Monday, July 08, 2019

ETERNAMENTE CAUTIVA



En pocos minutos abordaremos el ferry que nos llevará, al centro de la bahía de San Francisco ubicada en la costa oeste del las azules aguas del Océano Pacífico.
Pleno verano en el hemisferio norte, con temperaturas asfixiantes.
Superan los cuarenta grados.
Navegando no se siente.
Atrás ha quedado la intensidad del tráfico citadino.
Observamos desde la embarcación, otras de pequeño porte.
Los veleros con su colorido, se recortan en el paisaje.
Pronto aparecerán surcando el cielo las gaviotas.
Pájaros en bandada que acompañar la parte final del paseo.
El destino es conocer un lugar histórico.
Durante veintinueve años funcionó como cárcel.
Allí se alojaron los criminales más conocidos.
No te preocupes amor de mi alma, solo mencionaré a Al Capone, pues deseo contarte mi experiencia en ese lugar tan singular.
Todos los turistas comienzan a sacar fotos.
Primero del faro y luego del edificio de una planta que es el motivo central de esta visita.
La azafata del navío da daros interesantes.
Conoceremos que luego del cierre total dispuesto por el fiscal general Robert Kennedy en 1963 por el gran costo para mantenerla, el predio fue ocupado por nativos americanos indígenas.
Durante la visita, esa joven de tez morena, será quien aporte sus conocimientos sobre la cárcel de Alcatraz.
Si anteriormente no hubiera sido una prisión, podría afiirmar que el lugar tiene gran belleza.
El edificio se recorta sobre el mar.
No es posible observarlo en su totalidad, ya que San Francisco se caracteriza por las brumas permanentes.
Ello hace que su efecto logre que la edificación, se asemeje a una postal ilustrando un cuento donde los protagonistas son sus habitantes.
Las rejas de las celdas alguna vez fueron blancas.
El paso del tiempo ha dejado sus marcas.
Los barrotes están descarados.
Es fácil abrir los pasadores.
Algunos emiten un sonido extraño.
Las cerraduras no están.
Tampoco hacen falta en un enclave convertido en museo.
La celda que alojó a cinco presidiarios fiamos que protagonizaron la fuga que dio origen a series y películas de la década del ochenta, se mantienen igual que en aquel momento.
Los detenidos para que no se vieran los huecos, hicieron paredes de cartón corrugado.
Los ruidos del golpe en las paredes, no eran escuchado por quienes debían mantenerlos privados de su libertad, pues aprovechaban las clases de música para trabajar.
El fuelle de un acordeón lloraba sus lágrimas, mientras aquellos destruían las paredes para poder irse.
Uno de los detenidos, juntaba cabello en la peluquería.
Sería usado para pegarlo en los muñecos que reemplazarían a los detenidos.
Con impermeables construyeron una balsa.
En la isla Ángel encontraron vestigios de sus pasos.
Creyeron habían muerto en las heladas aguas del Pacífico.
Nunca pudieron encontrarlos.
Me alejo del grupo, necesito pensarte en ese espacio tan extraño.
Lo hago a diario.
Igual a quienes emprendieron la huída, me siento eternamente cautiva de tus recuerdos.
Jamás podré convocar al olvido.
Tampoco aparecerá el consuelo.
Es demasiado inmensa la pérdida.
Debo confesar que al ser un lugar con historia debería haberse preservado un poco más.
Escucho desde la soledad de uno de los pasillos el murmullo de las voces de los visitantes asombrados ante mil historias.
¿Existirá algún pintor capaz de retratar la transparencia de mis lágrimas, vistiendo con cristales los pétalos de una rosa blanca?
En los sitios de cautiverio donde parece que el tiempo se ha detenido, imagino se puede invertir el mismo aprendiendo.
Artes, carreras universitarias, oficios.
No sé algo para sentirse útiles.
Salgo en dirección a la entrada del edificio.
Espero termine la visita para emprender el regreso.
Sentada en los jardines que hoy rodean a la prisión de Alcatraz, puedo escuchar con nitidez un quejido.
¿Quién está llorando?
No creo equivocarme.
Es el clásico sonido de un sollozo.
¿Quién se lamenta en esto que ahora es un museo?
¿Será un alma sin rumbo?
¿Qué impidió pudiera elevarse al cielo?
¿Es posible que ese cielo no exista?
¿Por qué el llanto tardío?
¿Habrá quedado la esencia de quien derrama lágrimas sobre el cemento, eternamente cautiva?
¿Cómo yo, tendrá un hijo sin vida?
¿Cuándo comprenderán que los hijos no deben morir?
Quiero llegar al hotel cuanto antes.
No porque extrañe el ruido de la ciudad.
Es feo visitar un lugar que alojó a criminales peligrosos.
Enturbia el alma.
Mañana se transitará el famoso puente de San Francisco.
No haré esa excursión.
En ocasiones me pregunto para qué viajo, cuando no deseo estar con nadie.
A casi cuatro años de tu ausencia, no estoy capacitada para compartir mi dolor con nadie.
Ha llegado, por fin el día de regreso.
Como en todos los aeropuertos, el bullicio aturde.
No obstante, será incapaz de perturbar mis pensamientos.
Mi pasaje dice que volaré del lado de la ventanilla.
Una combi de color blanca, tiene el nombre de la aerolínea.
Nos transportará, hasta la escalerilla.
El rugir de las turbinas aleja los pájaros.
Odio colocarme el cinturón de seguridad.
Estoy solo, atada a tu recuerdo.
Cuando el avión tome altura, me sentiré nuevamente libre.
Las nubes tienen distintas formas.
Como es habitual busco tu imagen recortada en cualquiera de ellas.
¿Cuándo veré nuevamente tu sonrisa?
¿Hoy te dije cuanto te amo?
¿Por qué sigo viva cuando mis deseos son totalmente opuestos?
¿Qué más hace falta expresar para que entiendan no es mi deseo estar en suelo terreno?
¿Hasta cuando estaré prisionera de este delirio?
Es preciso te encuentre.
Mi prioridad es poder, darte un beso.
Acariciarte.
Poder abrazarte.
Parece que no es posible.
Nadie conoce la fecha de mi vencimiento.
¿Podrías esperarme?
¿Me reconocerás?
¿En el lugar que estás, sigue el cariño?
¿Qué es verdad?
¿Qué corresponde al mundo de las entelequias?
En pocas horas estaré en mi refugio.
La sucursal de Alcatraz.
Las puertas carecen de pasadores y barrotes.
Pese a ello están en esta memoria loca que a diario cuenta los días que estamos separados.
¿Qué idioma utilizar para expresarme y contar a quienes leen, comprendan lo difícil que es perder a un hijo?
Quizás estén cansados de mis relatos.
Les pido disculpas si ello ocurre.
Desde que no está, mis letras tienen un único dueño.
Mi hijo.
Con él establezco estos enlaces que me permiten estar aún más cerca.
Espero que cada símbolo representado en las letras, pueda llevarle este amor inconmensurable.
Tesoro, sabés que te amor, por ello nunca dejo de reiterar mi pedido, no olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=sinn6WKU6Dk

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