Monday, June 30, 2008

OJOS CAUTIVOS


Había pasado su vida en tinieblas hasta que la conoció, a ella no le importó que no tuviera la capacidad de mirar, sabía que lo podía hacer desde el corazón.

Mujer de vida disipada, decidió ser la guía de ese hombre de rasgos que inspiraban ternura, tanta, como su forma de ser.

Por las mañanas iba a buscarlo, caminando lo acompañaba hasta el banco, había conseguido un permiso que le permitía tener un kiosco de golosinas, en la puerta de la entidad bancaria.

En el trayecto le contaba lo que veía, así Él aprendió a diferenciar las flores por su fragancia.

Cierto día, le preguntó en que sitio trabajaba, quería ir a buscarla, le comentó que cuidaba a una anciana, no quería decirle la verdad, sabía que heriría su sensibilidad.

Una noche entre los clientes que debía atender, estaba un famoso especialista, a éste le comentó de su amigo invidente, dijo que era un familiar, sabía que la operación era costosa, la pagaría con parte de sus ahorros y el resto con su cuerpo.

En pocos días su amigo sería operado.

La intervención fue un éxito, en unos días le quitarían las vendas.

La primera imágen que vio fue la de ella, estaba sonriente, por primera vez observó la belleza de la mujer, el corazón brincaba dentro del cuerpo, ahora podría declararle su amor.

A los pocos días, totalmente recuperado la invitó a salir, ella amablemente se excusó, se despidieron con un largo abrazo.

Otras salidas nocturnas se fueron postergando, la sospecha se apoderó de Él, no sabía exactamente dónde trabajaba la mujer de sus sueños, decidió seguirla.

El impacto quebró su alma, al verla abrazada con otro hombre, esperó que saliera, mientras tanto la veía sonreír con diferentes hombres.

Nunca había aceptado la mentira , si tan solo se hubiera sincerado, las cosas serían diferentes.

Al día siguiente la entidad bancaria no atendía al público por un conflicto.

Mientras el custodio se retiró a cambiarse, buscó en el bolso el arma, se retiró a su hogar.

Pasaron el día juntos, una y otra vez se entregaban al amor.

Le rogó no fuera a trabajar, ella inventó otras excusas.

Se despidieron con un abrazo interminable.

Entre sus ropas ocultó el arma, volvió a seguirla, esperó que entrara a la casa de citas.

A los pocos minutos ingresó, desde las habitaciones se escuchaba música, sigilosamente buscó la que ocupaba la mujer que le había robado el corazón, no soportaba ver la desnudez de ella en brazos de otro.

Sacó el revólver, un solo disparo terminó con la vida de ella.

Hoy los rayos de sol, se reflejan en las rejas de la celda que lo mantienen cautivo.

Otra vez está en tinieblas, sabe que mató por amor.

Friday, June 27, 2008

TRANSPARENCIAS






Por primera vez observó el sol, el exterior no era como lo imaginaba, se acercó al telescopio más potente notando que esa estrella que muchos en la tierra veían dorada o rojiza, era transparente.

La emoción lo invadía el espectáculo que veía era de una belleza infinita, el deseo de estar más cerca hizo que derramara las primeras lágrimas.

Realizó varias anotaciones, debía contar al mundo su descubrimiento.

Una interminable escalera de estrellas llevaban al centro de la esfera incolora.

No era un astro solitario, estaba poblado por seres que alguna vez habían vivido en la tierra.

Él también anhelaba estar ahí, acercarse a las imágenes que parecían flotar.

En un instante su cuerpo levitaba, ahora subía por la escalera luminosa que formaban las estrellas.

No sentía temor la sensación de plácida paz se había apoderado de su cuerpo, alrededor los coloridos planetas lo saludan.

En el último peldaño de la escalera, quedó paralizado ante tanta belleza.

En el interior del disco solar encontró personas que alguna vez había visto en su vida terrena, una mano amiga lo invitó a pasar.

Los más grandes se dedicaban a pulir las estrellas, los pequeños jugaban con fragmentos de ellas, bellas mujeres juntaban hilos dorados que el viento estelar quitaba de los rayos que formaban la larga cabellera del sol, esas hebras serían utilizadas para bordar los vestidos que cubrían la esbeltez de los cuerpos de las diosas que habitaban ese sitio.

El espacio era inmenso, todos vivían en armonía.

Se acercó a un anciano de larga barba, tenía el aspecto de un sabio.

Le contó que era astrónomo, dedicaba gran parte del día a la observación de los cuerpos celestes, cuando regresara debía contar sus vivencias.

El anciano posó sus manos en la cabeza de nuestro protagonista, explicándole que todos los que habían optado por conocer ese círculo transparente, no tendrían posibilidad de volver a la tierra, sitio que la mano del hombre, los intereses desmedidos y la soberbia habían contaminado hasta hacerla semejante a un infierno.

Lejos de entristecerse ayudó al sabio a incorporarse, juntos irían a observar el planeta madre.

Desde una sala miraban a los hermanos que ofrendaban su vida en luchas sangrientas y sin sentido, veían hombres y mujeres intentando trabajar, chicos en la calle que no asistían a las escuelas por innumerables conflictos.

A kilómetros de allí , veían el humo de bosques quemados, el mismo que mucha veces trató de ocultar a la mayor estrella del universo.

No tenía sentido regresar al caos.

El sabio prometió al visitante ayudarlo a volver cuando reinara la paz y concordia entre los hermanos que poblaban la tierra.

Thursday, June 26, 2008

DIAS DE IRA


Era amada por distintas razones a las que suponía.

Al principio estaba sola de a poco se fueron poblando mis rincones, se adhirieron a mi distintas fragancias, sabías que te esperaba para brindarte todo lo que necesitaras, para que tu vida se desarrollara sin sobresaltos.

Fui testigo de muchas peleas, pacientemente esperaba que el amor hacia mi resurgiera, que utilizaras toda mi extensión para crecer, así creceríamos todos.

Abrí puertas imaginarias para recibirte, sin preguntar por tu pasado, a mi lado comenzarías nuevamente.

Sonreía al verte trabajar, edificando el futuro para los que te siguieran en el camino.

Quedaron espacios vacíos, podrías utilizarlos cuando quisieras.

Han pasado muchos años, en ese lapso transité muchos estadíos, me embargó la alegría cuando un ejército de manos acariciaban mi superficie.

Te brindé todos los climas, solo bastaba que eligieras el lugar exacto para tener la posibilidad de admirar los cerros nevados, caminar por kilómetros de playas, podías jugar con las inquietas aguas o seguir caminando para encontrar campos donde erguidas danzaban las espigas doradas del trigo.

