Monday, December 04, 2017

SÍMBOLOS DE AMOR






Regreso a mi infancia con la experiencia de hoy.
Es increíble como la memoria guarda datos precisos de cada terrenal.
Afirman los científicos que estudian el comportamiento del cerebro qye se puede recordar a partir de los cuatro años.
Sebe ser así, recuerdo que pasada esa edad cuando mi madre me llamaba nunca me encontraba pues estaba no escondida, sino ocupando mi lugar favorito.
Acostada debajo de un sillón del jardín de invierno.
Delante de mí uno de los principales diarios de mi país en el que aprendí a leer sola y sin ayuda.
No es recomendable, ya que los niños que ingresan al jardín de infantes con conocimientos previos se convierten en una molestia para la clase y agotan la paciencia de las maestras jardineras.
Así era vos tesoro de mi vida, terminabas todo antes y dedicabas el resto del tiempo a socializar con tus compañeritos.
Fue así que para ocupar tu tiempo, la maestra te nombro su secretario, eras el encargado de buscar los registros o ir a la mapoteca.
En mi caso fue diferente.
Era una alumna silenciosa que vivía en su propia burbuja.
No molestaba a mis compañeros.
Recuerdo que una vez teníamos que dibujar un moisés, no me gustaba dibujar.
La impotencia logró que por primera vez llorara en la escuela, negándome a realizar la tarea asignada.
Afirmé mis argumentos como lo hace siempre y lo haría a lo largo de mi vida.
El dibujo en cuestión nada aportaba a la clase y no pensaba hacerlo, no por rebeldía sino por sentido común.
La maestra de primer grado terminó dibujándolo en mi cuaderno.
Citó a uno de mis padres para contarles el episodio.
Mi papá tenía su estudio a una cuadra de la escuela por lo tanto acudió él.
Le restó importancia al incidente.
Desbarató los argumentos de la maestra diciéndole que no había que darle tanta importancia a un episodio de se tipo.
Una niña de seis años está firmando su carácter.
Cunado me preguntaba que sería cuando fuera grande mi respuesta era la misma, quiero ser jugadora de letras.
Decir escritora me parecía demasiado ampuloso, además no sabía si lo lograría.
Me gustaba aislarme, no era amiga de compartir juegos.
No era tan sociable como fuíste vos que le sacabas palabras a las piedras.
Ru actitud comunicacional siempre será parte de tu vida,
Tanto en la vida terrena, como en esta nueva en la que no puedo visualizarte.
Tu abuela materna me había regalado un barrilete o cometa como suelen llamarlos en otros lugares de América con la forma de un corazón por ende el color era rojo pasión.
Tenían que tener cola formada por cintas y terminaban en otro corazón más pequeño.
Fascinada con ese regalo tan original, buscaba lugares abiertos para poder remontarlo, pensando que llegaba al cielo cuando aflojaba el hilo,
No era un juego de niñas.
Hoy recordando ese detalle puntual lo asocié a vos.
La vida da señales, anticipadas o después de sucedidos ciertos hechos que traza el destino.
Mi realidad me dice que no fue casualidad que la abuela me regalara ese barrilete con dos corazones.
Transpolando el tiempo a mi realidad puedo discernir aun cuando pueda equivocarme que el corazón rojo que acariciaba el cielo era el tuyo pues el destino decidió que partieras antes y el secundario apoyado en la tierra simbolizaba el mío.
Nada es casual
De aquella niña taciturna solo quedó el gran amor hacia la humanidad que no es lo mismos que los seres terrenos.
Los humanos poseen aptitudes que los alejan de los seres terrenales.
Tienen luz propia como vos,
Son solidario sin esperar nada a cambio como debe ser.
No son mayoría en el planeta por ello hay que cuidarlos como si fueran una especie en extinción.
Algo no hice buen para que siguieras aquí.
Seguramente me lo contarás cuando llegue a tu lado.
Te amo tesoro por ello siempre te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=SnLOww3fndE&t=63s

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