ESPEJISMOS

Las luces de la alborada en esta época del año demoran en aparecer.
Los días luminosos son más cortos, especialmente en los lugares serranos, donde las altas cúspides vestidas con mantos de hielo eterno, ocultan por varias horas la luz solar.
Estoy en una de las provincias más bellas del interior de nuestro país.
¿Podés imaginar cuál es?
Mi cielo, justamente estoy visitándola.
Añorando las veces que lo hicimos juntos.
¿Esas jornadas no regresarán nunca más?
¿Por qué sigo soñando con verte una vez más y para siempre?
En pleno otoño cuando las mañanas deberían ser más frescas, el clima nos regala, amaneceres primaverales.
Cuando no puedo conciliar el sueño, lejos de sentir mal humor, elijo caminar.
Afuera sigue reinando la noche.
Los turistas alojados en esta posada donde las montañas con sus puntas afiladas parecieran acariciar el cielo, continuarán su descanso.
Enciendo el televisor para consultar la hora.
Si bien estamos transitando la mañana, aún es de noche por las razones que explicara.
Necesito respirar el aire puro de este enclave encantador.
¿Hacia dónde dirigiré mis pasos?
Al puente de los sueños.
Cruza un río de aguas plateadas como la cara de la luna cuando se cuelga del firmamento exhibiendo todo su esplendor.
Desde las alturas parece una cinta.
Sinuosa como si hubiera sido desplazada por la fuerza del viento.
Los ríos ubicados en las laderas de altas cumbres son así.
Si bien el puente que estoy a punto de atravesar, es colgante, no tiene movimiento como aquel del centro del país.
Evoco tus travesuras y es imposible dejar de esbozar una sonrisa.
A diferencia del otro, este posee, barandas de hierro.
Las rejas cuentan con protección.
¿Será para desanimar a potenciales suicidas?
Actitud que no juzgaré, nunca llegué a comprenderla en su total dimensión.
Las tablas del piso del puente no tienen separación entre sí.
Es un puente seguro.
¿Podría dimensionar su extensión?
No.
A esta hora no hay nadie cruzándolo.
Puedo detenerme en cualquier tramo del trayecto para observar el generoso cúmulo de estrellas.
¿Por qué en espacios abiertos se visualizan hasta las más pequeñas?
¿En qué constelación descansa tu alma?
¿Tu esencia existe entre ellas o solo es una ilusión?
Camino, sin dejar de admirar el panorama celestial.
¿Podés contemplarlo, desde algún lugar?
¿Estás en alguna parte o solo ese pensamiento se corresponde con la fantasía y necesidad de encontrarte un segundo?
¿A que se debe que ese tiempo nunca se concrete?
¿Ocurrirá, en alguna ocasión cristalizar la utopía de darte un beso?
A mitad del puente, observo dos figuras.
Parecieran conversar.
¿Una de ellas sos vos?
El aire se enrarece.
Las estrellas comienzan a apagarse.
Falta para la salida del sol.
Seguiré dando pasos.
Poco importa el peso que tenga en las piernas.
Siento inquietud.
¿Por qué no puedo seguir la caminata?
Respiro con dificultad.
Necesito llegar hasta donde se encuentran las figuras.
Es prioridad saber si una de ellas sos vos.
¡Te quiero tanto!
Sigo caminando con cierta dificultad.
Nada podrá detenerme.
Las lágrimas ruedan por el rostro.
Instante fatal.
Las figuras del puente se desvanecen.
¿Otra vez los espejismos me toman como prisionera?
Despierto aturdida, en la habitación de la posada en que me alojo.
No he cruzado el puente.
¿Cuándo podré verte?
¿Quién tiene la autoría de este sueño siniestro?
¿No saben que mi hijo es la razón de esta existencia incomprensible?
¿Cuándo cesará la tortura?
Tesoro, sabés que te amo de una forma difícil de cuantificar.
Por favor nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

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