Las cintas de asfalto nos comunicaban, a la vera de los caminos distintos matices de verde regocijaban tu vista.

Hoy estoy golpeada, sola, la lluvia son las lágrimas que no puedo derramar.

Sigo esperando que todos regresen a su lugar, sabré otorgarles aquello que nazca de mis entrañas.

No quiero más peleas entre hermanos, a todos los adopté como hijos sin preguntarles de donde venían, reí cuando solo nos entendíamos con el idioma universal de las señas.

Crecimos juntos.

Desde lugares extraños me codiciaban, adoraban mis paisajes, las curvas y las quebradas cobijadas por cielos celestes.

Sigo esperando el entendimiento, quiero que todos eleven antorchas, que el fuego logre la comunicación y la paz duradera.

Nunca voy a bajar los brazos, seré libre mientras tu lo quieras, no te olvides que soy la Patria que espera.

ADIÓS TRISTEZA


Cada amanecer la tristeza llamaba a su puerta, eran amigas inseparables, compartían soledades, espacios vacíos.
Se contaban sus historias. el objetivo era alejarse de los relojes que marcaban sus días.
Ella, esa mañana optó por no abrirle, debería ignorarla si pretendía darle un giro a su vida.
El sol iluminaba con sus rayos dorados los jardines de la casa, intentando que tuviera un amanecer diferente.
Mientras se relajaba debajo del agua de la ducha, sonrió optimista, con la toalla enrollada en la cabeza, sacó el vapor que nublaba el espejo, la imágen que aquel le devolvía era diferente, el rostro no mostraba tensión, había recobrado el brillo de los ojos.
El cambio comenzaría por fuera, en veinte minutos la recibió el estilista, cambió el color negro de los cabellos, un corte moderno la favorecería, algunas mechas doradas , enmarcarían su rostro.
La felicidad la embargaba, caminaba sin rumbo hasta que vio el cartel de la agencia de viajes.
Miró varios catálogos, antes de optar por un paseo al Caribe.
En tres días estaría a bordo de un crucero, aún le quedaba tiempo para renovar el vestuario, eligió vestimenta colorida, atrás quedarían los trajecitos negros o grises , esos colores no le daban armonía.
Hace tres días que navega, todo es lujo y alegría, esta noche habrá una fiesta en el casino.
Busca en su guardarropas un vestido azul hace juego con el color de sus ojos.
El salón está iluminado, parece de día, etérea se desplaza, siente que todos fijan la mirada en su cuerpo esbelto, sonríe.
Comienza a jugar tímidamente, la suerte la acompaña.
La intención no es ganar sino pasar un rato ameno.
No le alcanzan las manos para tomar las fichas, prolijamente las guarda en la cartera.
En la puerta del camarote, él la aborda, la invita a tomar una copa, una noche inolvidable comienza.
Llegan a destino, ya no está sola.
Caminan por playas de belleza indescriptible, se miman, la atracción es mutua.
Esta noche cenarán en un lugar cercano a la costa, no sabe que en el momento del brindis el le entregará un anillo.
Se prometen amor sincero, consuman los sentimientos.
El amanecer los encuentra juntos.
Hoy viven en una playa semejante al paraíso, ninguno de los dos regresó al lugar de origen.
Adiós tristeza, juntos comienzan a transitar otra vida.

Tuesday, June 24, 2008

LA NOCHE MÁS LARGA


La noche anterior había nevado copiosamente.
Los habitantes del lugar rogaban que la nieve no empañara el festejo.
Amaneció, nubes rosadas se miraban en el agua, con reverencia le daban paso al sol, imponente brillaba en lo alto, preludio de un día luminoso.
Temprano las barredoras del municipio se llevaban los restos de nieve, solo quedaban en las veredas los muñecos que con amor, habían levantado los chicos con ayuda de sus papás.
Hasta el almanaque acompañaba, era sábado, eso aseguraba una concurrencia masiva a la fiesta para esperar la noche más larga del año.
Al atardecer las primeras estrellas anunciaron el comienzo del festejo al pié del Cerro Castor.
Abrigados , los habitantes de la Ciudad, entonaron el Himno Nacional.
El viento jugaba con las bufandas, parecían pájaros aleteando antes de llegar al tibio nido.
Manitos vestidas de colores aplaudían el espectáculo, para muchos era la primera vez.Los esquiadores desde la altura bajaban por las pendientes del cerro, sus trajes multicolores cortaban el blanco eterno de la nieve.
Llevaban antorchas encendidas, dibujaban el paisaje con su fuego.
Ella abrazada a su amor sabía que en el instante que apareciera el primer esquiador debía pedir un deseo, para que se cumpliera no debía contarlo a nadie.
Su hija mayor se había sumado al abrazo, curiosa le preguntaba a su mamá el motivo de su llanto, para tranquilizarla le contó que no lloraba, era el frío de una noche estrellada el que traía las lágrimas.
Estaba emocionada, los hijos más pequeños jugaban con la nieve.
Guardó en su corazón enrejado la petición.
La mañana siguiente mientras todos dormían encendió su computadora, nada había cambiado.
¿Se habría equivocado al formular su pedido?.
Sin perder la esperanza continuó con su rutina, optó por esperar se cumpliera el deseo que había pedido durante el descenso de los esquiadores.
Recordó a su amiga que estaba a miles de kilómetros, le escribió unas pocas líneas en las que mostraba su desazón.
La respuesta fue casi inmediata, hoy al abrir su computadora el corazón brincaba de alegría, los vecinos de la vieja casa, lentamente comenzaron a llegar.
Otra vez la magia de las palabras los uniría, tal vez para siempre.
Ahora sabe que los sueños también se cumplen.
En un rato más, brazos imaginarios permitirán que se abrace con todos los que decidieron regresar.
Sabe que aún debe esperar a los que no están.

