Tuesday, February 27, 2007

LLUVIA DE METEORITOS

Sus colores intensos descendían del univeso
Algunos caían sobre las aguas de un mar tranquilo, de ésa forma comenzaban a danzar agitando las aguas.
Otros como mariposas revoloteaban cerca de las flores.
El cielo los regalaba formando racimos multicolores.
Los más pequeños se desvanecían en la ladera de las montañas, dándole matices verdes o azulados, ellos eran la escolta de varias naves.
En el espacio eran lunares plateados que a medida que descendían tomaban mayor tamaño.
En el campo los esperaban los dorados trigales que se mecían suavemente con la brisa del verano.
El sol intentaba apagar las luces de esas naves por él conocidas, ese día el rey del planeta estaba cansado, era temprano para salir del agua.
Los tripulantes entendieron ése deseo , apagaron las luces, siguieron volando en semicírculos hasta encontrar el lugar adecuado para posarse en la tierra .
Divisaron un espacio verde ése sería el lugar elegido, los pájaros que tanto se les parecían los recibieron con el murmullo de sus trinos.
Desde su casa Juan no podía dar crédito al espectáculo que se presentaba ante sus ojos.
Los meteóritos estaban descansando en el suelo mientras lentamente las naves bajaban.
Una a una se abrieron las escotillas permitiendo que bajaran hombres y mujeres vestidos con trajes plateados,eran altos, hablaban un idioma desconocido, movían sus brazos gigantes en forma torpe.Juan asustado corrió a su casa, los alienígenas advirtieron sus temores.
Lentamente Galia se fue acercando a la casa, por medio de señas le pidió a Juan que saliera, que disipara sus miedos.
Más tranquilo al ver la enorme figura se acercó esa mirada lo atraía,en los ojos de esa mujer observó ternura.
Ella le explicó que su planeta había sido desvastado por otros extraterrestres, estaban buscando un sitio para establecerse, no tenían intenciones de molestar, solo buscaban un lugar en el mundo, conocer otras culturas, del bolsillo de su chaqueta sacó una estrella, colocándola en las manos de ese humano temeroso.
Esa actitud le devolvió a Juan la tranquilidad que por un instante había perdido.
Comprendió que esos seres solo querían compartir en paz un pedazo de tierra.
Hoy Juan vive tranquilo en su casa, sigue cuidando el campo y los animales, en las noches oscuras recibe una lluvia de meteóritos, éstos acompañan su soledad,las tierras son más fértiles, las hojas de los añosos árboles muestran una textura de terciopelo, las flores estallan en una sinfonía de perfume y colores.
Silenciosas las naves están del otro lado de la montaña.
Sus tripulantes contentos aprendieron una palabra que algún día llevaran al espacio, compartir sin ocasionar daños

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