Wednesday, September 19, 2007

EL FIN DEL SEÑOR LEMING

Leming está sumido en la tristeza, la muerte temprana y absurda de Sara lo dejó sin ganas de proseguir su vida, esa niña de ojos azules como el océano era el motivo de su vida.
Mientras arrojaba las cenizas de su pequeña al mar, hacía un repaso de su vida.
Había recibido todos los galardones a lo largo de su carrera, sus viajes continuos lo separaron de su familia, Any su ex mujer siempre le reclamaba más tiempo para la familia.
Un día llegó el hartazgo y ella lo abandonó, atrás en el tiempo habían quedado los días compartidos, desde aquel momento él se dedicó a sus conferencias.
Hombre famoso era invitado a importantes recepciones, más que la belleza física se destacaba su intelecto, para todo tenía una respuesta.
En una reunión conoció a Melody, una joven cuyos rasgos le recordaban a su familia, esa que las obligaciones asumidas lo habían llevado a dejarla por tiempos prolongados.
El primer encuentro fue en un mercado de Ankara, lugar al que siempre acudía, fascinado por la belleza del lugar, el shador cubría casi todo el rostro de la muchacha, eso no impedía que observara sus ojos parecidos a las esmeraldas, vivieron un amor intenso, los encuentros los sumían en fuego, las llamas rompían la barrera de la diferencia de edades.
Una tarde caminado por el mercado de las ilusiones, él le obsequió un camafeo, intentó prenderlo a su cuello, ella le dijo que lo usaría el día que naciera el primer fruto de ese amor.
Leming la acompañó a la casa, se despidió de ella con un beso cálido, prometiendo regresar al día siguiente.
Melody guardó la joya en un cajón, entusiasmada por la promesa de amor.
Los días pasaban y él no regresaba, poco tiempo después supo que el amor de su vida había partido buscando nuevas experiencias.
Leming recogió la urna que minutos antes contenía las cenizas de su hija, caminado sin rumbo compró un periódico, lo miraba sin ganas, en la mitad del diario aparecía la noticia que jamás hubiera querido leer, Melody se había quitado la vida.
Perplejo subió a un taxi, le pidió al chofer que lo llevara a una galería, en ella miraba las vidrieras sin verlas, en una armería compró un revólver, con un movimiento certero jaló el gatillo, la muerte fué instántanea, otro hombre más se mataba por amor y soledad.

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