Thursday, September 20, 2007

TINIEBLAS

Leming volvió de la muerte, para contar su vida , pese a ser un conspicuo disertante muchos adivinaron sus miserias y mentiras.
Quiso el destino que en su camino etéreo se encontrara con la más triste realidad, la verdad, esa que acecha aún después de muerto.
Su vida llena de estrellas se apagó al enfrentarse con ella, no podía desmentirla, él sabía que había sido deshonesto con sus sentimientos, Sara su hija había muerto, Any lo había dejado, Melody intentó cubrir sus vacíos espirituales hasta que decidió quitarse la vida.
Aturdido imitó a la última mujer que lo acompañara.
Sus intentos fueron vanos, en las tinieblas la verdad lo perseguía, le pedía que se sincerara aún después de muerto.
Todos los que lo habían conocido en su vida exitosa necesitaban una respuesta, esa sería la manera de la logar la paz eterna.
¿Cómo revertir semejante proceso? ¿A quién pedir ayuda?.
Los seres celestiales con lástima y pena mostraron sus espaldas aladas, ni la muerte sería capaz de borrar de un plumazo su vida plagada de engaños.
Como tantos otros estaba desnudo ante un Dios que no lo reconocía, al ser supremo no podía mentirle, la transparencia de su cuerpo estaba marcada de silencios que atrapaban los desaciertos.
En la escalera que lleva al cielo los peldaños señalaban cada uno de sus errores.
¿Cómo podría repararlos desde la eternidad? ¿Serviría el perdón?. No, el orgullo se lo impedía.
Ante esos seres celestiales se victimizó, la culpa era de los otros.
Nunca reconocería los errores cometidos en la tierra, desconocía que a la ley divina nadie escapa.
Muy lejos, cerca del mar una pequeñita sostenía en sus manos una flor, el delicado perfume inundaba el lugar, la niña oraba por su padre, no sabía que el fuego lo consumiría más allá del tiempo, la imágen del ser querido, desde las tinieblas no supo pedir perdón a esa inocente que pese a todo creía.
El hombre lloró, sus lágrimas se transformaron en fina lluvia que salpicaba la arena casi desierta, el mar gozoso salpicaba las rocas, esta vez la espuma no tenía mensajes.
El alma confundida de Leming tristemente navega por el espacio, solo lo acompañan las tinieblas, los recuerdos murieron, la soledad será su eterna compañera.

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