Thursday, October 31, 2019

DOS VIENTOS MORAN, AHÍ




Buenos días mi cielo adorado.
Último día de octubre, Un mes en el que hace años conocí el sentido de la felicidad.
Hoy ausente por designios del destino.
Me ha mostrado sin pudor la peor cara de la adversidad.
No intentaré jamás emular al Ave Fénix renaciendo de las cenizas del pasado.
¿Para qué?
Carece de sentido si no estás.
Estas tardes donde el clima no se presenta tan tórrido, los utilizo para caminar sin derrotero definido.
Estar cerca del l Río de la Plata me lleva a mundos desconocidos, por mí,
Seguramente desde las alturas habrás podido divisar ese pequeño islote que está a pocos minutos de lancha,
Es un promontorio de rocas, pocos saben qué más se puede encontrar en su interior.
A la hora que salí, suele haber una joven acercando hasta ese espacio a personas tan curiosas como yo.
Por otras personas conocía, no es de su agrado dar información sobre su persona.
Ergo, no pregunté su nombre.
Es una bella mujer con la mirada un poco triste.
Los cabellos dorados brillan casi tanto como el sol.
Cuando arribamos al islote pregunté el valor del viaje.
Respondió “A voluntad”.
Pasaría por mí en una hora.
Tiempo suficiente para conocer el lugar.
En apariencias el islote no está habitado por ningún terrenal.
No tiene especies arbóreas visibles.
Algo, en mi interior me pedía siguiera caminando.
Enorme fue mi sorpresa al encontrar en una hondonada una construcción típica de una isla.
Antes de llegar a la puerta de la vivienda un camino de flores multicolores.
El agua del río es dulce, allí comprendí el sentido de una acequia.
No solo sirve para el riego de la inmensa variedad de coloridas flores, sino que filtrada es apta para el consumo humano.
Las ventanas del frente estaban abiertas.
Acercándome pude mirar el interior.
Una casa sin mobiliario.
Solo almohadones multicolores dispuestos de manera estratégica.
Mis pasos se dirigieron al contrafrente de la vivienda.
No se parecía en nada al frente plagado de hortensias, especies típicas de una isla.
No precisan demasiado cuidado solo abundante cantidad de riego.
Una vara de hortensias no dice nada.
Encontrarlas mezcladas en la gama de tonos que tienen es una caricia para la vista.
¿Quién o quienes residirán allí?
El motor de la lancha indicó que mi tiempo había concluido.
¿Por qué todo estaba calculado de manera perfecta?
¿Conocería alguna vez las respuestas a tantos interrogantes?
Quien timoneaba la pequeña nave no era la mujer de cabellos dorados.
Un hombre del que no podúa calcular su edad me pidio que subiera.
Me dejaría en el punto exacto del que había partido una hora atrás.
Un señor muy locuaz.
No necesité preguntarle nada.
No tardó en contar que la joven había emprendido su viaje diario al cielo.
Agregando que en la casa de la isla vivían dos hijos de ellas.
Bóreas y Australo.
Imposible dar de la información.
Ese era el nombre de dos hijos de Eos, madre de los cuatro vientos y el infortunado Rocío.
Bóreas representa al viento del hemisferio norte, su hermano Australo el sur.
Comente que la casa parecía deshabitada.
Paso a decir “No es una casa abandonada, basta con ver el jardín antecediendo a la entrada.
Las ventanas siempre permanecen, abiertas.
Los almohadones son utilizados por los hermanos cuando vienen cada seis meses para descansar.
Bóreas el viento tibio, aparece en estas latitudes en los meses de primavera y verano.
Australo está en otoño e invierno.
No necesité preguntar quien se ocupaba de mantener, el aseo impecable de la casa.
Supe que allí vivía el alma de los vientos.
Era la encargada de mantener el orden y pulcritud.
Única oportunidad de los hermanos de encontrarse con “El Eocío” quien había sido asesinado”.
El hombre no mentía.
Los datos estaban cargados de veracidad.
Al preguntarle su nombre, prefirió guardar e l secreto.
El pago del traslado también fue voluntario.
Comencé a caminar por la playa.
No podía salir de mi estado de asombro.
Una pequeña que estaba con sus padres dedicados a la pesca en el muelle, me preguntó con una sonrisa irresistible si tenía un caramelo.
Busqué en mi bolso.
Con soltura me invitó a sentarme en una de las pocas piedras que hay en la playa.
¿Venís de la casa del alma del viento?
Fue la primera pregunta que disparó con total inocencia.
Sin esperar la respuesta me dijo que la lancha la conducía una diosa de Grecia que venían a encontrarse con sus hijos.
De vuelta viniste con el viejo Procis, tampoco es de acá.
Quitó la envoltura del caramelo y se fue.
Apuré el paso.
Solo en la red podía encontrar información sobre esa casa.
La isla se erigió sobre las aguas de manera natural.
Es propiedad de dos vientos.
El norte y sur.
Eos para ver a su hijo fallecido decidió visitarlo en lancha lo mismo que su esposo Procis.
Conocen las costumbres de sus hijos.
En la casa de manera permanente habitan sus almas.
Almas del viento.
Siempre esperan la visita de su hermano.
Comprenden como sus padres que nunca lo verán corporizado, por ello cuando deben viajar a otro hemisferio dejan su alma para el momento que “El Rocío” aparezca.
Esa teoría o mito, abrió una ventana de esperanza e ilusión.
Pensaba caminar por la vera del río.
Nunca imaginé la existencia de esa isla.
Desde tu ausencia nada es casual.
No he perdido la capacidad de razonar.
Ansío con toda mi energía, puedas aparecer en algún enclave.
Reconoceré tu alma, aún cuando nadie intuya estás en algún lugar.
Te percibo a diario, de mil maneras diferentes.
Me gustaría poder darte un beso.
¿Reciben besos las almas?
Extraño no poder acariciarte.
Escuchar tu voz o los silencios que solo una mamá puede interpretar.
Extraño el calor y ternura de tu mirada, derramabas amor.
¿A quien debería pedirle, regreses por unos segundos?
¿Estos entes no han tomado nota de mi desesperación?
¿Comprenden, sin tu presencia estoy en absoluto estado de desamparo?
¿Cuándo podremos encontrarnos para no separarnos nunca más?
Incomprensible me retengan en suelo terrenal.
Ellos saben que no debo cumplir ninguna misión.
Nada debo hacer en suelo hostil.
Mi espacio esta junto al ser que más amo en la vida, en esta y otras, si existe esa probabilidad.
Tesoro de mis entrañas.
¿Faltará mucho para ese día tantas veces soñado?
Mientras espero te pido, no olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=KhcTYg0NJlg

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