PRINCIPIO O FINAL

Noche fría, oscura por las nubes que descargan su lluvia sin piedad.
Desde tu ausencia camino en soledad.
Soledad que no me deja en ningún momento.
Salgo de mi refugio, necesito caminar.
El ulular del viento no me produce temor.
Parece querer advertirme que esté en estado de alerta.
Adivina que esta mujer que dirige sus pasos solitarios a cualquier lugar si bien no manifiesta temor, parece insegura.
Soplo con más fuerza hasta que la rama de un árbol cae delante de ella.
No se paraliza como pensaba.
Esquiva el objeto que interrumpe su paso cansado.
Se dirige al túnel.
No es bueno que vaya a ese lugar sin compañía.
El ingreso al que muchos denominan principio es complicado, el final esta plagado de sorpresas, algunas agradables, otras no.
Voy a filtrarme por los conductos de respiración.
No quisiera le pase nada.
Es una mujer valiente con una gran fortaleza.
La conozco desde siempre y la he acompañado sin que ella se cerciore de ello durante los dos últimos peores años de su vida.
El ingreso al túnel es oscuro.
Es inteligente, de su bolso saca una linterna.
Al notar un haz de luz los murciélagos que hacen nido en los respiraderos comienzan a volar.
Trata de espantarlos, sola no puede.
Debo ayudarla.
Apaga su linterna, comienza una luz ténue.
Lo primero que se ve son baldosas rectangulares de cemento.
Deberá caminar mucho hasta llegar al final.
Un disco brillante gira lentamente.
Lo percibo como un reloj antiguo.
Hay un niño mirando el colorido de ese aparato circular que está al final de un pasillo gigantesco.
A medida que se acerca a esa figura, el niño se aleja.
Tiene desesperación por llegar a él.
Sin que nadie lo advierte en jovencito ingresa al disco giratorio del final del túnel.
La escucho llorar.
Lágrimas de dolor que nacen en lo más profundo de su alma.
Siento impotencia al no poder hacer nada.
Es su momento de encuentro frustrado con su hijo.
Puedo escuchar su voz llamándolo, solo quiere besar al niño que no está visible a los ojos de los terrenales.
Se acerca al disco que sigue girando, es un reloj moderno, de varios colores.
Intuyo que quiere detener el tiempo para rescatar a sy hijo del interior.
Es necesario que me transforme para sacarla de allí.
La llamo por su nombre, sorprendida pregunta ¿Laura qué hacés aquí?
Con una amplia sonrisa su amiga le dice “hace frío, te vine a buscar”
Seguiré siendo la amiga que tanto quiere hasta que llegue a la puerta de su casa.
Nos despedimos como ellas hacen habitualmente.
Pese al cansancio que la vence tiene tiempo para evocar a su pequeño.
Contarle que lo vió al principio y final del túnel.
No pudo concretar el deseo de darle un beso.
Le dice que lo extraña tanto como lo necesita, le pide que nunca se olvide cuanto lo quiere su mamá.

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