Saturday, June 07, 2008

HIJA DE LA NIEVE

Sveltana es la hija menor de un matrimonio rumano, los cabellos con bucles dorados como el sol enmarcan su rostro de porcelana, la profundidad de sus ojos azules, hace soñar con océanos desconocidos.
Esta noche por primera vez la adolescente asistirá a una fiesta en el pueblo, viste una pollera de paño rojo adornada con pasamanería, tímidas asoman las blancas enaguas terminadas con puntillas, una camisa y el chaleco negro completarán la vestimenta.
Los hombres cantan en la plaza, está colmada de gente, las mujeres acompañan las canciones con las palmas.
Boris no participa de la colorida fiesta, enciende un cigarrillo , la llama del fósforo ilumina una esbelta figura, la sonrisa de la muchacha lo cautiva, decide sumarse al baile, se comunican en idioma inglés, ríen, disfrutan, prometen verse al día siguiente.
En el cuarto del hotel, Boris piensa en la jovencita, los latidos del corazón le indican que surgió el amor, no puede conciliar el sueño, la imágen tierna de Sveltana lo acompaña.
Se produce el encuentro, imprevistamente Él le roba un beso, ruborizada la muchacha le pide la lleve a su casa, en el camino le cuenta que vive en las Islas Solovki, un lugar lejano donde siempre reina el frío, quiere regresar con ella.
Le ofrece matrimonio, los padres de la joven se muestran sorprendidos, la ayudarán a concretar sus sueños.
La ceremonia se lleva a cabo en la capilla del pueblo, mañana comenzarán a compartir para siempre sus vidas.
Los espera un largo viaje, pasan los primeros días juntos, después él deberá volver a trabajar como cocinero en el monasterio, ubicado a diez kilómetros de la casa que habita el matrimonio.
Sveltana conocía el frío de su patria, éste es más intenso a veces se torna insoportable, el amor que se profesa la pareja sobrevivirá a las inclemencias del tiempo.
Pronto serán padres, el amor se prolongará en la vida del hijo que esperan.
Como todos los días Boris parte a su trabajo, besa y acaricia el vientre abultado de su mujer.
A media mañana Sveltana siente los primeros dolores que anuncian la llegada del hijo, no quiere estar sola, busca un bolso, agrega una manta, comienza a caminar hasta el monasterio.
Todo a su alrededor es blanco, el frío como latigazos golpea el rostro de la joven, a los costados crecen unas hierbas, es lo único que corta la monotonía del blanco de la nieve, se detiene, los dolores son más intensos.
Agitada suspira, apura el paso, a pocos metros está el monasterio.
Las monjas la llevan a una habitación, preparan todo para recibir al nuevo ser, Boris corre por los pasillos, quiere recibir a su primer hijo.
Al llegar a la puerta el llanto de un recién nacido lo paraliza, la emoción se apodera de él, una monjita trae una niña, está cubierta con una manta, solo se ve su carita rosada, Boris no puede contener las las lágrimas cuando le anuncian que ha nacido Nadezhda.

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