Me acostumbré a la soledad que no quise buscar.
Estoy seguro que vino acompañada de la soberbia que cual animal hambriento me sujetó en sus fauces.
No tengo edad.
Podría decir que soy un hombre anciano, viví apurado, los golpes recibidos lejos de aplacar mi ánimo avivaron mi ignorancia.
Ignorancia que no mido a nivel intelectual sino que tomo como parámetro todo lo que perdí.
Me creí sabio y perspicaz.
Adulé, sin cesar.
Mil máscaras utilicé para creer que conseguía mis objetivos.
Nada de eso logré, recibí el cachetazo de la realidad.
Reconozco que soy un hombre débil, inquieto.
Quise ser más que parecer.
Las tinieblas me abruman.
El miedo se transforma en cadenas.
Intento salir, tropiezo y me levanto más de una vez.
Ayúdame a encontrar la salida, no quiero vivir, si el futuro es así.
Tal vez me puedas decir la manera de pedir perdón a todas las personas que dañé.
No puedo, no debo cambiar, nadie debe saber que me equivoqué.
El psiquiatra llama a la enfermera, reforzará la dosis de tranquilizantes.
Laxo en la camilla, el rostro adquiere palidez.
Las sombras de la muerte vinieron por él.
http://www.youtube.com/watch?v=HhW_GIQEm…
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