SIEMPRE ESTÁS EN MIS AMANECERES

Eos fue la diosa griega del amanecer.
Una mujer encantadora que volaba por el cielo para anunciar la saludadle Sol.
Tuvo cuatro hijos que representaban los cuatro vientos.
Uno de ello fue asesinado.
Cuando Eos llora por el hijo perdido sus lágrimas se transforman en el rocío de la mañana que cubre con esferas transparentes todas las flores del Olimpo.
En la mitología romana se la reconoce como Aurora.
Mi vida no soy Eos sin embargo algo muy triste nos hermana.
En distintas circunstancias ambas hemos perdido un hijo.
Si bien mis lágrimas no se depositan sobre las flores como madres lloramos por el mismo motivo y la misma intensidad.
Me hubiera gustado conocerla para decirle que después de su propia vida somos muchas mamás las que hemos perdido al hijo que trajimos al mundo para que tuviera una existencia feliz.
Me encantaría tener la potestad de ella para volar por los cielos que hoy te acunan y tener la posibilidad de verte un solo instante para decirte que en mis amaneceres siempre estás a mi lado.
Los colores del cielo antes de la salida del Sol parecieran haber salido de la imaginación del más excelso pintor.
Tengo la certeza que podés verlos a diario y sentir la misma fascinación ante tal regalo de la naturaleza.
Cielos grises representando la noche que se despide por unas horas.
Rosados y naranjas tiñendo el firmamento originados cuando comienza a emerger el Sol.
Carece de importancia si el cielo nublado intenta ocultar los destellos dorados de la estrella más grande del Universo.
Está siempre en el mismo lugar aún cuando no lo podamos visualizar.
Apenas despierto el primer pensamiento que aflora en mi mente sos vos.
Te imagino tranquilo, alejado de cualquier padecimiento terrenal.
Un ser luminoso con una vida efímera que solo Dios sabe por qué tuvo tan abrupto y doloroso final.
Decir que te extraño es una obviedad pero no existen otras palabras que puedan expresar mi sentir.
Sos el puntal de mi vida.
El único que puede desplegar sus alas para que no caiga en abismos ancestrales, misteriosos y oscuros de os que me resultaría difícil salir sin la ayuda del ser que más amo en el mundo.
Quiero que en tu nuevo hábitat la soledad nunca te tome como prisionero.
No sé como es la vida en otros planos.
Sé que existe y ello hace que sobreviva la ilusión de nuestro reencuentro.
Desearía ser la dueña del tiempo por un ratito, utilizaría esa aptitud para que las manecillas del reloj en lugar de avanzar, retrocedan.
Los deseos a veces poco tienen que ver con la realidad que golpea cual si fuera una tempestad derribando todo a su paso.
Estás aquí mientras establezco esta mágica conexión que me permite estar aún más cerca tuyo.
Tengo plena conciencia que debo esperar mi momento sin saber cual será.
Como siempre en cada una de mis letras desordenadas te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

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