Tuesday, January 24, 2012

LOS PERROS TAMBIÉN LLORAN




Nací hace cuatro meses.
Sabría después que los preparativos para nuestra llegada fueron importantes.
Ningún detalle fue dejado al azar.
El dueño de mi madre tiene una casa en un campo tan grande que nunca pude conocerlo en su inmensidad.
Un espacio cercano a los establos fue acondicionado para recibirnos.
Antes de nuestra inminente llegada apareció un señor con casaca celeste, era el veterinario de la zona, con su ayuda y la caricia de los más chicos, mi madre nos pariría en breves intervalos.
Terminado el trabajo de parto nos colocaron a todos cerca del pecho de mi mamá.
Pacientemente nos aseó a todos.
No les conté, somos siete hermanos, cuatro machos y tres hembras.
Tampoco les dije que soy un perro labrador, los más débiles reforzaron su alimentación con mamaderas.
Sufrí cuando nos colocaron las vacunas.
Nos repusimos rápidamente, retozábamos por el parque.
Los habitantes de lugar aplaudían nuestros avances.
Crecíamos sin inconvenientes.
Una tarde de lluvia mi mamá estaba muy seria, pese a la inoculación temprana sabía que uno de sus hijos partiría.
Episodio que cubrió de nostalgias su mirada.
No sé quien es mi papá, vive en un campo vecino.
Muchas veces corro hasta cansarme, un árbol de cerezos me ofrece la sombra que necesito.
Quisiera encontrarlo y preguntarle por qué no tenemos nombre, Boby, Tomy, o cualquier nombre que los humanos utilizan para bautizar a las mascotas.
No nos dijeron que nos separarían de nuestra mamá.
Sentí que ella nos abrazaba con sus patas delanteras a los machitos, por un momento quise estar enfermo para que ella a su modo me acunara.
El veterinario llegó con otro señor.
Sorprendido me pregunté para qué querían adiestrarnos si somos dóciles, perros de compañía, en nuestra esencia no tiene cabida infringir daños a ningún ser humano.
La despedida de una madre y sus hijos es dolorosa, la mía lloró, si señores he visto que las lágrimas recorrían el pelaje casi dorado.
Traté de conformarla diciéndole que pronto estaríamos todos juntos.
Nada de eso ocurriría, no sé nada de mis hermanos.
El adiestrador premias mis avances con golosinas.
Esta tarde me entregarán a una familia.
Me convertiré en perro lazarrillo de un niño invidente.
Seré sus ojos durante el tiempo que dure mi vida, caminaré siempre un paso adelante para no arriesgar su vida.
Entraré a lugares que otros de mi raza tienen vedados.
Viajaré en avión o cualquier medio de locomoción.
Recibiré multiplicidad de caricias, dirán que soy inteligente, casi humano.
No es verdad cumplo con mis funciones proteger a mi dueño.
He tenido un accidente de tránsito mi dueño es adolescente, pude protegerlo, está a salvo, ha permitido que en mi internación me hiciera amigo de Black, un perro sin raza ni casa al que todos quieren, me enseñó más de lo que pude aprender en mi vida, reconocí afectos, estoy liberado.
Debe ser que la vida se acorta, me llevan al campo en que nací, el tiempo se llevó a mi madre, no tengo ganas de recorrerlo solo.
El árbol de cerezas me espera, caminando en tres patas llegaré a él, allí se producirá el final de mi vida.

http://www.youtube.com/watch?v=wb9wUtAJ5…

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