Friday, April 14, 2017

TORMENTA EN MI ALMA SOLITARIA






Es imposible conciliar el sueño cuando la mente está atrapada por dulces recuerdos.
Recuerdos compartidos con el hijo que se trajo a la vida y sin saber muy bien por qué el destino me lo arrebató para llevarlo a los brazos de Dios.
Imposible conciliar el sueño cuando esos recuerdos movilizan los más puros sentimientos.
Mientras escribo escucho caer las primeras gotas.
Al principio parece una lluvia normal.
En un instante el cielo es surcado por saetas violáceas que al llegar al suelo emitirán un grito desgarrador.
Los relámpagos asemejan flashes que iluminan una noche fatasmagórica.
Si estuvieras aquí seguramente me preguntarías “Ma quién es el Dios de los truenos o las tormentas”.
Tu pregunta lograría que esta mamá se relajara, olvidando por un momento el sonido atroz de los truenos para contarte que en la mitología Asiria y Aramea el Dios de la lluvia y las tormentas recibía el nombre de Hadad.
Un dios amado por los agricultores pues era convocado para que la siembra de los campos creciera sin grandes dificultades con el objetivo de lograr la mejor de las cosechas.
Si bien Hadad era una deidad benevolente, los malos procederes del hombre lo hacían enojar al punto de lograr su ira que terminaba en inundaciones o diluvios para los enemigos de la ciudad en la que moraba.
Su padre Anu fue quien le enseñó a dosificar la cantidad de agua en forma de lluvia que debía llegar a cada región
Es comparado con el Dios griego Zeus, el romano Júpiter o el egipcio Set.
Su templo es la noche eterna, es una de las deidades más veneradas pues es un gran benefactor
En Grecia comparte el templo con Nixt la deidad femenina de la noche y las sombras.
Mientras te contaba la historia mitológica la tormenta fue menguando su ferocidad.
Estabas cansado, sé que permaneciste despierto para evitar mis miedos.
Cuando tus bellos ojos indicaron que estabas profundamente dormido te abrigué.
El viento había cambiado de dirección, El amanecer se presentó cp un cielo límpido.
Baje las persianas de tu dormitorio.
Las luces del exterior le daban un marco especial.
Tus largas pestañas proyectaban una sombra especial sobre el párpado inferior.
Eras bello, dormido o despierto.
Esta mamá que hoy tiene atormentada el alma nunca pensó que presenciaría tu sueño final.
Un sueño del que jamás despertarías.
Puedo contarte que estabas bellísimo.
No tenías signos de sufrimiento.
Atrás habían quedado los científicos que cosificaron a toser con el solo propósito de investigar sin saber muy bien qué era lo que estaban haciendo.
Pensé en fotografiar tu belleza unánime, tu cuerpo inclinado hacia el sitio donde sabías que estaba yo.
Como siempre esperando las caricias de tu mamá.
Hice bien en no fotografiar el final.
Era un instante que nos pertenecía a nosotros dos.
Pedí que najaran las barandas de tu cama para darte el abrazo póstumo.
No entendía a cuerpo médico que solicitaba que me despidiera de vos.
Infames depredadores.
¿No sabían que una madre no puede despedirse definitivamente de su hijo pues el amor trasciende la eternidad?
Agradezco a la vida que me haya permitido traerte a un mundo a veces demasiado hostil.
La magia de la excelencia es corta en el tiempo.
No desperdiciamos un solo minito.
Siempre hubo tiempo para decirnos cuanto nos queríamos.
Siempre tu luz igual que ahora iluminando mi camino pese a saber que muchas sombras no encontrarán definición hasta el día que se produzca nuestro reencuentro.
En ese momento desaparecerán las tormentas que enturbian mi alma-
De nuestro léxico desaparecerá la palabra desamparo.
La soledad se evaporará.
Quizás vuelva a incorporar a mi vocabulario la palabra felicidad que tu ausencia temporal se llevó.
Te amo como siempre, todos los dunas un poco más.
Siempre serás mi sostén, el pilar que me impide caer a las profundidades de abismos ancestrales.
La tormenta será un recuerdo más.
Mientras llega mi momento solo te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=T6KNJ3KpM0M



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