudiendo el tañer de las campanas.
¿Cómo lo hacían?
Uniendo sus pétalos fragantes?
¿Qué pude ver?
Divisé tu figura, en el campanario.
Para mi sonaban la música de las campanas de bronce.
¿Cuánto duró la magia?
Solo segundos.
Suficientes para pacificar mi alma.
¿Comprenderán esos entes ignotos que no es lo mismo pedir un manto de olvido que a diario sentirte en mi ser reviviendo?
¿Puedo spño9ctar me dejen en paz?
Han realizado todo aquello que se les ha ocurrido.
¿Pudieron vencerme?
No.
¿Cuál es el motivo de tanta necedad imperfecta?
¿Seguirán insistiendo por el camino equivocado?
¿No han percibido, jamás doblegarán mis sentimientos?
¿Por qué interfieren en el amor más puro existente en todo el universo?
¿Depondrán en algún instante sus actitudes nefastas?
Tesoro, no te preocupe.
No estoy triste.
Esta lucha con desconocidos, me otorga fortaleza.
Lejos de abatirme sostengo cada uno de mis pensamientos.
¡Más allá de la vida o la muerte, estás en cada momento de esta realidad impensada.
¿Hoy te he dicho cuánto te amo y extraño?
Gracias mi amoroso heredero por estar siempre alerta evitando que caiga.
La espera es tan monótona como tensa.
Esperame.
Llegaré.
Por favor nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=wtFHjr-xbzo

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