Monday, June 23, 2008

CAMBIO DE HÁBITOS


El almanaque no le daba tregua, los días se sucedían sin grandes cambios, la rutina de un buen trabajo no alcanzaba para llenar las horas de su vida vacía.
El uso de la red la cansaba, el amor de su vida se había ido, ella, acostumbrada al ritmo de las grandes ciudades lo dejó partir.
Salía poco, dedicaba las horas libres a leer, los libros eran su compañía.
Sin darse cuenta dejó escapar los mejores momentos, nada la conformaba.
Esa tarde regresando del trabajo, decidió ver una película, dejó el bolso sobre la mesa, cerró las persianas, aún el sol jugaba a las escondidas.
Esperó que el jardinero terminara de arreglar los canteros, eran un estallido de aromas y colores.
Pagó al empleado, eligió ropa cómoda, a su alcance estaban los cigarrillos y una copa de licor.
Apagó el celular, quería disfrutar del film que un rato antes había alquilado.
La escena se desarrollaba en una campiña, cerca de un lago se erigía un hogar de niños huérfanos.
Esos chicos que nada tenían disfrutaban con poco, muchos esperaban que alguien los adoptara para acceder a otra vida.
Mientras miraba los paisajes recordaba su pasado de mujer hermosa y codiciada.
Como un flash aparecían pasajes de su propia vida.
Al día siguiente, llamó a la empresa para la que prestaba servicios, comunicó a sus superiores que se tomaría el día.
Tenía todo planeado, iría al hogar de niños.
Amante de la velocidad en tres horas estuvo en el lugar, unas cuadras antes compró bolsas de golosinas para todos los internos.
Habló con el encargado del sitio, le explicó su situación, ansiaba ser madre, el reloj biológico había corrido, estaba impedida de engendrar hijos propios, por ello quería adoptar dos niños.
Con atención miraron sus antecedentes, era apta para criar a los chicos.
Debería regresar en un mes.
El carácter le cambió, vendió la casona que había heredado de sus padres, compraría una casa alejada de la ciudad para compartir con sus hijos.
Fue a la institución, cargó el auto con ropa para todos los nenes.
Hoy vive feliz en su nueva casa, disfruta de los hijos del corazón que le otorgó la vida.
Comparten todas las horas, trabaja como asesora de una empresa desde su casa.
Esa mujer sabe que los pequeños la aman de verdad, sin pedir nada más que el amor de su mamá.

Sunday, June 22, 2008

SERES DESCARTABLES


Era amado por distintas razones a las que suponía.El Adonis de esta historia vivió hace muchos años, tenía por costumbre mirarse todos los días en el espejo para adularse, lo mismo hacía cuando pasaba frente a un espejo de agua.
Un viejo científico lo seguía a todas partes, quería mejorar la raza humana.
En su laboratorio contaba con varios seres humanos que habían perdido la vida y nadie reclamaba.
El anciano suponía que ese hombre le ayudaría a lograr su cometido.
Mientras tanto el protagonista de este relato, continuaba con su vida disipada.
Una noche a la salida de un bar, en el que había tomado demasiada bebida, cayó pesadamente sobre la vereda.
En pocos minutos el ulular de las sirenas cortaban el silencio de la noche.
Al llegar al hospital, los médicos trataron de reanimarlo, pasada casi una hora lo declararon muerto.
Los días se sucedían y nadie reclamaba el cuerpo.
El científico consiguió todos los permisos para hacerse cargo de Adonis.
Concluídos los trámites lo llevó al laboratorio.
Quería lograr la perfección para ello sacaría de cada cuerpo lo mejor que tuvieran, allí renacería el hombre perfecto.
Después de varias jornadas de trabajo, estaba cerca de su objetivo, solo faltaba otorgarle al cuerpo que descansaba en la camilla de acero,sentimientos.
Trabajó varios días buscándolos, a medida que pasaba el tiempo el científico sentía que no podía concluir su tarea.
En algo había fallado, revisó sus notas, los procedimientos llevados a cabo eran correctos.
No podía presentar al nuevo hombre, sin sentimientos sería un autómata.
Realizaba pruebas y contrapruebas, los sentimientos no aparecían por ninguna parte.
Sintió que las fuerzas lo abandonaban debía desaparecer a ese ser que había creado, no podía ofrecer al mundo un ser monstruoso, su única hija, no se lo perdonaría nunca.
Derramó el contenido de las pipetas del laboratorio, antes de encender el fuego, repasó su vida en un instante, como si se tratara de una película, las lágrimas recorrían el rostro avejentado, había fallado, el fin se acercaba.
Cuentan los lugareños que el laboratorio se quemó en su totalidad, no pudieron recuperar nada, ni siquiera los cuerpos.
Por la chimenea el humo se elevaba hasta confundirse con el cielo.
La hija del sabio, una niña próxima a entrar en la adolescencia sintió paz, había terminado la locura de su padre buscando la perfección, sintió un escalofrío en el instante que los sentimientos , que su papá no había encontrado, se apoderaban de ella.
Donó la fortuna que había heredado, se recluyó en un convento del exterior,todos los días a las siete de la tarde recorría los jardines de la institución, cuando la primera estrella hacía su aparición en el firmamento, oraba por la memoria de su padre.
Dedicaría el resto de su vida a dar cariño a quien lo necesitara.

Friday, June 20, 2008

CELESTE Y BLANCO


Tengo muchos años, tantos que algunos, no recuerdan cuántos.
Me gusta que me rindan honores, junto a los acordes de una marcha mi cuerpo flexible ondula en lo alto.
A mis hermanas y a mí nos adoptaron en diferentes lugares del planeta, nacimos para ser el símbolo de todos los países del orbe, para diferenciarnos eligieron diversos colores, tal vez algunos los hayan copiado de las flores.
Mi primer viaje fue en carreta, nos dirigíamos a Buenos Aires por caminos de tierra, en la que estaban marcadas las ruedas de madera.
En ese entonces la mano del hombre no había construído autopistas para acortar las distancias.
Por ser la primera de la familia debía estar lejos de mi lugar de nacimiento.
La noche anterior, damas de la sociedad se mezclaron con las del pueblo, juntas cantaron en mi nombre, posteriormente me colocaron en un cofre de madera con tapa de vidrio, a través de él se vería el sol que cientos de mujeres,bordaron con hilos de oro, brillaba como una joya.
Durante mi vida pude presenciar contiendas sangrientas, los hijos de la tierra ofrendaban su vida en búsqueda de la libertad de los pueblos.
Estoy en lo más alto de los edificios, también en las escuelitas pequeñas, en esas que falta casi todo, cuentan con mi presencia.
Recorrí todos los mares del mundo, orgullosa sentí que miles de ojos se posaban en mí, con respeto.
Otras veces me encontré en los balcones de los departamentos cerca de las macetas con flores que me alegraban con su fragancia.
En mi honor se erigió un monumento, desde lo alto observo el color de un río caudaloso, allí crearon no hace mucho mi réplica, con retazos celestes y blancos unieron a todas las provincias, grandes y chicos colaboraron en la tarea.
A lo largo de mi vida pasé momentos buenos y de los otros, pese a todo mantengo la esperanza intacta.
Hoy estoy triste, el sol que me adorna parece querer cerrar sus ojos, los destellos dorados se muestran apagados.
Hace meses que escucho palabras inapropiadas, los gritos me asustan y me repliego al lado del mástil que me sostiene.
No puedo seguir así, voy a llamar a mi amigo el viento, le pediré que sople fuerte, tanto que provoque que mis paños celestes y blancos sean capaces de cubrir el territorio en que he nacido.
Quiero, como una madre acunar a todos los hijos de esta tierra bendita, bajo los colores que me prestaron el cielo y las nieves eternas.
Desplegaré alas imaginarias, deseo unirlos a todos para siempre.

