Wednesday, August 21, 2019

IMPÍO PAROXISMO



Luz de mi existencia, desearía saludarte con alegría.
Esa posibilidad se me ha negado.
Hoy no es un día como todos los otros.
Los recuerdos tenebrosos aparecen en una sucesión que no desea finalizar.
Hace cuatro años, a la madrugada, caminaba por el pasillo del piso donde estábamos internados.
Conté cada cerámica del suelo de tono marrón.
No quiero recordar el principio del fin.
Llegaría sin anunciarse.
La puerta abierta de la habitación, permitía te viera entregado a los escasos momentos de descanso.
Por las noches evitaban lacerar tu cuerpo lastimado.
Sabemos que en época invernal, las alboradas despiertan más tarde.
Pese a los ochos días de internación esperando un diagnóstico que aparecería con crueldad en otro complejo de salud, la alerta era máxima.
Te cuidaba para que nadie siguiera lastimándote.
Nadie, más allá de la edad cronológica merece el bastardeo buscando algo que no se encontrará cuando las condiciones son irreversibles.
Entendí ese día que en cualquier instante abandonarías el mundo de los terrenos.
Consulté el reloj.
Marcaba las cinco de la madrugada.
Parecías estar entregado al descanso.
Necesitaba estirar las piernas para alejar los calambres por estar siempre en la misma posición.
Sentada a tu lado sosteniendo tu mano derecha.
Quería abrazarte como si fueras un bebé.
No podía.
Tu brazo izquierdo tenía varias vías por medio de las cuales recibías medicación.
Soporte a una vida que estaba diciendo, adiós.
En silencio pude llorar.
Mi deseo era que cuando despertaras, pudieras verme sonriente, inventando mil historias que jamás tendrían final feliz.
En un segundo se cortó la energía eléctrica.
Comenzaron a funcionar los generadores.
La luz de éstos es mortecina.
Pude ver el rostro de la muerte en el tuyo.
Tieso en tu cama,
El rostro macilento como si estuviera esculpido en el mármol.
Recuerdo perfectamente que estaban cambiando tuberías del lugar.
El trabajo se hacía a horas extrañas para no perturbar a los pacientes.
Sentí algo semejante a martillazos sobre el zinc de aquellas.
El sonido asemejaba a tañidos de campanas cansadas en medio de la oscuridad.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo.
Era necesario siguiera disimulando.
Entré a la habitación para estar cerca, tuyo, en el momento que despertaras.
No deseaba sintieras el horror de la soledad.
Esta mamá era larga duración.
Mi vida sierre serás vos.
Advertí, te habían quitado todos los soportes que de manera artificial, te conectaban a la vida a punto de extinguirse.
¿Por qué tanto horror antes de morir?
Solo faltaban siete días para el peor final.
Una vía con suero impediría tu deshidratación.
El zinc seguía sonando laxo, ante la intermitencia de la luz.
Sentí te habían abandonado a tu propia suerte.
Como una desquiciada corrí hacia la enfermería.
Increpé al enfermero a cargo del sector.
Estimo que no imaginó la reacción inesperada de una mamá buscando respuestas.
Pidió que no siguiera con el interrogatorio.
Solo cumplía órdenes escritas.
¿Hubiera sido capaz de permitir adelantaran tu final?
Nunca, jamás.
El encargado del espacio llegó a informar que a primeras horas de la mañana pasaban los médicos.
No podía contestar nada más.
No era necesario me dijera que tu estado era delicado.
En ese instante quise ser ciega para no ver la realidad dolorosa.
Sorda para no escuchar la peor verdad.
Muda, para no pronunciar palabras que afectaran tu camino hacia el final.
Sutilmente lo disfrazaría todas las veces que fuera necesario para evitar siguieras sufriendo.
¿Saben que siente una mamá ante la inminencia de la partida de su hijo?
Horror inexplicable.
Logré que el técnico despertara de su letargo a los médicos ¿?.
Conocían de la bravura de quien escribe.
Mi comportamiento fue idéntico al de una fiera, protegiendo a su cría.
Solo importaba tu bienestar.
¿Cómo algunos pretenden olvide esos momentos trágicos?
¿Han pasado por experiencias similares para expresarse con tanta liviandad?
¿Han tenido la tragedia de perder a un hijo que se trajo a la vida para que viviera?
En ocasiones es preferible callar, antes de dar recetas no compatibles con el horror.
Al día siguiente fuimos trasladados a otra institución de mayor complejidad.
El destino no vuelve atrás cuando decide.
Tu suerte estaba signada por la muerte prematura.
Otro horror del que nunca podré emerger.
Aparecería el manoseo.
Los silencios de los que cosifican a terrenales y humanos.
Si existe un ser superior juzgará semejantes dislates.
No fueron mejores los días siguientes.
Solo yo, podía entender las palabras que mencionabas con un hilo de voz.
Pese a la fragilidad de tu estado y la gravedad del mismo.
Me pediste descansara en la cama contigua a la tuya.
¿Cómo pudiste pensar en mí, cuando se acercaba la muerte?
¿Quién ha sido tan necio como para no apreciar tu generosidad?
Más adelante sobrevendrían, los peores instantes de nuestras vidas.
¿Pudimos despedirnos?
¿Estuve a la altura de los acontecimientos?
¿Quién es el dueño de la verdad?
No te tengo.
Ese camino no se puede desandar.
Ocurrió.
Las peores ideas me abatieron.
Lamento que ninguna de ellas mutara a realidad.
¿Qué hago aquí?
¿No comprenden, no es mi lugar?
No bajare los brazos nunca.
Derrotada, resurgiré de las cenizas como el Ave Fénix para continuar dando batalla.
Sé que sos el puntal que me sostiene para seguir en contra de mi voluntad.
¿Hasta cuando?
¿Pueden imaginar el horror de ver la muerte del ser que más aman en todos los mundos posibles?
¿Por qué me piden olviden?
¿Por un instante se podrían colocar en el sentir de las madres que han perdido a sus hijos?
No soy tan obcecada para pensar que soy la única.
Demasiadas atravesamos el mismo dolor.
No busco piedad.
Solo me gustaría que otros puedan comprender a quienes hemos quedado en absoluto estado de desamparo.
No son suficientes las viejas recetas.
Quien las otorga no sabe del dolor que se tiene cuando un hijo está muerto.
Es una palabra dura.
Lo sé.
¿Hay otras capaces de explicar esta horrible situación?
A todos escucho, pues una de mis características es estar alejada de la necedad.
Chiquito, te necesito.
¿Cómo expresar mi deseo de culminar esta realidad carente de sentido?
¿Qué hago aquí?
¿Es mi lugar?
Nadie esta habilitado para responder.
Hipocresía en estado de máxima pureza.
No quiero compasión ni piedad.
Deseo por sobre todo, darle un beso a mi hijo.
¿Probaron un mes de no darle uno al de ustedes?
Hace más de mil cuatrocientos días y sus noches que no puedo mimar a mi descendiente.
¿Es natural?
¿Por qué nadie señala el error que supuestamente, cometí?
¿Amar a un hijo de manera exacerbada es un pecado?
¿Dónde está escrito?
¿Conocen el dolor?
Hijito te amo como a nadie en este y otros mundos.
Estoy hastiada de estar aquí.
Es inmoral mi cautiverio.
Ningún ente puede argumentarlo.
¿Dónde está el ser superior en el que ustedes creen?
¿Solo escucha aquello que desea oír?
Cielo adorado, como siempre te pido que hoy más que otras veces, nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=zu-hVmAfSwg

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