Tuesday, March 27, 2018

SINFONÍA CELESTIAL






Quisiera ser concertista.
Estar en la antesala de la Ópera de cualquier lugar del mundo, observando la previa a una función de gala.
Las féminas concurrirían solas o acompañadas .
Detalle menor.
Se destacarían sus vestidos de las más famosas marcas y ellos con vestimenta formal.
Nos trasladaríamos a otras épocas, donde las galas de conciertos se preparaban con antelación para que todo saliera perfecto.
Nosotros dos realizaríamos las últimas pruebas de sonido.
Un concierto diferente en el que la estrella sería tu voz de tenor.
Como no me refiero a una noche común el repertorio estaría compuesto por los clásicos de toda la vida.
A ello le agregaríamos los tangos que tanto te gustaba entonar.
Entrarías a mi camarín para verme antes de la función.
Aprobarías la elección de mi ropa como siempre lo hacías.
En la previa le solicitamos al director de las luces que cuando entraras al escenario un reflector de alta potencia agregara luz a tu propia luz solo enfocándote a vos.
Una canción sería más hermosa que la anterior.
Tendría tu impronta que haría vibrar a los asistentes.
Te acercarías al piano en la última canción.
El concierto se cerraría escuchándote cantar “A mi manera”.
Broche de oro para una noche cargada de magia y misterio.
Al despertar de ese sueño maravilloso, con toda la fuerza la tristeza se alojaría en mi alma.
Regresaría la angustia de no tenerte, intentando que los sueños fueran como siempre de a dos.
No sé como enfrentarme a este destino plagado de crueldad.
Intento cada día ensayar la mueca de una sonrisa.
Es inútil, aquellas se convierten en un llanto desgarrador que no puedo controlar pese a que lo intento con todas mis fuerzas.
No puedo reñir cuando siento que el corazón se ja convertido en una planta.
Con pasmosa lentitud se va secando.
A veces pienso con alegría que estoy cerca del final.
No es así.
No se trata de algo que pueda dominar.
La dominada soy yo, por sentimientos contradictorios.
No entiendo cuál es la razón de mi permanencia en el mundo terrenal cuando no deseo estar aquí.
Imaginariamente regreso al teatro donde te visualicé por última vez.
Está oscuro.
Las butacas sin espectadores.
Solo sombras y espíritus en búsqueda de su lugar.
Subo al escenario buscándote.
El piano acumula el polvo del tiempo.
El teclado se conserva perfecto.
Sobre sus teclas algunas rosas se mantienen vivas.
El resto ha comenzado a perder sus pétalos rojo pasión.
¿Es así la delata línea que separa la vida de la muerte?
Seguiré esperando mi famoso momento en absoluta soledad.
Soledad que tiene tu inestimable compañía.
No se corporiza.
Aún así la siento y ello me lleva a quererte un poco más cada día.
¿Supe demostrar mi amor mientras te tenía a mi lado?
Es algo que me pregunto siempre.
Creo que sí.
Perdón si algo faltó.
En el apuro y la ansiedad por demostrarte mi amor maternal, tal vez no fui demasiado clara.
Muchas veces pienso que algo faltó y otras me siento reconfortada, no solo por tus cuidados, sino que estuve presente en tu mente hasta el final.
Tesoro te amo, por ello desde hace casi treinta y un meses te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=9PoT7gKGkoc

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