Wednesday, June 18, 2008

TU PERFUME EN LA NIEVE


Vivimos nuestras vidas al límite, nos permitíamos todo, respiramos juntos, exhalamos el mismo aire retenido, sentía tu boca en mi cuello, preludio de la entrega total de dos que se aman.
Camino por la playa desierta, el invierno en este lugar del mundo manifiesta todo su rigor.
Voy en dirección al Cerro Blanco, sus picos nevados le hacen cosquillas al cielo.
El viento me murmura al oído, adivino tu voz ronca, producto del cigarrillo.
Siento tus brazos rodeando mi cintura, mi pelo tapa tu rostro, las gaviotas apostadas en las rocas, temerosas emprenden vuelo al infinito, nuestras risas las espantan.
Siento tu perfume varonil, me acompañará siempre.
Creo que estoy soñando, a mi alrededor no hay nada más que las aguas del océano con la danza esbelta de las olas socavando las piedras.
Juntos descubrimos una cueva, necesitamos fundirnos en un solo cuerpo, tus besos promueven el encuentro.
Está oscuro, no temo, tu fragancia me guía al interior de la misma.
Busco en mi bolso, adivino el cuerpo del encendedor, la llama iluminará el lugar.
Tu perfume me guía, solo veo musgos adheridos a las rocas gastadas.
Avanzo lentamente, esquivo los charcos que el agua graciosa dejó en la arena.
Más adelante está la salida que lleva a la pista de esquí.
Reconozco que siempre te gustó jugar a las escondidas.
Voy a tu encuentro, la fragancia de tu piel es más fuerte.
Detengo mi marcha, antes no había visto el montículo de nieve.
Estoy agitada, lentamente me acerco, desesperada siento el aroma de tu perfume que tantas veces me embriagara.
Mis manos despejan la nieve, no me importa el frío.
Descubro tu cuerpo, tu rostro tranquilo muestra una sonrisa.
Tomo tus manos inertes, intento que me acaricies, acurruco mi cuerpo junto al tuyo, quiero darte calor.
Vanos son mis intentos, lágrimas congeladas acompañan tu muerte.

Friday, June 13, 2008

LOS LIBROS


En cada letra dejas pequeños pasajes de tu vida, puedo asegurarte que guardo cada palabra las atesoro en mi alma.
Como mariposas aletean junto a mí, me traen recuerdos, acarician mi ser.
Como si fuera un rosario las vamos enhebrando, cada cuenta unida formará los versos de una poesía o los textos de un cuento.
Muchas veces me robas una lágrima, otras río con ganas.
Te veo en los estantes de una biblioteca, te acompañan otros seres como vos, puedo elegir el que quiera para acompañar mis noches a veces vacías.
Otras veces te dejo cerca de la cama, serás mudo testigo de mis noches de amor bajo las estrellas.
A veces me duermo abrazada a tus tapas, con fuerza las dejo descansar en mi corazón.Me gustan todos los contenidos, aprendí a leerte con cariño.
De niña me alegraba con las figuras de los paisajes que me mostrabas sin pedirme nada a cambio.
Deletreando supe unir las sílabas hasta formar oraciones, sonreí cuando hablaban de amor sincero, mojé tus hojas con las lágrimas que rodaban hacia ellas, en el instante que me mostrabas la desidia.
Somos amigos desde siempre, puedo viajar con la imaginación, participar de todos los sucesos.
A veces soy monarca de reinos lejanos, otras simplemente soy una mujer simple que te quiere. Te llevo siempre conmigo, mi fiel compañero.
Estás siempre cerca de mí, cuando viajo te coloco en el fondo de mi bolso, o en la maleta si tus páginas te han engordado.
Nunca podré prescindir de tu compañía.
Quieto esperas que mis ojos recorran tus hojas, a veces el tiempo las torna amarillas.
Nunca me alejaré de ti, eso lo sabes, estás aquí para ayudarme a soñar siempre.

ACORDES DE VIOLINES


Era amado por distintas razones a las que suponía, para vos era inalcanzable.
Intentaste tener otras companías parecidas, nunca serían como la mía.
Todos los días camino al trabajo posabas tus ojos en mi cuerpo con redondeces, tus ojos demostraban cierta codicia, te devolvía la mirada, en ese instante te alejabas.
Estaba acostumbrado a ser señalado por todos, me había convertido en un objeto de tu deseo.
Muchas veces cruzaste la vereda para evitar el encuentro, desde el salón podía ver y sentir tus ansias de tenerme.
Un día te animaste y entraste al negocio donde estaba, al vendedor le hacías preguntas, puedo asegurar que ese día estabas hermosa, el vestido te quedaba maravilloso, noté que tus ojos tenían el color de las esmeraldas, si me elegías seríamos el complemento perfecto.
Pensaba en tus manos acariciando mi cuerpo.
Durante un tiempo dejé de verte.
En el comercio indicaban que habías viajado a una tierra lejana, un familiar te había dejado una herencia.
Quizás ese suceso te hiciera pensar en mí, extrañaba tu figura, tu mirada enamorada.
Hoy la firma celebra cincuenta años, vendrán a festejar muchos clientes, levantarán sus copas para brindar por el éxito que acompañó a los dueños durante este tiempo.
Todos observan la puerta de ingreso, acabas de llegar, la vestimenta negra realza la blancura de tu piel, estás hermosa.
Pasas a mi lado me miras con picardía, ya quiero reposar en tu hombro para siempre.
Hacerte vibrar con el sonido de la música, sentir tus caricias.
No te veo, los asistentes comentan que has ido al salón contiguo con el dueño.
Al rato ambos salen sonrientes.
Antonio, informa a los invitados que en la celebración se produjo la venta más importante de los últimos cincuenta años.
Estoy feliz, compartiremos el resto de nuestras vidas, cierran el estuche forrado en felpa roja.
En un rato estaremos solos, acariciarás mis cuerdas, las melodías traerán lágrimas de emoción, así sucederá cada vez que me tomes en tus brazos.
Soy uno de los pocos ejemplares que quedan en el mundo, fuí construído con finas maderas de abeto.
Viví en la edad de hielo, ello me permitió obtener este sonido tan especial, soy un auténtico Stradivarius.

