HISTORIA DE UN SUBMARINO

Estocolmo es una ciudad preciosa, fue testigo del casamiento de Mirna una mujer europea con el sargento Wallace.
El nacimiento de la única hija no uniría a la pareja, al contrario aumentaría las diferencias.
Mirna quería ser madre, Wallace por nada del mundo dejaría su puesto en la policía sueca.
No hicieron falta papales que los declararan divorciados, tampoco una denuncia por el abandono de hogar en que incurriera la mujer.
La pequeña Maya tenía seis años.
Sin dudarlo eligió estar con su papá.
Le aburría visitar museos, admiraba a su padre.
Una fuerte suma de dinero logró que la nena se quedara con su progenitor.
Dos niñeras la cuidaban, una gobernanta vigilaba los avances en los estudios de la pequeña.
Compraron una casa alejada de la ciudad, cercana a las gélidas aguas del mar Báltico.
La chiquita creció sin dificultades, adoptaría la profesión de su padre.
Bella por donde se la observara, a ello le sumaba inteligencia innata.
Pasada la adolescencia decidió mudarse, quería vivir sola, acumular experiencias, no depender de nada que no fuera su trabajo.
En el interín conoce a Hans, un hombre de mucha fortuna con el que tendrá una hija.
El padre del muchacho es un teniente de la armada.
La casa que ocupan tiene una belleza inigualable, jardines que en primavera se visten de flores y fragancias,
Espacios para que la niña crezca en absoluta libertad.
Wallace quedó solo, en una ocasión bebió demasiado, no recuerda por qué dejó en el bar el arma reglamentaria.
La noticia recorrió los medios, fue separado de la fuerza mientras se investigaba.
Reconoció que estaba ebrio para morigerar la culpa.
No alcanzó.
El suegro de Maya cumplía años, en la mansión estaba todo dispuesto para la celebración.
Manejando su viejo auto llegó al lugar.
Los primeros copos de nieve se deslizaban por las ramas desnudas de los árboles.
El marino saludó y agradeció la visita de los amigos.
Llevó a Wallace a un apartado, el salón parecía una caja fuerte, sin ventanas, nada que los conectara al exterior.
Le contó toda su vida, también la historia del submarino espía que no pudieron apresar hacía treinta años.
Días después el marino desaparece, lo buscan por todas partes sin resultados óptimos.
Desaparición que conmueve a la opinión pública.
Wallace tiene una corazonada, no quiere intervenir en la investigación de la policía sueca.
Irá al puerto.
Nadie puede dudar de un hombre que tiene un brazo enyesado.
Simula hablar por celular.
Capturará las imágenes..
Encerrado en el salón de su casa, desconecta los teléfonos, descargará todas las fotos.
Las primeras muestran submarinos alineados.
En las dos últimas, entre las rocas del mar Báltico aparece una escotilla desconocida, no tiene bandera que identifique la procedencia.
Amplía la toma.
La secuencia muestra el cuerpo inerte del suegro de su hija.
Por ahora permanecerá en silencio, teme por la vida de sus seres más amados.

http://www.youtube.com/watch?v=fDX-voDkTFo