Friday, January 25, 2019

PERFILES





Pasado y presente adquieren expectativas diferentes desde tu ausencia temprana.
¿Qué podría rescatar del ayer?
Todo.
Comenzaría en el instante de tu advenimiento.
Fecha inolvidable donde pude rozar el cielo con la punta de mis dedos sin pensar que alguna vez estarías morando allí.
Como sabés desde hace meses las contradicciones no dejan de acompañarme.
Como toda mamá pienso en la probabilidad de un cercano reencuentro.
¿Podrá concretarse o será una quimera más?
En ocasiones, estimo que ciertos paradigmas no han cambiado
Conservo la ilusión para recrar la existencia de un cielo, otro plano, dimensión o la eternidad.
Cuando la realidad grita “Camina por las tinieblas” para encontrar la esencia de aquello perceptible solo a la mirada del corazón, los dogmas preestablecidos se rompen como una copa de fino crisal ante un sonido insoportable.
¿Es justo que el destino con sus artimañas conocidas te deje en total estado de desamparo, arrancándote al ser más preciado de nuestro existir?
No.
Es uno de los tantos dolorosos absurdos carentes de explicación.
¿Qué más podría rememorar del pasado que ahora djó de ser no tan lejano?
Tus primeros pasos.
Inseguros como los de cualquier niño de tan corta edad.
¿Cuál fue la estimulación?
Somplemente sostener ua rama de flores de perfumadas alverjillas.
Tu curiosidad pudo más que la inseguridad.
Llegaste a mi, con la sonrisa de siempre.
Colmé tu carita rosada de besos.
Tu boca en la que asomaban los primeros dientes me regalo la más bella de las sonrisas que puedo recordar.
Te abracen fuerte para capturar en mi alma ese momento mágico.
Buscaste seguridad sentándote en el suelo.
En tus manitas tenías el trofeo obtenido ante semejante esfuerzo.
¿Qué más podría rescatar?
Todo.
Tu paso por el jardín de infantes.
Siempre has sido un ser más que sociable.
Terminabas los trabajos antes que otros niños.
Es cierto, la culpable fui yo.
Ingresaste a esa etapa de la escolaridad, sabiendo leer y escribir.
¡No podía desaprovechar tu intelecto!
Enriendo la inquietud de tu maestra.
Al concluir los trabajos antes que otros niños de tu edad, dedicabas el resto de la clase a socializar.
Al fin tu maestra encontró la manera de mantenerte ocupado.
Serías su secretario.
El encargado de ir a buscar el registro de asistencia.
Buscar materiales didácticos.
¿Resultó?
A medias.
Siempre has sido tan diligente que tus tareas finalizaban antes de los tiempos estimados.
Cada uno de tus logros es mi orgullo.
¿Por qué todo finalizó de manera tan abrupta?
Tenías demasiado para compartir.
¿En qué lugar habrán quedado tus sueños truncos por la muerte?
De mi presente nada puedo salvar.
A pesar de contar con la compañía de mi familia chiquita no puedo dejar de sentir el peso de la soledad.
A esta altura de los acontecimientos, no es suficiente pensarte.
No estás.
No puedo modificar ese estadío.
¿Cómo imagino el futuro?
Solo deseo partir a tu lado.
Lo haré con los ojos cerrados.
Me niego a asimilar tu muerte tan inoportuna.
¡No deseo seguir así!
Me hacés falta.
La vida no tiene razón de ser sin vos.
¿Cómo ingresaré al futuro?
Con los ojos cerrados.
Esperaré los perfiles capaces de sorprenderme.
Tenemos mucho para conversar.
¿Nos hostiga el paso del tiempo?
No.
Será la posibilidad de estar juntos para siempre.
Nadie nos puede separar.
Tesoro de mi vida, no encuentro palabras nuevas capaces de transmitir mis sentimientos.
Te amo más que a nadie en el mundo, por ello te pido que nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.


https://www.youtube.com/watch?v=lStBsJBVMpY

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