Thursday, June 12, 2008

LA FIDELIDAD DE BÁLTICO

Báltico es un perro callejero, su madre lo rechazaba, nadie conoce el motivo de tal comportamiento.
El animalito, un siberiano no podía ser más hermoso, los ojos azules parecían un trozo de cielo.
Se alimentaba con lo que podía, deambulaba por todos lados buscando una caricia, algo del calor que le había negado la madre.
Pese a todo era fuerte.
Una noche la nieve arreciaba con fuerza, el perro buscaba refugio, estaba acostumbrado al rigor del invierno ruso.
Al atardecer las calles estaban desiertas, el frío era insoportable.
Mauricio regresaba a su casa después de una noche de mujeres y borracheras, al caminar trastabillaba, hasta que cayó en la calle.
Báltico comenzó a aullar con fuerza, con sus ladridos pedía ayuda para el hombre tendido en el suelo.
Una ambulancia lo llevó al hospital más cercano, Báltico permanecía en la puerta de la unidad sanitaria ,esperando.
Mauricio un poco más repuesto llevó a la mascota a su casa, lo alimentó, en poco más de un mes el perro se había recuperado.
Un domingo se fueron a Kamchatka, Báltico participaría de carreras de trineos, los turistas admiraban la fuerza del perro, Mauricio un hombre de vida disipada obtendría ganancias.
Terminadas las carreras, sometía al perro a sesiones de fotografía interminables, con ello aumentaba sus ingresos.
El perro necesitaba cariño, alimentos, fiel a su dueño lo seguía a todas partes.
Pasaron varios años, Báltico no corría como antes, el aliento entrecortado demostraba cansancio.
Una tarde Mauricio necesitó demostrar que su perro podía seguir llevando turistas.
Bebió varias copas de vodka, preparó el trineo esta vez sería tirado solo por su perro.
Los abedules cortaban el blanco de la nieve, tomó el látigo para apurar al perro, al principio el animal respondía, subía las barrancas de la pista rapidamente.
Mauricio sentía los efectos del vodka, no tenía control del trineo, Báltico corría desesperado, estaba cansado, en un momento su dueño cayó en la nieve.
Como pudo el viejo perro se desligó de los arneses que lo sostenían al trineo.
Lamía la cara de su dueño para reanimarlo.
Vanos fueron sus intentos, en la blanca superficie Mauricio exhalaba el último suspiro.
Pese al maltrato recibido en tantas carreras, Báltico se quedó a su lado.
La nieve cubrió los cuerpos.
Báltico fue fiel a su amo, llegó el verano, el hielo comenzaba a derretirse.
Las hierbas crecían al lado de la pista, el rigor del invierno ruso había pasado.
Una patrulla que los buscaba los encontró congelados.

VIAJE ACCIDENTADO

Viajamos en el mismo vuelo, apenas intercambiamos unas sonrisas de cortesía.
Ella estaba entretenida con su laptop, la película, que pasaban en el avión la había visto cientos de veces.
Las revistas no eran muy nuevas, solo podía admirar las fotos.
La azafata anunció que debíamos colocarnos los cinturones, en pocos minutos aterrizaríamos en el aeropuerto internacional de Moscú.
El trámite en migraciones fue engorroso, mi pasaporte pasó por diez manos, con educación me hicieron pasar a una sala contigua al salón del aeropuerto, en perfecto inglés me informaron que deberían chequear mi identidad.
En ese instante maldije el momento en que decidí cambiar mi look, quería estar diferente, fuí a un estilista, sacrifiqué mi larga cabellera, estaba con pelo cortísimo y de otro color.
Jamás hubiera pensado que el cambio me haría parecida a una espía americana que se había llevado documentación valiosa del Kremlim.
Sentí un escalofrío, por la ventana de la oficina veía la nieve que arreciaba con fuerza, los vuelos se suspenderían hasta que terminara el temporal.
¿Cuánto tiempo más me tendrían demorada en calidad de sospechosa?.
A medida que pasaban las horas mis huesos se congelaban, el frío del invierno moscovita era un castigo, me trajeron un café que se enfrió en el camino de la cocina a la oficina.
Pasaron varias horas, por fín me dejaron salir, el guía que debía llevarme al hotel ya no estaba.
Me costó encontrar un taxi que me llevara al hotel , conseguí un chófer que me acercara al Novotel Moscú.Recién había llegado y quería regresar a Buenos Aires, pocos hablaban en inglés, comunicarme era una tortura.
Opté por disfrutar de la suite que tenía asignada, el agua caliente del baño, me relajaría.
Diluí entre el agua y las burbujas de jabón los pensamientos negativos.
Mañana sería diferente.
Mientras fumaba un cigarrillo admiraba las torneadas torres de la catedral de San Basilio, de noche, iluminada era majestuosa, sus cúpulas parecían salidas de un cuento, atrevida la nieve se deslizaba por ellas.
Me levanté temprano, cambié monedas, quería regalarme algo que me hiciera olvidar las penurias que había pasado el día anterior.
Utilicé bastante ropa de abrigo, pese a que el sol asomaba tímidamente, no se podía soportar el frio.
Estoy en Tverskaya Ulitsa, uno de los centros comerciales más conocidos, la gente pasa apurada, compro unas botas de piel, no me importa que no me sirvan en el futuro, quiero mimarme.
Por la tarde iré a un estilista, quiero colocarme extensiones, volver al tono original de mi cabello, evitaré confusiones.
Creo ver a mi compañera de viaje en el gimnasio, no es ella, el deportólogo me informa que esta mañana partió a San Pablo, buscando un clima más benigno.
Realizaré todos las excursiones pactadas, pese al frío insoportable.
Mi Buenos Aires querido, pronto te volveré a ver.

