Wednesday, April 11, 2007

LA FUERZA DEL AMOR

La única razón por la que vine es para dejarles una carta que encontré hojeando una revista,la que copiaré en forma textual para no quitarle su esencia.

Querido ¿mío?:

Hace tiempo que estamos incomunicados, entiendo que no te hayas enterado de mi accidente automovilístico, como no soy una estrella no salió publicado en ningún medio.
Como sabrás el tránsito en Buenos Aires siempre fue endiablado, en esta época aún más porque se acercan las elecciones, todo tiene que estar perfecto a fuerza de parches que duran más que un suspiro.
Esa tarde de domingo otoñal me dirigía por Libertador hacía el bajo, no tenía rumbo fijo, la noche anterior habíamos discutido por una tontería, un celular que se cortaba en forma misteriosa impidiendo que intentaramos cristalizar nuestros proyectos.
Una vez más tu silencio pobló mi cielo con densos nubarrones, como otras veces era el preludio de una tormenta, ésas que con su fuerza dibujan en el aire con tonos violetas los relámpagos que surcan el firmamento.
Entretenida miraba el follaje de los árboles que se yerguen majestuosos a ambos lados de la avenida para terminar entrelazando sus copas de hojas doradas en lo alto, como si sus ramas quisieran acariciar el cielo.
Reinicié la marcha luego de admirar el espectáculo gratuito que me brindaba la naturaleza.
Mi velocidad era normal, de la nada apareció un auto, me chocó con fuerza.
Vos sabés que no uso el cinturón de seguridad.
En un momento estaba tendida en el pavimento, el ulular de las sirenas no lograba sacarme del estado en que me encontraba, confundida, con mucha gente mirando sin atinar a hacer nada.
Cuando desperté estaba en la cama de un hospital, me asustó el silencio, el olor típico que se apodera de ellos.
Los médicos parecían fantasmas con sus vestimentas blancas, a las enfermeras solo le faltaban alas para asemejarse a los ángeles.
Mi debilidad hizo pensar que me quedaban pocas horas de existencia, hasta llamaron a un sacerdote para que mi alma en paz reposara quien sabe adónde.
A las pocas horas me encontraron sentada en la cama, tratando de desconectar de mi cuerpo todas las sondas que me mantenían viva, pidiendo un block de hojas para escribirte.
No sé si llegarás a leer esta carta, cada una de las palabras que escribí en ella fueron dictadas por la fuerza del amor.
Ahora estoy bien, del accidente solo quedaron unos magullones en la frente que disimulo con maquillaje, los que tengo en el alma espero que tu amor apasionado,un día no lejano pueda borrarlos.
Te amo,
Tu pajarito de papel

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