Monday, August 01, 2011

ÚLTIMO PENSAMIENTO




Daría mi vida por volver a la otra orilla del mundo y encontrarte.
Escuchar otra vez las palabras que nacen cuando hay un gran amor, sentir nuevamente que soy una parte de tu vida, me sueñas, te sueño.
Como antes, que te levantas pensando en nosotros, elaborando cada uno de nuestros proyectos.
Diseñando la casa que los albergará.
Entre los dos hubiéramos podido comprar cada detalle que la transformara en un nido de amor confortable.
Grande, con espacios para los niños, pequeños que colmarían de dicha nuestras vidas ,buscándoles nombres a los hijos que jamás nacerían.
Con un salón espacioso, en una esquina el hogar de leños.
Ventanales amplios que al descorrer las cortinas nos permitiera observar la salida del sol, suave emergiendo de las aguas, mirando como rápidamente se eleva al universo.
Emocionarnos con los colores del crepúsculo.
Pedir a cada estrella que encendiera el cielo un único y reiterado deseo, estar juntos.
Es tan grande el amor que caminaría hasta cansarme, porque sé que otra vez estarías en la orilla del mar esperándome.
Correría a tus brazos para sentirme protegida, desaparecerían mis miedos con cada uno de tus besos, con tus caricias mágicamente borrarías mis dudas.
En la inmensidad de la playa nos entregaríamos en cuerpo y alma.
Nada puedo hacer cuando la realidad me dice, que soy la única responsable de tu partida.
Fui egoísta, te quería solo para mí al punto de desear esconderte dentro mi de ser y que nadie supiera que existías.
Los celos me pertubaron.
Los recuerdos se aglutinan en mi alma.
Te recuerdo en el atelier.
En la tela blanca esbozabas el perfil de una mujer.
Las lágrimas impidieron que notara era el mío.
No quise escucharte.
Saqué el revolver de mi bolso, vacié el cargador.
Allí donde estés te pido una vez más perdón.
Han pasado años, no puedo ni quiero contarlos.
Traje a la celda que ocupo algunas de tus pinturas.
Mañana se celebrará el juicio.
Desistí de los renombrados abogados que quisieron representarme, no quise que perdieran tiempo.
No quiero que digan que maté bajo los efectos de una emoción violenta, eso atenuaría la pena.
¿Para qué quiero la libertad si no estás?
La celadora me presta un trajecito gris, una de mis compañeras trata de maquillar el dolor que tengo.
Recorro el pasillo de la cárcel, tiene sesenta y cuatro baldosas blancas y negras.
Estamos llegando al juzgado.
Los flashes me ciegan por un instante.
Al llegar a la sala donde escucharé la condena, me liberan las manos.
Observo a las oficiales que me custodian, con rápidez le quito el arma a una de ellas..
Antes de suicidarme mi último pensamiento será para vos.
Estoy segura que en el momento de reencontrarnos, sabré lograr tu perdón.

http://www.youtube.com/watch?v=6Fz2B1PVR…

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