SOÑAR ES RECORDAR

Ningún terrenal conoce la fecha de su final.
Cuando esta se produce quienes quedan comienzan a sentir la angustia provocada por el desamparo.
Más allá de la edad, los sentimientos se aglutinan en la misma dirección.
Los especialistas que ayudan a sanar las almas heridas, especialmente los que se dedican a la neurobiología evolutiva que todos los duelos son diferentes.
Algunos pueden superarse con el tiempo.
Oreos como en el caso de la pérdida de un hijo, jamás.
¿Puedo contarte el sueño que tuvo alguien que te quiso ante la pérdida del ser que la trajo al mundo?
Al principio la conmoción generada por esas situaciones traumáticas, nos impide utilizar el raciocinio.
A medida que lánguidos transcurren los días, comenzamos a notar las distancias impuestas por la eternidad.
¿Llorar es siempre un desahogo?
No.
Se trata de un paliativo efímero.
Necesitamos transitar otros senderos con el propósito de hallar atisbos de paz.
Señales capaces de alelar la congoja.
No hago referencia al olvido.
Nunca ocurre cuando los sentimientos son tan profundos.
Los especialistas apelan a ciertas señales para morigerar el desasosiego.
¿Cuándo podemos encontrar esos signos sanadores temporarios?
En los sueños.
En estado onírico se recrean los recuerdos.
Te he relatado que hace poco más de dos meses, el alma de una mujer dedicada a su familia, comenzó su ascenso al Reino de los Cielos.
¿Has podido llevarla a recorrer cada uno de los rincones del Paraíso Celestial?
Si hija pido soñarla.
“Ubicada en las alturas, miraba una camilla.
Allí estaba la persona amada, cubierta con una sábana prístina.
Parecía dormir sin signos de padecimiento.
En determinado momento frunció el seño.
Lentamente dirigió su mirada hasta el sitio donde estaba, la joven fémina observando.
Pudo pronunciar que estaba bien y pedir que no se preocuparan.
A continuación volvió a entregarse al sueño eterno”
Pedí autorización para escribir estas letras.
Ese sueño permitió obtener una dosis de tranquilidad.
¿Por qué quise lo conocieras?
Es simple, sentí nuevamente esperanzas de poder reencontrarnos alguna vez.
No puedo determinar la demora.
Desearía que esta utopía, cristalizara, ya.
La imperiosa necesidad de darte un beso no la puedo cuantificar.
¿Sabías que no me produce confort pensar en que el encuentro jamás llegue a concretarse.
¿Por qué tengo tantas dudas, difíciles de disipar?
Es cierto, no puedo controlar la ansiedad provocada por la ausencia.
En poco más de treinta y nueve meses, te he soñado en pocas oportunidades
¿Llegás a comprender que necesito verte en sueños cada noche?
Hace alrededor de treinta días, los estados de sueño profundo, arriban con imágenes distorsionadas.
Te miro en el cuerpo de un niño pequeño con la voz de la última ocasión.
¿Por qué se me niega la probabilidad de la misma forma cuando partiste?
¿Cual es la razón para que estos sucesos se presenten de una forma ubicada en las antípodas de la realidad?
¿A que se debe el castigo innecesario?
¿Por qué han surgido cuestionamientos que al principio no tenía?
Es cierto, tengo demasiadas preguntas sin respuestas.
Anhelo que m único sueño, pueda cumplirse pronto.
Mi tesoro, otra vez te recuerdo que debo seguir esperando.
No depende de mí, ascender la escalera que lleva al cielo.
Te pido que mientras ello ocurre, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.


https://www.youtube.com/watch?v=TrKy7_4zG9k