APUNTES DE VIAJE

Despertar al alba no es algo que ocurra todos los días.
El sol emergerá desde las profundidades del océano en pocos minutos.
La claridad vistió la esfera celeste con transparencias anaranjadas.
Las pocas nubes traviesas matizaban con suaves grises el cielo.
Las flores de los canteros continuaban vestidas de rocío.
La familia está ansiosa.
Puntual el remis llama a la puerta.
Caritas de sueño lo reciben con una sonrisa, a los gritos anuncian que han venido a buscarlos.
El trayecto al aeropuerto es corto, en un lugar tan pequeño todo está al alcance de las manos.
La más pequeña canta una canción de cuna a su muñeca preferida, los varones de la casa ayudan a cargar las maletas.
Es temprano.
La luz diurna ha logrado despertar a las aves, presurosas salen de los nidos a buscar alimento para sus crías.
Gaviotas desorientadas esperan alineadas al lado de coloridos barcos pesqueros, ellas no saben que hoy no saldrán a buscar riquezas internándose en el mar.
Los salones del aeropuerto están tranquilos, excelente señal indica que el vuelo saldrá en tiempo y forma.
Los trámites son rápidos, un café matizará la corta espera.
El pájaro de alas plateadas enciende los motores, rugido de turbinas alimentarán los sueños.
Durante el vuelo los más chiquitos recuperarán sueño, en poco más de tres horas estarán en una nueva aeroestación.
Buenos Aires los recibe en silencio, la mayoría de los habitantes no viaja.
El río marrón parece un espejo, a lo lejos un barco anclado, la primera foto se dispara.
El próximo abordaje está previsto para las tres de la tarde,recordarán tiempos casi mediatos, cerca de esa ciudad nació el amor de la pareja.
Otro auto los llevará a Ezeiza, aeropuerto magnífico.
¿Cómo entretener a tres niños y a una mamá ansiosa?
Caminando por los alrededores luego de despachado el equipaje.
Almuerzo en las instalaciones.
Aeronaves en silencio esperan el abordaje, irán a diferentes destinos.
El comandante indica que en pocos minutos aterrizarán en la ciudad soñada.
Natal espera.
Manos que dicen presente, en breve serán abrazos y lágrimas, el reencuentro ha sido más hermoso y sensible de lo imaginado.
Crepúsculo en el norte de un país hermano.
Cuánto extrañaban el calor no solo de los afectos, también el climático.
Dispararán más fotos, quieren capturar la belleza de un lugar mágico.
Cielo púrpura y rosado, la primer estrella graciosa asoma en ese firmamento soñado.
Desde las ventanillas de otros autos observarán el mismo mar con otra apariencia.
Brisa tibia logra que las olas dejen su cresta inmaculada en la arena.
El piso tiene todas las comodidades.
La cena ha calmado el apetito.
Noche tranquila, se escucha el susurro de las olas.
Tienen tanto para contarse con los seres que más aman que la velada durará hasta bien entrada la noche.
Luna curiosa será testigo de muchos te quiero, demasiados extrañamos.
Es la primer noche en la bella ciudad carioca.
Por la mañana entienden por qué se la denomina la Ciudad del Sol.
Playas con armoniosos declives.
Dunas sujetas con pinos.
Cuerpos bronceados.
Coloridas sombrillas impedirán que Febo lastime las figuras blancas.
Hoy ha sido el primer día en este bello sitio.
Todo es luminoso, nunca imaginado.
Quizás mañana comience otra historia inspirada en la belleza de la naturaleza.


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