Tuesday, August 27, 2019

UNA PUERTA, EL PARAÍSO



Mi vida adorada, recordando las horas que antecedieron al final menos esperado, he de decirte no puedo calmar la desesperación.
Demasiado sufrimiento para el ser más luminoso y generoso que conocía.
¡Mi hijo!
¡Orgullo eterno!
La muerte no puede opacar ninguno de nuestros minutos compartidos.
¿Es ella la responsable que impide aparezcas en mis sueños?
¿Pretende me arrastre como una serpiente suplicándole?
¡No lo haré!
Una decisión que no obedece a caprichos extemporáneos.
De estar a mi lado, jamás hubieras permitido, me convirtiera en una mamá que en lugar de recorrer los senderos de la vida terrenal, reptara.
Nunca mancillaré ti memoria.
No esparciré olvido sobre los recuerdos.
Permanecés vivo en cada célula de mi ser.
Otra noche esperándote sin que pudiera soñarte.
¿Tan lejos estás de mí que te amo de manera difícil de cuantificar?
¿Persiste tu esencia?
Quiero que sepas todos los temores me azotan.
¿Qué hacer si estás enfermo y no te puedo ayudar?
Chiquito ¿Llegan a enfermarse los muertos?
¿Quiénes los cuidan ante la ausencia de sus mamás?
¿Cómo auxiliarlo si la distancia se interpone entre nosotros?
¿Cuál es el camino que me llevará a tu lado sin más dilaciones?
¿Cómo desean siga creyendo si a cada paso recibo el azote de la realidad?
Inevitable no recordar el día que antecedió a tu muerte temprana.
¿Cómo explicar los sentimientos que nos aprisionaron?
Mimos y besos se reiteraban sin cesar su continuidad.
Esa mañana te permitieron todo aquello que no podías hacer.
Por la tarde llegaría el horror.
Tu traslado a otra habitación.
Un espacio raro de toda rareza donde esconden a quienes morirán.
¡Qué ilusos son!
No está en la línea de otras.
Es fácil advertir, la diferencia.
¿Sienten pudor por los muertos que asesinan en nombre de una cura imposible?
Todo las malicias se pagan aquí.
Linda con una puerta vaivén que lleva a los ascensores.
Nadie los utiliza.
Está destinado para las camillas que trasladan a la morgue a quienes perdieron la vida.
¿Es necesario semejante horror?
Tu fuerza se extinguía.
No había una pequeña lucecita que te aferrara a la vida.
Fue tan evidente la torpeza de esos entes que no califican como humanos, que solo un necio no hubiese podido adivinar se acercaba el final.
Sé que fuiste quien infundió fuerzas en mi ama para que ninguno de esos mamarrachos pensara en mi derrota.
Poco importaba ese detalle.
Tu vida se escurría entre nuestras manos que permanecieron asidas hasta el final.
Odié y saque a los empujones de la habitación a un pseudos médico de talla enorme que quería redactar por anticipado el certificado de defunción.
No le brindé ningún dato.
Deseaba terminar antes de tiempo un trámite administrativo.
Por ello mi loca y desmesurada reacción.
No pudo concretar sus anhelos.
¿Cómo pueden comportarse de manera tan bestial para dejar todo listo antes de la llegada de un fin de semana?
Nunca sería cómplice de la barbarie.
Ella te afectaba.
¡No poseo dificultad de mis cualidades mentales!
Nunca permitiría avasallaran los últimos momentos de la vida de mi hijo.
¿Pueden entender la tragedia sin adjetivarme?
¿Qué términos utilizar para calificar a una mamá que está en la antesala de las horas del final para su hijo?
¿Cuál es la manera correcta para calificarla?
¿Debe esconder su sentir?
Solo pueden adjetivarla quienes hayan pasado por iguales circunstancias.
Cuando se decide traer un hijo al mundo es con la ilusión que viva para sierre.
¿Ustedes, si tienen descendientes, han pensado en la muerte de ellos?
No existe ningún dolor que se compare con ello.
Abundan los deseos de terminar con la farsa que a veces tiene la vida terrenal.
Otra vez debo preguntar ¿Por qué hace tanto tiempo no aparecés ,en mis sueños?
¿Estás enojado por el extravío de tu pasaporte?
Desapareció.
No puedo adjudicarlo a una pérdida.
Tampoco poseo elementos para culpar a nadie.
Fue una distracción de mi parte.
Dormía con ese documento.
Les había comunicado a los integrantes de mi familia choquita, mi deseo de ser incinerada con ese documento en mis manos.
De esa manera, la crueldad de la muerte no insistiría en su deseo de separarnos.
Pese a tu ausencia en mis estados oníricos, anoche estuve paseando pro un extraño jardín.
¿Por qué lo califico así?
Brotaban las flores por doquier.
Eran el marco de una puerta de hierro forjado.
Existía un banco de plaza.
En la espera alguien me dijo estaba frente a una de las puertas que llevan al paraíso terrenal.
¿Son esas?
Solo vos, sos conocedor de la respuesta.
Siempre me gustaron los ratos de sol filtrándose por espacios desconocidos.
A todo le otorga un aspecto especial.
Las flores derrochaban fragancias exquisitas.
Me mantuve inmóvil, esperando que alguien me dijera hacia donde llevaban los peldaños de la escalera.
Seguía en el banco de plaza pensándote.
No puedo hacer nada más que ello.
Temí ascender la escalera.
Ignoraba si llevaba a las puertas del cielo.
En otras circunstancias, quise ascender.
Se presentaron diferentes obstáculos.
Creí muchas veces llegar al final para darte un beso.
Un cristal infranqueable, se interpuso entre nosotros.
Mil veces te quise abrazar.
Muertas mis manos se unieron a la nada misma.
¡Preciso verte solo una vez!
Desearía saber si tu silencio obedece a la distancia impuesta por la eternidad u otras causas.
¿Es el silencio tan demoledor como en suelo terreno?
¿Vida mías has llorado alguna vez por estar solo?
¿Quiénes te acompañan?
¿Qué se siente al morir?
No temas no he perdido la razón.
Simplemente no puedo aceptar tu ausencia.
En la tierra era to quien compensaba tus miedos.
No admito el sufrimiento después del final.
No comprendo la soledad de quienes han perdido la vida.
Quiero, deseo pensar en otros mundos.
Tu silencio me lleva a inferir que todo se acaba con el último latido del corazón.
¿Por qué no me dejaron ser tu guía en el viaje final?
¿Estás enojado a causa de ese impedimento?
No quise ocurriera así.
¿Cómo puedo enmendar las fallas de mi proceder?
¿Puedo seguir abrigando la utopía de un encuentro cercano?
¿Sabías de mis deseos de no permanecer más en suelo terrenal?
No temas.
Nunca tomaría decisiones apresuradas.
Estos mil cuatrocientos cincuenta y nueve días sin poder darte un beso, han sido letales.
¿A que se debe tu insistencia de mi permanencia en suelo terrenal?
No debi cumplir ninguna misión.
Es una mentira atada a mitos y leyendas.
Mi lugar está a tu lado.
Duele vivir.
Anhelo culmine esta prolongada ausencia.
¿Vendrás a mis sueños?
¡Te necesito!
Te amo con una fuerza imposible de adjetivar.
Una vez más te pido nunca olvides cuanto te quiere tu mamá.

https://www.youtube.com/watch?v=0FLKzFeUxfc

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