Monday, May 28, 2018

¿ SABÍAS QUE TE QUIERO?



El amor más puro, el que no se diluye, el único que tolera de pie los embates del tiempo, es el que se profesan madre e hijo.
Amor indestructible que desconoce la eternidad que se interpone intentando que llegue el olvido.
Jamás ocurrirá.
Hoy hace treinta y tres meses, mientras sostenía tu mano derecha en la mía, mi mano izquiera dejó de sentir tus débiles latidos.
Em segundos se apagó tu vida.
Atónita miraba a tu prim<.
No quería ver esa realidad que espantaba los sentidos.
Médicos y auxiliares nos pidieron que saliéramos de la habitación,
Científicamente debían comprobar el fin de tu vida.
Tiempo después nos invitaron a despedirte.
¿Por Dios cómo se despide a un hijo para siempre?
Soliciré que bajaran las barandas de la cama.
Al rincipio me dijeron que no era recomendable dado que podías caerte.
Durante toda la internación tu curpo frágil estavba inclinado haciala derecha, el sitio donde sabúas que estaría sentada tomándote de la mano, inventando historias para alegrarte, pese a que ambos saniamos que tu final estaba cada vez más cerca.
Jamás lo dijimos para no herirnos con la palabra más horrorosa de nuestro léxico “muerte”.
Pese a la negativa de las enfermeras, tuve el ingenio suficiente para poder darte el postrerabrazo.
Caricia que no sentiste pues comenzabas a ascender a otro plano.
No llorçe inmediatamente.
Recordé a un especialista en neurobiología que dijo que los seres sin vida se ha cmprobado que pueden escuchar.
Ignoro si es cierto, ya que desde mi desconocimiento infiero que xuando el cerebro se paraliza, nada puede escucharse.
Más allá de mis conclusiones legas, percibí que no debía llorar ante tu cuero yaciente.
Cada lágrima se transformó en un beso. Una caricia atrmentada en tu persona amada que comenza a disipar los clores del doñor para transformarlos en el rosado de un bebé recién nacido.
Desués de tanto sufrimiento tu hermoso rostro trasutaba paz infinita.
Te dí el último beso, antes que nos invitaran a salir de la habitación.
En minutos trasladarían tu cuerpo hasta la morgue.
Doloroso y odioso transe.
Saber que tu hiho será guardado como exige la ley en una heladera, no se puede describir con palabras.
Aún no hbía terminado la tragedia.
Al día siguiente por la mañama debería reconocerte.
Ningún congreso de afamados psiquiatras podra borrar esas escenas de mi mente.
Mi hijo, el amor de mi vida, en una bolsa de plástico de color negro.
Pedí que abrieran más el cerre, no para darme cuenta que eras vos, sino para que recibieras el último beso de tu mamá.
Sabés qie escrbo como pienso.
No busco la palabra fácil que brinda aliento.
Nadie conoce el dolor qe significa la pérdida de un hijo.
Querés morir con él.
Ser pare de su nuevo hábitat.
Estar con él, como antes.
No puede ser.
Después de la despedida amarga derramé todas las lágrimas que tenía acumuladas.
El caudal de aquellas es como un manantial, nunca se acaba.
Pretendo recordarte con sonrisas.
No puedo evitar las lágrimas.
Sierre estás presente.
Nunca usaré la palabra olvido.
Por ello me duele tanto que mancillen tu memoria amada.
Te pido me esperes.
No sé cuando llegaré.
En esta espera te suplico que no tengas en cuenta a quien vulnera tu memoria.
Como siempre te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=xc9vmAsenNU

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