BUCEO EN EL LAGO AZUL

Radiante el sol logra que las pieles casi desnudas comiencen a adquirir el color de las vacaciones.
Para que aquella descanse de los itinerarios en cuatriciclo en horarios establecidos para no molestar a los turistas que han extendido su geografía en la blancura de la arena, es necesario un paseo.
Imposible no visitar el Lago Azul, espejo de agua que muere en el océano.
En sus márgenes, centenarias palmeras se balacean con la brisa suave, mueven las lustrosas hojas como si estuvieran ejecutando un baile.
En sus copas diversidad de aves descansan.
En los negocios de la playa se puede encontrar todo aquello que satisfaga de los veraneantes.
Es imposible resitirse a la compra de flores naturales, serán excelentes sujetadoras del cabello.
Hay para todos los gustos.
Ella compra de colores diferentes para las niñas que la acompañan.
Caminado unos pasos encontrarán artistas enhebrando coloridas cuentas.
La oferta de collares, rosarios y tobilleras es infinita y bella.
Semillas que el viento ha hecho caer de los árboles conformarán los arreglos.
El niño de la familia elige un rosario, las chicas quieren llevarse todo lo expuesto.
Manos maestras hilvanan todo aquello que en días serán recuerdos de viaje.
La caminata a la orilla del lago pide un descanso, es hora de probar jugos, los mismos son servidos en recipientes originales.
Corazas de ananá, cocos sutilmente adornados.
Reposeras para disfrutarlos mientras se admira el paisaje.
No es tarea fácil entretener a cinco niños, la diversidad de edades exige distintas aventuras.
Contratarán los servicios de un especialista en buceo.
Las nenas a la hora de calzarse los tubos de oxígeno, desisten de la idea de internarse en la profunidad del lago.
Prometen quedarse tranquilas en la costa.
El clima no hace necesario el uso de los clásicos trajes de neoprene.
El instructor está acostumbrado a los miedos de los principiantes.
Les explica que el bautismo no demandará demasiado tiempo.
Tío y papá de los chicos se quedarán con las nenas
Junto al profesor de buceo se internan en las aguas cálidas, son una caricia para los cuerpos enrojecidos por Febo.
Es hora de sumergirse.
Abraza a su hijo siguiendo cada instrucción.
Las antiparras protegerán la vista, a través de ellas observarán un mundo mágico.
Peces multicolores acompañan el descenso, juguetean con las piernas de los nadadores.
Bajarán a un banco de coral.
Imposible describir tanta hermosura oculta debajo del agua.
Pocos minutos alcanzaron para descubrir las bellezas naturales que duermen en el fondo del lago.
Agua transparente, límpida, cristalina.
Fue sabio quien hizo posible semejantes vistas.
Solo se escucha el rumor del agua mientras flotan.
No alcanza la mirada para capturar todas las imágenes.
Conocedor de las emociones que se viven, el experto las apresa con una cámara subacuática.
Será un recuerdo del viaje, madre e hijo están unidos, tal cuando el niño nadaba en su vientre.
Es hora de emerger a la superficie, para siempre quedarán grabadas en la mente de los que participaron de esta experiencia que no se puede explicar con palabras.

http://www.youtube.com/watch?v=ikutCJd13cM&feature=related