Tuesday, June 10, 2008

EN BÚSQUEDA DE LA PAZ

Anadyr era una pequeña población situada sobre las costas del mar de Bering, en una zona militar del puerto estaban los submarinos, solo tenían acceso a ella quienes trabajaban en la base, previamente debían presentar sus credenciales.
Dimitri supo que esa zona era codiciada por otros países, la tomarían por la fuerza, poco les importaba los habitantes de la aldea, querían apropiarse de la flota de submarinos para llevarlos a otros sitios del orbe.
La población alcanzaba los trescientos habitantes, una zona donde el rigor del invierno se hacía sentir, ningún abrigo podía mitigar el frío.
Durante meses nuestro protagonista planeó la fuga del pequeño pueblo, sabía que el derramamiento de sangre no dejaría a un solo ser vivo.
La flota de submarinos apenas se elevaba de la superficie, los periscopios erguidos emergían del agua, lentes poderosas vigilaban todo.
Esa noche nadie durmió en el poblado, todos preparaban la travesía que permitiría salvar sus vidas, llevarían los objetos más necesarios, ropa, documentos y alguna fotografía que les recordara a los seres amados que habían partido en otras contiendas.
Al amanecer partirían, el destino se mantenía en secreto para preservar a los viajeros.
La nieve arreciaba con fuerza, las mujeres llevaban en brazos a sus hijos más pequeños, los cubrían con mantas para protegerlos del invierno riguroso, los chicos más grandecitos hundían sus piecitos en la nieve, calzaban sus gorros que apenas dejaban ver sus caritas heladas.
El cielo comenzaba a teñirse de rosados y celestes, el viento gélido hacía saltar las lágrimas.
Dimitri sostenía un papel en sus manos, a medida que las familias abordaban la nave, tachaba los nombres.
Estaban todos.
Se cerraron las compuertas, lentamente el submarino comenzó a sumergirse en las entrañas del océano, allí los pasajeros supieron que se alejarían para siempre de ese pueblo que se convertiría en un fantasma.
Viajarían varios meses, las provisiones estaban aseguradas para sobrevivir semejante travesía.
El mar mecía la nave, parecía los brazos gigantes de una madre acurrucando a sus hijos.
Llegaron a destino, estarían en otro sitio de nieves eternas para no extrañar el terruño.
De a poco fueron edificando las viviendas, los hombres trabajaban en las minas de carbón, las mujeres vendían dulces para ayudar.
Todo se desarrollaba en armonía, las viviendas edificadas con las manos de los viajeros tenían el valor del amor.
Ese pueblo existe en el sur de nuestro país, todos aprendieron a hablar nuestro idioma, una vez por mes se reúnen en la plaza del pueblo, encienden antorchas para recordar a los que no están, beben una copa de vodka para calentar sus cuerpos.
Aprendieron que las distancias no existen cuando se busca la paz verdadera.

Monday, June 09, 2008

ROMPEHIELOS

Igor se despidió de su familia, no los vería en meses, atrás quedaba la belleza de San Petesburgo, al día siguiente debería estar en el puerto Munsmark, haría el trayecto en su vieja camioneta, llegaría al amanecer, era verano, pese a ello el frío se hacía sentir, como látigos el viento golpeaba la cara del marino.
El sol tibio iluminaba la costa majestuosa del mar Ártico, como un fantasma gigante anclado el rompehielos Taymyr, los colores rojos y negros de la proa contrastaban con el blanco de la nieve.
Un asistente llevó el equipaje al camarote de Igor, era cómodo, la calefacción funcionaba, ordenó unos papeles, buscó un abrigo y subió a la proa.
El ulular de las sirenas anunciaba la partida, lo acompañarían un centenar de hombres, con sus historias.
La nevada era copiosa, se posaba en el rompehielos cual gaviotas intentando llevar sus caricias de hielo a la tripulación, muchos meses estarían alejados de sus familias.
Estaban acostumbrados a la distancia, recorrerían todos los mares para prestar ayuda a otro buque que estaba en emergencia.
Las aguas del Atlántico cambiaban constantemente, al alejarse del puerto eran de color gris profundo, muchas millas más adelante tomarían una tonalidad turquesa, eran más cálidas.
Los binoculares le permitían al capitán observar playas de fina arena blanca, vegetación que no había conocido, en el próximo puerto cargarían combustible y alimentos para la tripulación.
Pasaron varios días, de lejos observaban al Almirante Irizar, se comunicaron por radio con el capitán, estaba bien, pese a que la embarcación, parecía que desaparecería por el fuego , para adentrarse en las aguas del océano.
Otras aguas heladas esperaban la ayuda que venía de lejos.
Alineados en el puerto con sus uniformes naranjas con salvas y estruendos le dieron la bienvenida.
El frío era tan intenso como los inviernos rusos, palparon la existencia de otro continente blanco.
En el comedor de la base Marambio preparaban una cena para agasajar a los recién llegados, mañana descargarían la preciosa carga que Taymyr traía en sus entrañas.
Quedaron en el lugar unos pocos días, durante dos años serían los encargados a llevar ayuda desde el continente.
Otra vez en el mar, el capitán pensaba en su familia, en pocos meses podría abrazarlos.
El camino de regreso parecía más lento, los alimentaba la ansiedad de abrazarse a los suyos.Igor tendría nuevas historias para contarles a sus hijos, volvería a la Antártida Argentina hasta que el rompehielos fuera acondicionado nuevamente.
En Musmark, Irina esperaba a su marido, los besos y abrazos fueron capaces de derretir tanta nieve.
Igor había acumulado experiencia, no le importaban las inclemencias del tiempo, este viaje le había enseñado que las distancias no existen cuando el camino es guiado por la solidaridad.

Saturday, June 07, 2008

HIJA DE LA NIEVE

Sveltana es la hija menor de un matrimonio rumano, los cabellos con bucles dorados como el sol enmarcan su rostro de porcelana, la profundidad de sus ojos azules, hace soñar con océanos desconocidos.
Esta noche por primera vez la adolescente asistirá a una fiesta en el pueblo, viste una pollera de paño rojo adornada con pasamanería, tímidas asoman las blancas enaguas terminadas con puntillas, una camisa y el chaleco negro completarán la vestimenta.
Los hombres cantan en la plaza, está colmada de gente, las mujeres acompañan las canciones con las palmas.
Boris no participa de la colorida fiesta, enciende un cigarrillo , la llama del fósforo ilumina una esbelta figura, la sonrisa de la muchacha lo cautiva, decide sumarse al baile, se comunican en idioma inglés, ríen, disfrutan, prometen verse al día siguiente.
En el cuarto del hotel, Boris piensa en la jovencita, los latidos del corazón le indican que surgió el amor, no puede conciliar el sueño, la imágen tierna de Sveltana lo acompaña.
Se produce el encuentro, imprevistamente Él le roba un beso, ruborizada la muchacha le pide la lleve a su casa, en el camino le cuenta que vive en las Islas Solovki, un lugar lejano donde siempre reina el frío, quiere regresar con ella.
Le ofrece matrimonio, los padres de la joven se muestran sorprendidos, la ayudarán a concretar sus sueños.
La ceremonia se lleva a cabo en la capilla del pueblo, mañana comenzarán a compartir para siempre sus vidas.
Los espera un largo viaje, pasan los primeros días juntos, después él deberá volver a trabajar como cocinero en el monasterio, ubicado a diez kilómetros de la casa que habita el matrimonio.
Sveltana conocía el frío de su patria, éste es más intenso a veces se torna insoportable, el amor que se profesa la pareja sobrevivirá a las inclemencias del tiempo.
Pronto serán padres, el amor se prolongará en la vida del hijo que esperan.
Como todos los días Boris parte a su trabajo, besa y acaricia el vientre abultado de su mujer.
A media mañana Sveltana siente los primeros dolores que anuncian la llegada del hijo, no quiere estar sola, busca un bolso, agrega una manta, comienza a caminar hasta el monasterio.
Todo a su alrededor es blanco, el frío como latigazos golpea el rostro de la joven, a los costados crecen unas hierbas, es lo único que corta la monotonía del blanco de la nieve, se detiene, los dolores son más intensos.
Agitada suspira, apura el paso, a pocos metros está el monasterio.
Las monjas la llevan a una habitación, preparan todo para recibir al nuevo ser, Boris corre por los pasillos, quiere recibir a su primer hijo.
Al llegar a la puerta el llanto de un recién nacido lo paraliza, la emoción se apodera de él, una monjita trae una niña, está cubierta con una manta, solo se ve su carita rosada, Boris no puede contener las las lágrimas cuando le anuncian que ha nacido Nadezhda.

