Friday, September 30, 2016

UN LIBRO CON FINAL INESPERADO




Mi vida cuando naciste alguien que jugaba con las letras decidió llevar un libro.
En cada página contaría tu corta historia.
La brevedad de la muerte prematura quiso que así fuera .
Tu libro tendría el final menos esperado.
Como tos los ejepalres el tuyo, ese que me permitiría reflejar tu vida se fue colmando de letras a medida que crecías.
Recuerdo como si fuera ayer que lo hice encuandernar en cuero color marfil, las letras que señalaban el título llevaban tu nombre en fina caligrafía de color dorado.
Me preguntaron si quería agregar un detalle opté por un pimpollo de rosas sin saber que en el futuro cercano serían las flores de ti preferencia siempre que no se cortaran del rosal, pues decía que lucían mejor en el lugar que habían nacido se veían con más vidas que contenidas en un florero.
Viniste al mundo en un día donde el cielo se vistió con sus mejores galas, diáfano iluminado por el sol que siempre fuiste y serás para mí.
Con la ayuda de una brisa suave logró que ninguna nube opacara su color.
Eñ mejor día de mi vida.
Cuando los médicos que ayudaron tu llegada al mundo te apoyaron en mi pecho no pude evitar derramar lágrimas de emoión.
Eras hermoso, grande para el peso y la talla de un bebé.
Lo primero que hice fue cintar los dedos de tus manitos blancas como la nueve que conoceríamos después.
Tus ojitos enormes miraban ese nuevo mundo, enormes derramaban luz, la misma que tuviste siempre.
A medida que ibas creciendo orgullosa fui llenando las páginas de tu libro, contaba tus avances.
La primera conexión que mostraría a todos el sentimientos que nos unía fue en la cuna de un hospital, apenas tenías dos meses, una deshidratación hizo de las suyas, estuviste como la última vez dos semanas internado, nunca me separé de vos, tus manos pequeñitas buscaban los dedos de las mías, solo nos separábamos cuando los médicos venían a revisarte.
Siempre tu mirada fue expresiva, una conexión imposible de describir nació en ese instante.
Desplazabas tu cuerpecito rosado hacia el sitio donde sabías que estaba sentada yo.
Las caricias se repetían sin fin.
Tus ojos siempre alertas no tardaban en encontrar el sonido de mi voz.
Fueron dos semanas intensas, días en los que el miedo me poseyó, típico de una madre inexperta ante la aparición de una enfermedad leve.
Cuando obtuviste el alta la casa se llenó de más amor, estabas otra vez sano sin signos que preocuparan.
Más adelante llegaron otras alegrías, comenzaste a caminar, no existían los obstáculos para vos allí entendí que serías un niño valiente,
Comenzaste a caminar queriendo quitarme de las manos flores de coloridas alverjillas supe entonces de tu preferencia por la naturaleza.
Cada avance quedaba plasmado en tu libro de la vida.
Llegarían los tiempos del jardín de infantes.
Casi todos los niños lloraban por la ausencia temporal de sus madres.
Me sorprendiste cuando soltando mis manos con el rostro sonriente me pediste que me fuera que no ibas a llorar como los otros nenes.
Una señal de tu independencia u ganas de aprender.
Durante los cursos escolares siempre te elegían para llevar la bandera de ceremonias en los actos escolares.
Desde pequeño demostraste que eras un ser tan luminoso como brillante.
Imposible olvidar tus paseos en bicicleta, no le temías a nada, siempre ibas cantando, pocos entendían el por qué de tanta efusividad.
Más grande me acompañabas a la librería, decías que para mi ese espacio tenía el mismo significado que una juguetería para un niño.
Todo era placer.
En junio de dos mil quince elegiste cuatro libros para mí, no he pedido leerlos a todos por mi dificultad visual temporal.
Uno de los títulos impacto el centro de mi alma eñ título es “Quién cuidara de mí”.
Impactante la elección del autor.
Comenzarían días después los días que jamás hubiéramos soñado vivir.
Mi muchachito sabio comenzaba a debilitarse.
Ese día decidí suspender la escritura de tu libro de vida.
Llegarían tiempos aciagos, signados por el sufrimiento que ningún científico supo mitigar.
El padecimiento crecía en la misma medida que se desgajaba mi alma.
Una madre perceptiva es capaz de conocer el final no deseado.
Lás últimas páginas de tu libro permanecen en blanco no tengo fuerzas para escribir el final un final que nunca mientras respire aceptaré.
A partir de esa gélida mañana de agosto no encontré palabras que supieran explicar la distancia que produce la perdida del ser más amado.
Ese libro no tendrá final en el futuro cercano, quizás cuando se produzca el ansiado reencuentro pueda colocar en los espacios de la eternidad, tres letras que utilizan todos los escritores para finalizar su obra.
Estás tan presente en mi alma y mente que ni pasaría ni por mi mente y menos por mi alma escribir “fon”.
No lo considero como tal sino como el principio de la vida en otro plano.
Quiero que tengas la certeza que vivís en mi.
Mi existencia se apoya en vos como siempre.
Me mantengo ajena a las circunstancias del mundo de los terrenales por propia convicción.
Solo muere el que es alcanzado por el manto del olvido y eso jamás sucederá.
No permitiré que nadie ose escribir el final pues al no aceptarlo ni asumirlo ese no existe, es un alejamiento temporal.
En la tierra somos un simple envase que transita aquella buscando la perfección que brinda el aprendizaje para tener acceso a tu nuevo hábitat.
Sabés que quiero estar junto a vos, la espera en ocasiones me desespera pero sé que Dios me llamará a su lado cuando deba ser.
Quiero decirte que la ausencia aumenta el amor de una madre hacia su hijo.
No estoy completamente sola, la familia chiquita siempre está eso no quiere decir que abuse de sus sentimientos.
Esperame y mientras las agijas del tiempo hacen que transcurran los días más tristes de mi vida quiero pedirte una vez más que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=O8HsSx0EtTI



No comments: