Friday, February 09, 2007

MIS LAGRIMAS

Frente a este intenso dolor mis lágrimas se convierten en agua salada, en cada una de ellas prendidas a fuego están tus palabras.
Nos conocimos en un frío invierno de algún lugar del planeta, copos de algodón de nieve cubrían las calles, ésas que juntos recorreríamos para que el mundo supiera que nos amábamos.
Tus fuertes brazos rodeaban mi cintura, con una mirada podíamos lograr que esos copos blancos se derritieran.
Hoy, estoy sola recordándote, impotente quiero traer el pasado sabiendo que no vuelve.
Nos conocimos de una manera poco convencional, en un aeropuerto.
Tú viajabas por tus eternos negocios, yo esperaba en la estación aérea a mi amiga de la infancia.
Estabas tan apurado realizando tus trámites que no reparaste en mí, sin embargo ver tu figura fué un flechazo inmediato, de pronto mi corazón tuvo un estallido de flores hasta podía sentir su perfume, las imaginaba bellas regalándonos sus colores.
Pasaron varios meses, el aeropuerto estaba poblado de siluetas que se perdían entre las sombras. corrían hacía un destino incierto.
Mis visitas a la aeroestación se repetían, mi corazón me decía que no sería difícil encontrarte, pese a que no sabía el momento en que aparecerías.
Fuí constante y todos los viernes te esperaba.
Nadie entendía, a la misma hora salía de mi departamento, elegía la ropa que imaginaba podría gustarte, el perfume que lograría embriagarte dejaba una estela en el amplio salón, a veces de lejos te veía con un rictus que delataba tu enojo, tratabas siempre de simplificar todo.
Un día la neblina transformaba todo en fantasmas, la espera era moneda corriente, por fin reparaste en esa mujer de largos cabellos que te miraba en forma insistente.
Mi corazón daba brincos de alegría cuando me invitaste a tomar un café para acortar la espera.
Por primera vez escuché tu voz, miles de ángeles nos envolvían con sus alas, aprisionaban para siempre el encuentro.
Una voz monótona anunciaba tu vuelo, te despediste con un beso, otra vida te reclamaba.
Sigo visitando el aeropuerto con la esperanza de encontrarte, los aviones despliegan sus alas plateadas, se asemejan a pájaros gigantes que surcarán el cielo.
Estoy sola, mi espera será sin claudicaciones.
Del último avión descienden todos los pasajeros, no estás,quiebra mi soledad la presencia de un maletero, en sus manos trae una esquela, en ella me pides que no te espere, muere una parte de mí, en ese instante comprendo que nunca es una palabra demasiado grande, incapaz de aprisionar mis sueños.
Esta vez mis lágrimas se confunden con el llanto de cielo, en cada gota de ellas se desvanece cada uno de mis proyectos.
Te espero más allá del tiempo.

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