Monday, May 14, 2018

LA CASA DEL SOL






Sin dudas los amaneceres a orillas del mar son el espectáculo con el que todos soñamos alguna vez.
No es necesario recorrer demasiados kilómetros ni abordar un pájaro plateado que tiene por trinos,
el sonido de turbinas que nos espera en la pista, listo para surcar los cielos que los terrenales hayamos elegido previamente.
Desde tu ausencia temprana los fines de semana sierre han sido una tortura para mí.
Eran esas cuarenta y ochos horas maravillosas que utilizábamos para realizar ejercicios de instrospección y en ellos tener la posibilidad de encontrar la maravilla de la vida.
Saben que las mamás regalamos a nuestros hijos para llegar a la plenitud como mujeres.
Ni remotamente pensamos que ese hijo concebido con amor puede partir antes que nosotros los mayres.
Una mala jugada del destino que nos sorprende desarmados.
El alma que sabemos empuñar las mamás es el amor más puro y noble que existe desde la vida misma.
Desde pequeñas nos preparan para ser madres.
Empezamos cuidando a nuestras muñecas que son nuestras hijas en la más tierna edad.
¿A quién de mis lectoras que agradezco sean tantas no le han regalado una batería de cocina?
Imaginariamente pensamos los mejores banquetes para esos seres inanimados de piel rosada portadores de enormes ojos verdes o azules.
Los fabricantes de esos juguetes se olvidan que existen otros colores que ellos no tienen en cuenta.
Deberían conocer que todas las miradas tienen un encanto especial, más allá del color.
Allá ellos y su opacidad.
No se alarmen no voy a realizar un estudio sobre los fabricantes de muñecas.
Quiero hablarles de la casa de la estrella más grande del universo.
Afortunadamente tiene varias moradas y no es necesario viajar a un lugar determinado no hacer espera en los aeropuertos.
Está más cerca nuestro de lo que imaginamos.
Ustedes que me conocen a lo largo de leer mis textos durante tantos años, saben que no es de mi agrado hacer vida social con la primera persona que se aparece en mi camino.
No se trata de un espíritu huraño.
Soy tan reservada como selectiva.
En la sociedad en que me toca vivir para tener cierta aceptación, tenés que brindarte con todo el mundo.
Desde mi óptica es una falsedad.
No está en mi espíritu trascender por la simpatía.
Elijo con quien estar.
Expreso todo lo que siento, si gusta bien de lo contrario no sé ni deseo modificarlo.
Lo importante es la transparencia, el sentido común, el raciocinio y no tratar de llegar al otro con el solo objetivo de figurar.
Luego de esta introducción quiero contarles que viajé a picos kilómetros de mi refugio.
Justamente al sitio donde el Río de la Plata desemboca en el mar.
Un lugar tan solitario como mi alma que me permitió estar aún más cerca de mi hjo.
No tengo reclamos para un ser de luz como él, solo escucha de mí “Los hijos no deben morir .
La desembocadura del río provoca color marrón para entrar en las aguas saladas del mar azul.
Sirio soñado para quienes deseam ver contrastes en los seres que han partido y también con nosotros mismos.
Llegué de madrugada.
No pensaba perder un segundo.
Dejé la mochila que llevaba como equipaje sobre la cama,
Rechacé el desayuno.
Mi estadía no se alargaría más allá del crepúsculo.
Volvería a mi refugio el mismo día.
Un baño reparador logró traerme a la realidad.
Es horrible estar solo sin nadie con quien compartir tus sueños.
Elegí ropa de abrigo.
Era de madrugada,
Las luces del alba no habían aparecido.
Caminé hacia la costa.
Necesitaba seguir pensando en vos.
Ignoro cuanto tiempo caminé pues no tenía premura.
Sentí libertad.
Nadie me vigilaba ni controlaba.
Sabés que a los controles hago caso omiso.
Decidí caminar sin destino.
Me detendría cuando las fuerzas me abandonaran.
Bo ocurriría jamás pues sos quien me apuntala cuando me ve caer una y otra vez,
No siento pudor al decirlo.
Si no fuera poe tu energía hace rato que estaría ascendiendo al Reino de los Cielos.
Situación que no se da.
Encontré unas rocas que llevaban al mar.
Una especie de acantilado con una abertura que permitía ver cómo corría el agua zul,
Sin dudas el océano revoltoso reflejaba los colores del cielo azul
Las rocas del acantilado tenían una especie de caverna que permiía mirar hacia el otro lado.
No llevé reloj.
Los colores del inoverso celestial me indicarían la hora, no precisaba m.as.
En pocos instantes de la aprtura comenzaron a mostrarse luces doradas.
En pocos minutos emergería de las profundidades del mar el Sol.
Brillante, dorado portador de vida.
Estaba naciendo por enésima vez.
Consideré esas rocas que oficiaban de marco perfecto eran su casa.
Mi vida, ante tanta majestuosidad no pude detener mis lágrimas de conmoción-
Tengo la certeza que podñes entender a esta mamá que se conmueve ante las maravillas de la naturaleza y nunca comprenderá la inercia de otros a los que todos les da igual.
Mi cielo adorado, debo regresar a mi refugio.
Cuento tu energía y comprensión ínfinita.
No hace mucho te pedí que me ayudaras a darte partir.
Hoy necesito que me ayudes a comprender ciertas actitudes que lastiman mi alma.
Todos saben que es de ti propiedad.
Por ello el dolor duele más.
Decirte que te amo es una obviedad.
¿Podrías llevarme a tu lado?
Sé que mi pedido es desafortunado y debo esperar.
Querido, nuncva olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=R_C_qCG77oI

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