Friday, June 06, 2008

LÁGRIMAS DE HIELO

Marcia se prepara para otro viaje, esta vez irá a Moscú.
En las maletas lleva abrigo suficiente para protegerse del frío, cambiará su vestimenta en Madrid, allí tiene una escala de tres horas.
Casi un día de viaje para conocer otras culturas, presiente que el esfuerzo será premiado, no le teme a las temperaturas gélidas, Sofía le habló de ellas.
Como siempre el vuelo está un poco demorado, los conflictos la persiguen en cada viaje, le resta importancia, solo quiere llegar.
Aprovecha la escala en el Aeropuerto de Barajas para cambiar su atuendo, elige un pantalón de lana, botas altas y un abrigo de piel.
En quince horas estará en la aeroestación de Sheremetyevo, allí la espera su amiga.
Migraciones está colmada de gente, terminados los trámites se abraza con Sofía, a partir de ese momento comenzará la aventura, en veinte minutos, si el tráfico es normal, estarán en el departamento que habita Sofía, frente a la Plaza Roja.
Desde los ventanales de la vivienda observa la Catedral de San Basilio, majestuosa, con sus cúpulas coloridas intentando acariciar el cielo.
Más tarde irá a orar por los suyos que quedaron en la otra punta del mapa.
La nieve graciosa se desliza por las torres, las veredas están cubiertas por copos blancos.
Mañana las espera una nueva experiencia, pasearán en el metro.
Extasiada observa las bóvedas de la estación Kievskaya, los cuadros son de una belleza infinita, arañas de muchas luces, penden del cielorraso, nunca imaginó tanta belleza.
Marcia pregunta a su amiga por qué los hombres reciben a los trenes que llegan y voces femeninas lo hacen con los que se alejan de la estación.
Sofía le cuenta la historia de una mujer que vivió hace mucho tiempo, cuando el metro no existía, los vagones de tren transportaban a los trabajadores hasta las estepas, no importaban las inclemencias del tiempo.
Los hombres recibían con gozo a sus compañeros de trabajo, las mujeres despedían a los que se alejaban, tal vez nunca volvieran a reunirse con sus seres queridos, la necesidad los alejaba.
Vielka siempre quedó en la estación central esperando a su hombre,Él, nunca regresaría a ella, la mujer jamás desistió del intento, en algún momento su amor estaría a su lado, para amarla y respertarla.
Los años han pasado, en memoria de Vielka se conserva la tradición, serán voces de mujeres quienes despidan al viajero.
Marcia emocionada atesora ese recuerdo, los copos de nieve como estrellas adornan el cabello de nuestra viajera, el frío gélido transforma en hielo una lágrima, queda suspendida en su rostro joven.
Llama a su corazón, allí tiene todos los recuerdos, sabe que su amado la esperará al regreso.
Presiente que las lágrimas de hielo mutarán en gotas de lluvia que bendecirán el encuentro.

Thursday, June 05, 2008

DOBLE VIDA

El Doctor Merengue fue un reconocido abogado, culminó sus estudios obteniendo medalla de oro y diploma de honor.
Al poco tiempo de recibirse gana una fortuna en un juicio millonario, con ese dinero compró una mansión en las afueras de la ciudad.
Esa noche le propondría matrimonio a Adela, su novia de toda la vida, una mujer delgada, sobria, elegante, dotada de una belleza especial.
La ceremonia religiosa se concretó en los jardines de la residencia, viajarían al exterior por pocos días, Él comenzaba a cimentar su fama de profesional descollante.
Al regreso conformaría su estudio en el ala delantera de la casa, una biblioteca gigante provocaba la envidia de todos los amigos.
Adela se ocupaba de dirigir a los empleados que la asistían en el mantenimiento de la vivienda.
Como siempre el atildado Doctor vestía un traje negro, una cadena de oro cruzaba su abdomen prominente, sosteniendo el reloj de bolsillo que guardaba en el chaleco.
La vida se desarrollaba en forma normal, asistían a conciertos y veladas con los amigos, Adela lucía como una modelo los trajes largos.
Todos querían tener como invitados al matrimonio afortunado.
Una tarde Adela sorprendió a su esposo, quería ser ella quien le acercara el café de la tarde.
Los expedientes descansaban en el escritorio, el abogado elegía los casos que fueran más rentables.
Cuando se acercó, Adela observó la pila de casos, estaba orgullosa de su pareja, hasta que vio una revista escondida entre los papeles, no podía dar crédito a lo que se presentaba ante sus ojos, desde la revista Rico Tipo, mujeres pulposas, casi desnudas, regocijaban la mirada de su marido.
Ofuscada se retiró del estudio, se preguntaba cómo un hombre aparentemente serio, podía deleitarse mirando esas revistas.
El Doctor Merengue siguió a la mujer, intentaba explicarle que esas revistas habían llegado de casualidad, utilizó todos los recursos para convencerla, ella no le perdonaría nunca a un hombre que ante los ojos de todos era serio semejante vulgaridad, jamás perdonaría la doble vida de su compañero.
Esta vez el Doctor Merengue no pudo convencer a la mujer que rápidamente le solicitó el divorcio, viviría tranquila por el resto de sus días.
El Doctor Merengue siguió con una vida disipada, llegó a conocer a Adriana, una de las modelos que posaba para la revista.
En poco tiempo Adriana consiguió un piso en una de las zonas más elegantes y caras de Buenos Aires, el accedía a todos los caprichos de su nueva pareja, compartían una cuenta para que cubriera sus gastos, se sentía más joven, disfrutaba esta nueva etapa de su vida.
Una tarde llamaron al departamento de la mujer, un ordenanza del banco le notificaba que debía concurrir a la entidad con el propósito de enterarse de algunas irregularidades.
A la mañana siguiente llegó con puntualidad a la institución, intentó hacer valer su fama de abogado de ricos y famosos.
El banco fue inflexible, hacía tiempo que la cuenta que compartía con Adriana giraba en rojo, de nada valieron sus argumentos, menos su intención de cubrir el dinero faltante, había perdido prestigio, tantas veces había utilizado un doble discurso que nadie creía en sus palabras.
Comenzaron a cerrarse todas las puertas, la curvilínea Adriana se alejó del departamento que compartían, no sin antes llevarse las obras de arte que lo engalanaban.
El Doctor Merengue terminó sus días solo, en la más absoluta miseria.A
dela rehízo su vida, se mudó a otro país, al Doctor Merengue,a veces lo encontraban en el kiosco de diarios mirando las mujeres que le sonreían desde la tapa de la revista.

