Tuesday, April 11, 2017

LAVANDAS PARA TU CIELO






Juntos recorrimos infinidad de caminos.
Muchos más son los que nos faltaron caminar.
Entre tantos recuerdos que hoy duelen de una manera indescriptible evoco aquellos donde la naturaleza lucía en todo su esplendor.
Senderos rocosos , serpenteantes nos llevaron a un sitio del sur de nuestro país que visitamos hace años, quedaron perpetuados en mis retinas y en la memoria un camino de perfumadas lavandas de color púrpura.
Aparecieron en un espacio donde se había coronado como reina la soledad.
Nos preguntamos quien las cuidaría para que lucieran tan hermosas en un lugar tan rocoso como árido.
Erguidas en sus espigas suave la brisa lograba que danzaran para nosotros dos.
Un sendero soñado culminaba abruptamente en el brazo de un lago de aguas cristalinas donde ellas se reflejaban ofreciendo un espectáculo conmovedor.
Cruzando el curso de agua las lavandas se multiplicaban en entre las piedras de un acantilado.
Entre todas sobresalían unas cuantas de su especie de color blanco inmaculado, derrochaban fragancia y color.
Recuerdo que filmaste durante varios minutos ese paisaje único que parecía ser el comienzo para llegar a las puertas del cielo.
En aquellos años tan vitales para vos jamás imaginé que el firmamento sería tu eternidad.
No he viajado a ninguna parte desde que no estás y de hacerlo en un futuro incierto, nunca elegiría aquellos lugares que tuve la dicha de conocer a tu lado.
Siempre tomados de la mano me parece oír tus advertencias “tené cuidado ma”
Es difícil explicar con palabras entendibles mis sentimientos actuales.
Siento que con tu ausencia a diario muero y renazco sin saber por qué el destino se llevó al hijo de mis entrañas.
Duele el pasado reciente.
Rescato tu valentía de pelear cada minuto por esa vida que se extinguía,
Lo más terrible era comprender que tu sabiduría intuía el final.
Nada pude hacer para evitar tu padecimiento.
Si bien me pedías que no dejara que te utilizaran para experimentar, cuando arribaba la junta médica le implorabas que hicieran todo lo que estuviera a su alcance para curarte pues debías cuidar a tu mamá.
Esos momentos terribles no los puedo superar por más que ponga mi mejor empeño.
Mientras sufría tu cuerpo entero, mi alma se desgajaba en jirones que el paso del tiempo no volverá a unir.
Hace un par de días conversaba con una mamá, contaba de la tristeza que la embargaba pues hace tiempo su hijo está radicado en el exterior.
No fue necesario que le dijera que al menos podía comunicarse a diario gracias a la tecnología.
Bastó que mirara mi gesto para entender que son situaciones distintas.
Ella se siente sola sin embargo tiene la posibilidad de abordar un avión para reunirse con su heredero.
Al notar mi silencio ante un dolor del que se puede salir, expresó que su caso era distinto al mío , me aconsejaba que tenía que recuperarme para seguir viviendo.
Nadie comprende que por más buenas que sean las intenciones, ningún terrenal sabe si yo quiero seguir viviendo.
La vida cotidiana carece de sentido cuando se pierde a un ser luminoso como vos.
No soy necia, peso solo puede entender mi dolor quienes hayan pasado por circunstancias similares.
Tampoco me ataca la terquedad como para ignorar que muchas madres se sienten vacías como yo.
Me han aconsejado que acuda a grupos de auri ayuda donde los padres han pasado por instancias iguales a las mías.
A todos ellos les expreso mi agradecimiento por su voluntad de ayudar pero es muy pronto para compartir algo tan profundo como la muerte temprana de un hijo.
Por ahora no siento la necesidad de compartir una herida tan profunda que nunca cicatrizará.
Todo llega en el momento que debe suceder.
No estoy peleada con la vida, acepto as imposiciones de seres superiores.
Jamás aceptaré que el hijo que traje a la vida hoy se haya convertido en un puñado de cenizas.
Estimo que todo duelo lleva un tiempo para elaborar e intentar encontrar paliativos que puedan recomponer la vida.
No lo sé.
La vida con ausencias no tiene razón de ser.
Quizás más adelante pueda abrirme a otros argumentos por ahora no es tiempo y no es una decisión caprichosa.
El dolor duele de verdad y no es una expresión literaria.
Mi existencia cambió de manera brutal.
Me perturba no saber en qué fallé para recibir un castigo tan cruel como feroz.
Hijo de mi alma, hoy elegí el perfume de las lavandas para que lleguen a tu mundo celestial.
Mientras dure mi existencia sin sentido no dejare de establecer este contacto literario que nos une como si fuera una confesión.
Te amo, lo sabés, por ello te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=aruSO2lJ4CU

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