Thursday, March 28, 2019

EOLO





No es un día como los otros.
A esta hora hace cuarenta y tres meses faltaba menos para que la muerte te arrancara de mi lado.
¿Para siempre?
No.
Ella siempre ignoró que te llevo desde que te traje al mundo, en cada célula de mi ser.
No es casual que durante esta semana, previa al final inesperado haya elegido como motivo de estos contactos, los cuatro elementos por todos conocidos.
A la tierra, fuego y agua, faltaba adicionar el aire.
Por ello convoqué a ni memoria la figura mitológica de Eolo, el dios de los vientos.
En este caso puntual, mis musas trajeron en un instante al hijo de Poseidón del que ayer relatara su historia.
Hubo otros en la mitología de Grecia.
Algunos convivieron con éste.
Un ejemplo los hijos de Eos, ,madre de los cuatro vientos.
Eolo heredó de su padre, rasgos violentos.
Jamás dudó en ayudarlo para provocar turbulencias en las aguas, fieles testigos de muchas tragedias.
Poseidón tenía debilidad por este hijo.
Orgulloso de su descendencia, no dudó en bendecirlo con aptitudes o dones, deleznables para el ser human.
¿No es mejor inculcar a los hijos valores en lugar de supuestas cualidades?
¿No es más placentero escuchar la sonoridad de la risa de un hijo, que los gruñidos nacidos en el enojo?
¿Por qué lo traigo a mi memoria?
¿Para criticarlo?
Nada más lejos de ello.
En un día aciago preciso de su ayuda.
La imaginación será el transporte para atravesar un bosque soñado.
Tímidos los rayos de sol comienza a opacarse al escuchar cada vez más cerca los bramidos del viento.
¿Qué desea quitarles si a esta altura del año, muestran su desnudez. Desprovista de su vestido de hojas?
Luchas internas, impiden resuelva mis dilemas.
Eolo ha llegado.
No saluda.
Lo esperaba.
Con torpeza, sus pisadas, van quebrando la alfombra crujiente, ocre y dorada caída de los árboles.
La voz gutural asusta.
¿Qué más puede infundir temor a mi alma, más allá de tu propia muerte?
Con desgano comienza a interrogarme.
Reclama lo haya sacado de la Isla de Eolia, regalo de su padre.
Tendrá el tiempo que tienen los seres vivos para disfrutarla luego de escuchar mis plantes.
No pienso rogarle.
Efectuaré mi petición.
A su hosco ¿Para que me llamaste?. Responderé de manera efectiva que necesito deje de silbar tan fuerte.
Una bocanada de aire más fuerte que otras logra que una hoja, parecida a un pájaro con las alas desplegadas, caiga en estado de orfandad de manera imprecisa al suelo, poco fértil.
¿Tendrá sentimientos esta deidad?
¿Por qué a todo contesta bufando?
Si supiera el rechazo que produce ver su figura endemoniada hubiera regresado sobre sus pasos.
Eolo, ignoro si alguna vez has realizado algún favor.
No te temo, arriesgaré, solicitándote que invoques a la brisa suave para que eleve a ese espacio que la mayoría de los terrenales denomina cielo zarco, con el objetivo lleves a mi hijo amado todas las palabras que entiendo necesita volver a escuchar en la voz de quien lo trajo al mundo para que viviera.
Cumpliera con cada uno de sus proyectos.
Cristalizara los sueños y jamás la figura de la muerte se interpusiera entre nosotros.
¿Por qué sos tan hosco?
¿Acaso no naciste del vientre de una mujer, como fue tu madre?
¿A que se deben tus reacciones tan machistas?
¿Desconocés la igualdad de género imperante en el mundo moderno?
¿No llegan las noticias a la paradisíaca Isla de Eolia?
¿Qué pedís a cambio?
¿Los terrenales debemos rendirte honores?
¡Ni en sueño!
Al bajar a la tierra sabías que serías uno más entre los mortales.
¿Podemos abreviar los trámites?
¿Podrás brindarme la ayuda requerida?
Deseo mi hijo vuelva a oír las palabras más tiernas nacidas en el alma desgarrada de una madre que no duda en llorarlo cada mañana.
Acariciar su cabeza, intentando leer sus pensamientos.
Sumergirme otra vez en la profundidad de su mirada como en el ayer.
Depositar el más dulce de los besos en su mejilla.
Abrazarlo.
Musitar en voz baja la inmensidad de mi cariño.
Solo él consiguió consagrarme como una mujer con todas las letras.
Es necesario sepa mi anhelo de volver a sonreír.
Es triste solo poder esbozar la mueca de una sonrisa.
Eolo vos que definís al viento, ¿Podrías despejar alguna de mis vacilaciones?
¿Existe el cielo o solo es parte de tu esencia, el aire?
¿Otros mundos, planos o dimensiones?
¿Cuándo dejaste la vida mitológica pasaste por la etapa de la muerte inesperada?
¿Has podido despedir a tus mayores?
¿Por qué en territorio de Gea todo se desnaturaliza?
¿Es justo que una mamá tenga que despedir los restos de su hijo?
¿En que sitio queda lo físico cuando se da paso a las cenizas?
¿Podrías describirlas?
Tuve la urna con aquellas durante treinta y nueve días y sus noches.
Jamás se me hubiera ocurrido abrir el cofre de madera noble?
¿Me habría perdonado vulnerar su esencia?
¿En que lugar se encuentra el alma de los muertos?
¿Cabe esa posibilidad o solo es un mito más?
¿A qué se debe, soportar este martirio inmanejable?
Tesoro de mi alma ¿Qué palabras utilizar para decirte cuanto te amo y extraño?
Como siameses inseparables, continuaremos juntos en esta realidad insostenible.
¿Hasta cuando deberé seguir esperando el reencuentro?
¿Podrás reconocerme?
¿Estás muy lejos?
Hoy más que nunca reitero mi petición, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=D0pT3mOCw0w

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