Monday, February 20, 2017

TU ALMA A ORILLAS DEL RÍO NILO





Nuevamente he viajado en la máquina del tiempo.
Como si adivinara mis pensamientos ka voz metálica me dice “No he de llevarte a Grecia, tampoco puedo revelarte el destino, lo sabrás cuando arribemos”.
Sé que no puedo preguntarle hacia donde nos dirigimos dado que no recibiré respuesta.
Sabe de mí más que yo misma.
Dejo en sus manos mi derrotero teniendo la certeza y confianza que hacia donde vayamos constitrá una gran ayuda para aliviar la tragedia que me tocó vivir hace casi un año y medio cuando Dios necesitaba a su lado un ser de luz y te eligió a vos para que dejaras de sufrir los tormentos del que te hacían los terrenales de la medicina buscando una cura imposible, eso lo agradezco más no puedo eliminar de mi memoria los quince días más espantosos que puede vivir una madre que ama a su hijo.
No puedo calcular el tiempo que duran los viajes, tampoco estoy pendiente de ello pues siento que sos quien me acompaña durante todas las horas de mi existencia.
Hemos llegado a un lugar paradisíaco.
Le pregunto a un arriero en que lugar del planeta estamos.
Con una sonrisa sabia me informa que ese río de aguas marrones es el Nilo .
A él le han encomendado que me acompañe al templo consagrado a Horus quien me está esperando.
Decidimos apurar el paso.
No es bueno llegar con demoras a visitar a una deidad egipcia.
El templo está muy cerca, erigido a orillas del río Nilo, un lugar despojado de lujos si bien los adornos son suntuosos.
Por los vitrales se filtra el sol de una mañana límpida.
En varios recipientes flotan cómodamente distintas especies florales.
Horus me lleva a su espacio favorito, los jardines del templo,.
Entre las flores me cuenta su vida adelantádome que conoce mi historia.
Me dice que es hijo de Isis y Osiris.
Antes que le pregunte nada cuenta que perdió su ojo en varios combates en los que participó para vengar la muerte de su padre en manos de su tío Seth.
En una de es perdió uno de sus ojos.
Su amigo Udyat le devolvió el ojo perdido.
Consagrado al amor de su madre y al ser una deidad egipcia pudo volver a la vida a su pare Osiris.
Al notar ilusión en mi rostro expresa que esa potestad la tuvo solo por una vez pues no podía ver triste a su madre.
Trazando un paralelismo con mi vida me dice que fue la única y última vez que trajo de la muerte a un difunto.
Desde ese entonces es venerado como la deidad que cuida las necrópolis y las almas que moran en ellas, es guardián de los humildes y también de las cosas imposibles.
Es feliz cuidando las almas de los fallecidos a quienes antes de sepultarlos o incinerarlos bañan el las aguas milagrosas del río Nilo.
También allí se bautizan a los bebés que tienen una vida efímera.
Al notar mi mirada velada por las lágrimas no tarda en explicarme que cando nacemos somos como un libro con las páginas en blanco, solo tienen un pequeño inicio, el resto se irá completando a medida que pase el tiempo.
Entiende que como cualquier mamá quisiera para toda la vida que su hijo estuviera presente durante toda la existencia de esa mujer que trajo vida la avud.,
Aclarando que los imponderables no hay deidad o Dios que pueda manejar el destino.
“Hija es natural que llores a tu hijo,
Piensa que su espíritu se elevó tanto que pudo llegar al Reino de los Cielos.
No te preocupes, no está solo, otros ángeles lo acompañan en su nueva morada.
Ten la seguridad que no solo lo cuida el Dios en el que tu crees sino que mi destino está signado para cuidarlos.
Piensa que a tu hijo no le gustaría verte llorarlo cada día de tu vida.
Es lógico que una madre derrame lágrimas por su hijo.
¿Dime si a él le gustaría verte angustiada?
Tu hijo está esperando que vuelvas a sonreír, tal vez sea pronto para lograrlo, realiza el esfuerzo te aseguro que vale la pena”
El reloj de arena indica que la entrevista ha concluido.
Regreso a la casa que no has conocido.
A vos puedo contarte que mis sentimientos son ambiguos,
Horus me otorgó un poco de tranquilidad.
Solo sé que la paz absoluta la encontraré el dçia que se produzca nuestro reencuentro.
¿Te dije que cada día te quiero más?
El amor de una madre hacia el hijo que partió de manera temprana e injusta es inconmensurable.
No sé si algún día recuperaré la sonrisa.
No es mi prioridad.
Pocos entiende la necesidad imperiosa que tengo de darte un beso, acariciarte, mirarte hasta el final de mis días.
Te quiero con vehemencia, nunca, jamás me acostumbraré a no tenerte.
Por ello le pido a Dios que sea piadoso, él sabe cual es mi deseo.
Mi amor nunca te olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=loqjcUwSrdg

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