Monday, April 30, 2007

JUAN POR SIEMPRE

Juan pese a su edad era un hombre atractivo, sus cabellos blancos como las nubes le daban aspecto de sabio.
Trabajaba como chofer de un camión de caudales, su móvil estaba identificado con el número siete (7).
Los compañeros de trabajo estaban acostumbrados a que este hombre triste y solitario les contara anécdotas de la vida y otras de la calle.
Concluido el trabajo preparaban el mate para luego reunirse en el garage a escucharlo.Ese hombre taciturno siempre recordaba a Estela su mujer, se habían casado hacía veintinueve (29) años, la vida había sido generosa con el matrimonio, los había premiado con tres (3) hijos dos mujeres y un varón, este último llegada la adolescencia decidió migrar a otro país para buscar mejor suerte, General Mosconi un pueblito olvidado de Salta, no les ofrecía mucho futuro a los jóvenes, la mayor había partido unos años antes, Juan los alentaba a alejarse de ese pueblo chato, solo sobresalían los paisajes plagados de verde al lado de un río correntoso, la del medio prefirió quedarse cuando adivinó que su madre se quedaría sola, era inminente la separación de sus padres.Juan migró a Buenos Aires el 11-05-2000, al principio el ruido de la ciudad lo aturdía, acostumbrado a ver salir el sol inundando de dorado el río de aguas marrones.
Recordaba los sauces con sus largas hojas meciéndose en las aguas, escuchaba el llanto de los enamorados.
Llegó con su pequeño equipaje a la pensión de Rosaura ubicada en Las Acacias 1719, la habitación era simple y cómoda.
Pasó el tiempo, Rosaura se enamoró perdidamente del caminante sin rumbo, era jóven, bonita en su sencillez, se entregó a Juan con pasión sin esperar nada a cambio, sin preguntas del pasado reciente, solo él le importaba, quería tener una compañía, un médico del hospital le había dicho que jamás podría tener hijos por un problema genético,grande fue su sorpresa cuando supo que estaba embarazada, el veintitrés (23) de febrero nacería su hijita, una niña especial por su mirada parecida al azabache.
Un día Juan se preparó como siempre para inciar su jornada de trabajo, afuera cantaban las chicharras preanuncio del calor del estío, eligió el uniforme de verano, en trece (13) minutos su compañero lo pasaría a buscar por la pensión, se despidió de Rosaura, se acercó a la cuna donde descansaba la niña, una caricia recorrió el cuerpecito que dormía placidamente.
Llegaron al estacionamiento, en la cochera los esperaba el camión amarillo,detrás de los barrotes del móvil hacía calor.
Tomaron por Avenida Corrientes, como siempre el tráfico estaba endemoniado, un semáforo los detuvo.
De la nada apareció una moto, un muchacho apuntó a Juan, dos (2) tiros certeros terminarían con su vida.
Tendido en el pavimento Juan esperaba la muerte, un ángel de rubios cabellos, tomó sus manos invitándolo a transitar la eternidad para siempre.

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