Saturday, April 14, 2018

EL CIELO ES DE TODOS








Existe un espacio en el Cosmos que a todos los seres vivientes nos iguala.
Ese sitio es el cielo.
Nadie queda exento de llegar a un lugar que imagino majestuoso.
Una reproducción de la tierra, en la que no falta ninguna especie.
Celebro que sea así.
Amoche sentí deseos de salir de mi refugio aprovechando la noche fresca y despejada.
En esas instancias solo llevo el documento y algo de dinero en el bolsillo del abrigo .
Casi siempre no regreso caminado sino en remís.
Busco espacios abiertos para contemplar las estrellas en todo su esplendor.
Creo que juegan para saber quien brilla más.
Luna ausente descansa en otro continente.
Pese a su fase oscura el firmamento estaba iluminado como si por allí hubiera pasado el más excelso artista del pincel.
Las luces de la ciudad lejana daban luz al comienzo de la esfera celeste.
Los tonos eran apasionantes.
Como siempre te busqué entre las estrellas.
Sé que te sientas en uno de sus vértices para reflexionar.
No te encontré.
Lejos de enojarme pensé que estabas viajando en la cola de un cometa, para conocer sitios que no han llegado a tu retina y vas en busca de ellos para alimentar tu luz.
Diáfana la recibo en el medio de mi corazón.
Te aseguro mi amor que estaba sola.
De pronto sentí que tenía algo en mi mano izquierda.
No tardé en recordar que era el collar que usaba tu primera mascota.
Un collie tricolor al que bautizaste con un nombre original “Gilberto”.
Lo primero que te pregunté que haríamos cuando volviera de Ushuaia el dueño del nombre.
Con naturalidad dijiste que no se enojaría ya que le gustaban las mascotas.
Gilberto como su dueño era un perro especial.
Conocido y famoso por sus vueltas que hacia solo.
Lo dejábamos pus era inteligente y sabía volver después de haber saludado a la panadera y espera su premio.
Lo mismo hacía en uno de los primeros almacenes chinos que aparecieron en la zona.
Recuerdo como si fuera ahora cuando una soleada mañana tocaron el timbre.
Por el horario pensé que era el cartero.
Ciando abrí la puerta un oven de narna u anteojos me saludó con un ¿Cómo estás?
Lo hice pasar pensando en desaparecer de la faz de la tierra.
A continuación apareciste vos.
Detrás de ti Gilberto que le movía la cola al invitado.
Lo acarició hasta cansarse.
Allí vino la pregunta letal.
¿Como se llama esta preciosura?
Alegremente respondiste le pusimos Gilberto para tenerte siempre con nosotros.
Mi rostro estaba encendido como un volcán.
Tan elocuente en otras ocasiones no podía modular una palabra.
El dueño del nombre lo advirtió.
Escuché ti vocecita diciendo ¿Viste má, Gilberto no se enojó?
;ira como acaricia a Gilberto.
Evoco que cuando Gilberto partió por una enfermedad. Le pediste a tu abuelo que plantara un jazmín.
Era pleno invierno por lo tanto se eligió otra especie de planta y lo que quede de él, quedó descansando en la vieja casa.
Anoche mientras miraba la correa del can sentí la presencia de tu perro, mejor expresado nuestro perro.
No lo podía visualizar con su clásica melena al viento.
Quieto estaba parado al lado mío, como queriendo decir que él también está junto a vos.
A esa silueta luminosa le pregunté ¿Por qué no puedo estar con Ustedes?
El silencio lastimaba como tantas otras veces.
Ayer por la tarde estuve con B.
Adoro estar con tus amigos, me cuentan anécdotas que no conocía.
Estuviste en la conversación todo el tiempo.
Tanto él como D te recuerdan con mucho amor.
Siento paz al verlos.
Estoicamente soportan mis lágrimas.
El dolor es capaz de crear una especie de caparazón para que los demás no adviertan que las heridas continúan abiertas.
En mi caso seguirán e ese estado hasta que llegue el momento que más espero.
Tesoro te quiero tanto que no puedo expresarlo con palabras adecuadas.
Te pido una vez más que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=DSfTXsHQMOk

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