EL REFUGIO SOÑADO

El grupo de amigos celebrará las fiestas de carnaval en una ciudad de Brasil.
Desde algún lugar remoto todos coincidieron en encontrarse en una playa del Nordeste brasilero.
Los primeros viajeros arribarán en las primeras horas del día, se ocuparán de chequear los departamentos previamente alquilados, nada debe faltar.
Vic y Javier adquirirán flores y frutos idénticos para ornamentar cada sitio.
Mariel alquilará una combi que les permitirá trasladarse por la ciudad, con el chofer irán al aeropuerto con el propósito de esperar los distintos vuelos.
Reunidos programarán las actividades de cada día.
Brindarán por estar juntos y celebrar el día del amor y la amistad..
Dedicarán largas horas a dorar sus cuerpos al sol.
El océano de aguas tan azules como límpidas refrescará las pieles ardientes.
Saciarán la sed bebiendo jugos de frutas, con gracia sostendrán en sus manos recipientes formados con los frutos originales.
Cada uno es preparado en el bar de la playa.
Ernesto es el dueño, hace años que vive allí.
Dejó la gran ciudad para establecerse lejos de un gran amor que la vida decidió extinguir.
Obtuvo una concesión en la playa de Iracema, la idea era instalar un bar para los turistas, al principio no tenía nombre.
La intención era remodelarlo de manera tal que fuera un ícono del lugar.
Tres largos años le llevó dejarlo como quería.
Utilizó pisos de acrílico para que se pudiera observar un acuario subterráneo.
Peces multicolores nadaban con placer, plantas acuáticas y piedras de la zona completaban el diseño.
El grupo de amigos mientras tanto disfrutaba de un clima espectacular, al atardecer la consigna era vestirse de blanco con el fin de recorrer la moderna ciudad.
No dejaron espacio sin visitar.
Escucharon misa en la Catedral Metropolitana, agradecieron poder compartir.
En pocos días cada uno debería regresar a su país de origen.
La despedida se llevaría a cabo en el bar sin nombre.
Noche mágica, noche misteriosa que traería amor a los que estaban solos, reforzaría aún más los sentimientos de las parejas conformadas.
Todos vistieron de blanco, solo las flores cortaban el prístino color.
Ernesto les preparó exquisiteces de la zona, la pista estaba preparada para danzar.
Mariel observaba desde una mesa a sus amigos del alma, acompañaba la música cantando con voz angelical.
El dueño del bar se acercó con dos copas de champaña, conversaron hasta que las luces del alba sorprendieron a la pareja.
No tardarían en consumar un amor a primera vista, intenso como la eternidad.
Desde ese instante el bar se conoce como “El refugio soñado”
Mariel y Ernesto esperan que la historia se repita en todos aquellos seres que se hallan en la búsqueda del amor.

http://www.youtube.com/watch?v=I80Nz124E…