Saturday, September 01, 2007

EL RELOJ DE ARENA

Terminó la tiranía y el antiguo reloj de arena se pulverizó en mil pedazos, los cristales desparramados en el suelo se parecían a las lágrimas de la muchacha, la arena igual a las estrellas que el reflejo del sol deja en el agua, tiñendo con partículas doradas la lustrosa madera.
Por fin podría gritar su libertad, nunca más estaría presa de la espera de esa llamada que no llega, de ese correo que se demora o directamente no se escribe.
Se sentía liberada, el corazón daba brincos dentro de su pecho, había tomado la decisión correcta.
Bajó las escaleras corriendo, abrió las ventanas para que el aire se llevara tanto sufrimiento.
Por primera vez admiraba las flores del jardín de la casa, los pájaros susurraban una melodía, el cielo diáfano se mostraba en todo su esplendor.
Se dirigió al garage, optó por salir con la moto, necesitaba sentir el viento acariciando su cuerpo, sería como él, libre de ir al sitio que quisiera, sin ataduras que le recordaran el pasado.
La cinta asfáltica parecía una lámina de acero, ella sonreía, no entendía cómo había dejado que ese ser extraño le cambiara el carácter hasta desconocerse por completo.
Tranquila decidió descansar a la orilla de un lago, observaba los peces inquietos, las flores silvestres del lugar eran un estallido de colores, respiraba como si antes no lo hubiera hecho, el crepúsculo la encontró en el mismo sitio, admirando la naturaleza, nada más bello que ver la puesta de sol en ese lugar soñado, debía regresar antes que la sorprendieran las sombras de la noche, acomodó los pantalones dentro de las botas, arregló el nudo de la blusa, en ese instante los destellos de la luna habían transformado el agua en un espejo plateado, siempre había sido coqueta, decidió mirarse en las aguas, un alarido como un rayo atravesó el silencio del lugar, la imágen que veía, era la de una anciana, con largos cabellos similares a hebras de plata.
Nunca la vieron regresar a la casa, sobre la chimenea, junto a las flores marchitas, otro reloj de arena comienza a contar el tiempo.

No comments: