La imaginación es el mejor vehículo para viajar cuando tenemos necesidad de distendernos sin movernos del lugar en que estamos.
Basta cerrar los ojos para que los sueños acudan a nuestra re mente.
Imágemes adoradas vuelven a estar junto a nosotros.
Es triste cuando intentamos tocarlas pues aquellas se desvanecen.
Pasé por esa experiencia, puedo afirmar que jamás he de olvidarla.
Te tenía cerca, tanto como para abrazarte y llenarte de besos,.
No pudo ser.
A medida que me acercaba creyendo alcanzarte con el propósito que te llevaras tan solo una caricia, tu imagen se alejaba son dejar de mirarme con esos ojos cargados de tristeza pues sabías que el no poder darte un abrazo sumaría más dolor a este calvario que transito desde que no estás físicamente .
Quiero que recordemos juntos un lugar en la playa cuando eras pequeño
Se trataba de un parador marítimo en un Club de Pescadores de cualquier ciudad costera.
Para acceder al lugar dejamos estacionado en la costanera, bajamos una pendiente con la ayuda de una escalera cuyos tablones estaban casi enterrados en la arena.
Aprestaste con fuerza mi mano para señalarme algo.
Una mujer a la que no pude calcular la edad escribía con una rama el nombre de alguien.
Te soltaste de mi mano acercándote a ella.
De nada hubiera valido que te llamara para seguir nuestro paseo, por lo tanto me quedé esperándote sentada en la escalera de peldaños de madera que habían visto pasar el tiempo.
Con un ojo te vigilaba a vos para no perderte de vista con el otro observa nubes negras, amenazantes.
No me importaba no ingresar al Club de Pescadores un sitio que posee juegos de salón y una surtida biblioteca.
Fue construido en la mitad de muelle.
La estructura es de madera igual a los pilotes que la sostienen.
Es un ambiente agradable donde la mayoría son mujeres y niños que esperan el regreso de sus esposos o padres al puerto que está muy cercano.
Después de un largo rato regresaste a mi lado.
Me contaste una historia conmovedora.
Esa señora de nombre Inés, hacia más de una hora había bajado de una nave que hace viajes un día de la semana para aquellos que han perdido un ser querido tengan la oportunidad de arrojar sus cenizas al mar.
Inés había arrojado as cenizas contenidas en una urna de su único hijo.
Al bajar de la embarcación decidido seguir caminando por la playa, estaba extenuada, quebrada por el dolor.
Que así como la encontraste, con una rama escribía el nombre de su hijo en la arena, en pocos minutos la fuerza de las olas se llevaría mar adentro el nombre de ese joven.
Fe tan conmocionante la historia que suspendimos el paseo al Club de los Pescadores para cualquier otro día.
Antes de irnos de la playa bebimos un refresco en el parador, un lugar repleto de macetas con flores para todos los fustos.
Hijo mío el destino quiso que fuera yo quien cumpliera tu voluntad.
Para hacerme sonreír e decías que tenías claustrofobia y del comercio cruel de los cementerios.
Preferías que tus cenizas colaran a cualquier destino.
Es una decisión muy fuerte, no me importó cumplir con tu pedido.
Sabrás que los treinta y nueve días posteriores a tu partida estuviste en casa acompañándome, hasta que llegó el momento de decidir que lo mejor sea la opinión de la dueña de la Luna, tenías que estar en el lugar preciso desde donde parten las almas para llegar al Reino de los Cielos.
Mi vida está robotizada.
Nada me causa interés.
Lo único que me importa es recordarte y establecer la mágica conexión de las letras.
He aprendido a descartar todo aquello que pueda lastimar otorgándole a cada episodio el exacto valor que tienen,
Me reconforta tener a mi familia choquqita a m lado, compreniéndo mis silencios o ausencias temporales.
Ellos está y estoy para ellos.
Lo demás son solo circunstancia.s.
Sabés que mi cariño hacia vos sigue creciendo y así será hasta el momento en que pueda reencontrarme con vos.
Como ello se parece a un laberinto, mientras esperamos te propongo que nunca olvides a tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=rDHLNBv71z0
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