Wednesday, December 19, 2018

EL LLANTO DE UN VIOLÍN




El famoso concertista controla la puesta en escena d para el recital que brindará en pocas horas en la gala especial para celebrar nuevas técnicas de acústica en uno de los mejores teatros del mundo.
No desea que ningún escenógrafo intervenga.
Solo permite que la tarea sea realizada por dos asistentes de su confianza.
Nada quedará librado al azar.
Las localidades se han vendido en su totalidad.
Saben de las intenciones del artista de retirarse luego de una gira mundial.
Es demasiado joven para terminar con una carrera brillante.
En la antesala, esperan ansiosos quienes han tenido la fortuna de conseguir un boleto para esa noche especial.
Ellos visten trajes de etiqueta,
Ellas atuendos de famosos diseñadores.
Lejos de la muchedumbre, deseosa de disfrutar un concierto excepcional, una elegante mujer ocupa uno de los palcos en absoluta soledad.
No pasa desapercibida.
El vestido negro resalta la palidez de su rostro.
Solicita no sean encendidas las luces del sitio que ocupa.
Presenciará el concierto en penumbras.
Desea viajar con el pensamiento hacia un lugar remoto con el objetivo de reencontrarse con la persona que más amó en su vida.
¿Podrá cristalizar tan tierna utopía?
Faltan minutos para descorrer el pesado telón.
A pedido del maestro, escenario muestra austeridad.
No todas las celebridades desean escenografías majestuosas.
Las mismas dispersan a los asistentes a la última función ofrecida en su país natal.
Sobre una mesa sobria, se ha colocado un paño, en el mismo están apoyadas las partituras, el violín con su arco y un ramo de flores, enviados por alguien que no ha querido se conozca su identidad.
Los primeros acordes generan aplausos de pie.
La mujer del palco sin luz, permanece en silencio.
Alguien ha avisado que se encuentra allí.
El mismo reflector que ilumina al concertista, en segundos la enfoca.
Motivo suficiente para salir de la sala.
Desde su casa seguirá la gala.
Los sonidos musicales
Es el llanto de un violín despertando sentimientos y admiración.
En uno de los entre actos suena el teléfono, la voz del artista le pregunta por qué se retiró.
En pocas palabras expresa que era la primera salida después de la ausencia de su hijo.
Con Marcos fueron compañeros en la universidad.
El abandonó la carrera para no quitarle horas a su vocación.
Pese a viajar por el mundo sin pausas, conoce la tragedia por la que ella ha pasado.
Respetuoso de su dolor, le saluda, prometiendo verse cuando regrese de la última gira.
Al día siguiente todos los periódicos refieren al concierto.
Leo con avidez.
Al llegar al párrafo dedicado a la mujer, siento, que no solo ella es quien ha perdido su mejor obra.
Una vez más afirmo “Los hijos no deben morir”
Otras madres han pasado por idéntica situación a la mía.
Solo quien atraviesa idénticas instancias puede dimensionar el dolor.
Afortunadamente la prensa no se transformó en ese demonio que a veces acosa, buscando una noticia de alto impacto.
¿Sabés que siento
empatía, por ese ser anón
imo, que sufre tanto como yo?
Hubiera querido intercambiar nuestras historias, de esa manera el peso de la soledad no sería tan cruel.
¿Cuáles son los designios del destino que apartan a los hijos de sus mamás?
¿No son capaces de comprender que todas y cada una necesitamos darle un beso a nuestros seres más queridos?
¿Los que actúan con tanta desidia, no entienden nuestra angustia?
Seguramente no tienen valores acendrados que permitan entendernos.
La dama pálida a partir de ahora tendrá alguien capaz de escuchar.
Compartir morigera las penas.
No dudaré en contactarla.
Pocas veces pude reflejarme en el padecimiento de quienes me rodean.
Se siente confort a la hora de ayudar.
Quizás es el camino que mitigue el padecimiento.
La imagino contando las ausencias, tal cual lo realizo a diario.
¿Estás de acuerdo con la decisión que he tomado?
¿Me equivoco al adivinar tu sonrisa de aprobación?
Un ser de luz como vos hubiera obrado igual,
Después de varios días ayer concreté mi deseo.
Gustosa, Lía acepta pasar por mi refugio.
Mientras bebimos una taza de café.
Relata que perdió a su hija en un accidente del que ella salió ilesa.
Nos hermana el mismo dolor.
Lía no está sola.
¿Has sido quien posibilitó este acercamiento?
A los seres angelados como vos no se les escapa ningún detalle.
Ello me hace reconocer una vez más tu generosa sabiduría.
Igual que esta madre que añora a su hijo, Lía quiere reencontrarse con su nena.
Nada es casual en la vida de los terrenales.
Juntas encontraremos paliativos para sobrellevar la espera.
¿Te dije cuanto te amo?
¿Por qué debemos someternos a los caprichos de Cronos?
No existe ninguna respuesta.
Mi tesoro, algún día llegará el momento que tanto anhelamos.
Mientras el tiempo transcurre, reitero mi pedido cotidiano, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=TrKy7_4zG9k

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