Wednesday, June 04, 2008

ATESORANDO RECUERDOS

Soy un vagabundo de la vida, lejanos en el tiempo se acumulan los recuerdos.
Aprendí a mirar sin ver, caminé todos los paisajes, supe de ríos cristalinos que rompían su canto en una cascada de aguas danzantes.
Absorbí el aroma de las flores, las guardé el aroma en un rincón de mi alma, le puse barrotes para que no escaparan, me acompañaron durante días inciertos , no sabía cuando salía el sol, menos cuando aparecerían las estrellas.
Estaba solo a mitad de un sendero que no tenía fín, el murmullo de los pájaros me indicó que era el destino que me había marcado la vida.
Te amé sin límites, pude robarte besos a escondidas, de la luna tomé un destello para prenderlo en tu cabellera.
Recorrí tu silueta, cual pájaros mis manos se posaban en tu cintura, la geografía de tu cuerpo me incitaba a fundirme para siempre en tus entrañas.
Conocí el amor verdadero, sediento bebí el néctar de tus besos hasta quedarme dormido.
Hoy estoy solo, viviendo la vida elegida, en cada suspiro se arremolina tu recuerdo, no puedo caminar sin muletas, tú eras la parte que me faltaba para sentirme pleno.
Estás lejos, eso presiento, estiro mis brazos para recuperar cada recuerdo, una lágrima helada se desliza por mi rostro, una figura angelada deposita una flor a mis pies, ahí comienzo a comprender todo, no te tengo, estoy muerto.

OTROS TIEMPOS*

Como todos los días Don Fulgencio vistió el traje negro, una impecable camisa blanca, el papillón oficiaba de corbata.
Con un cepillo sacó las pelusas adheridas a su sombrero, así completaría su vestimenta.
Caminaba por cualquier calle de Buenos Aires, siempre dispuesto a ayudar al prójimo, admiraba a las mujeres que en la década del treinta bajaban de autos lustrosos, ataviadas con vestidos largos, complementados con capelinas.
Otras más sencillas vestían polleras largas confeccionadas con dibujos escoceses, en las blusas los volados ocultaban sus redondeces, en los hombros un saquito tejido, las protegería de la brisa vespertina.
Tenía cita en una plaza con un personaje que no conocía, solo sabía que su nombre era Avivato.
Consultó el reloj de bolsillo, faltaba para el encuentro.
Decidió acompañar en sus juegos a unas niñas que saltaban una cuerda, Fulgencio había tenido una infancia rica, se conformaba con poco, su espíritu bonachón rescataba los valores de los más pequeños, compró barquillos de galletitas para convidarlas, abstraído en sus pensamientos no advirtió que se acercaba el hombre con el que había concertado una cita.
Café de por medio escucharía la propuesta del recién llegado, supo que Avivato no tenía una dirección fija, no llamó su atención que un hombre tan atildado le comentara que el trabajo lo obligaba a mudarse constantemente, por ello elegía diferentes pensiones para pernoctar.
Le ofreció a Don Fulgencio ser socio en la venta de propiedades, al principio debería colocar el dinero en un porcentaje alto, las supuestas ganancias las vería con el paso del tiempo.
Nada podía sospechar de un hombre de apariencia honorable, quedaron en encontrarse a la semana siguiente, Fulgencio debería llevar la suma acordada.
Como siempre nuestro personaje se detuvo a jugar con unos chicos.
Habían marcado la arena de la plaza con una soga, quien pateara más lejos cualquier objeto sería el ganador de un helado.
Llegó al lugar previamente acordado, el dueño del café le ofreció para beber un submarino.
Mientras esperaba, la vieja radio con forma de iglesia transmitía las noticias de las cinco de la tarde, no daba crédito a las palabras del locutor.
La policía había detenido por estafas reiteradas a quien sería su socio.
Pagó la consumición , retirándose del lugar.
Cruzó hasta la plaza, los chicos con los que había jugado ya no estaban, gracias a ellos que lo habían demorado, evitó ser una víctima más de Avivato.
Don Fulgencio tuvo infancia, en esa etapa aprendió valores, a no desconfiar de la gente, a creer en el ser humano, a todos les daría una oportunidad de enmendar sus conductas alejadas de la realidad y el bien.
Vivió feliz con lo que había ganado honradamente, supo compartir con grandes y chicos.
Su lema fue alejarse de la mezquindad y las miserias humanas.


*"A los hombres que no tuvieron infancia;
a quienes, habiéndola tenido, la conservan como un tesoro;
a quienes la perdieron y la añoran;
a quienes la han olvidado, para que la recuerden;
a quienes aman y admiran a los niños;
a quienes no los aman, con un reproche;
a los niños que quieren ser grandes, con el deseo de que no lleguen a serlo del todo;
a los millones y millones que quisieran volver a ser niños"

Lino Palacio

Monday, June 02, 2008

TRÁMITE BANCARIO

Larguirucho se encontraría por primera vez con Raimundo, había decidido adoptar a ese niño, sacarlo del asilo donde vivía, darle el cariño que le faltaba.
Esa mañana se levantó temprano, buscó sus mejores ropas, tenía que dar una buena impresión ante las autoridades del orfanato.
Había optado por alejarse de las influencias del malvado Profesor Neurus, estaba dispuesto a cambiar su vida, alejarse de los problemas y dejar atrás las maldades que había adquirido.
Afeitó su barba, necesitaba que lo vieran diferente por fuera y por dentro para darle todo el amor a ese niño desvalido que reclamaba atención.
Caminó tranquilo por las calles de Buenos Aires, en pocos minutos estaría en la institución.
Estaba contento, la noche anterior había planeado el primer día de convivencia.
Debía comprarle ropa nueva a Raimundo, agasajarlo.
En el instituto el niño lo esperaba con una sonrisa, en una maleta de cartón guardaba lo poco que tenía, se despidió de sus amigos con una sonrisa, aceptó las recomendaciones de la madre superiora.
El pequeño miraba con asombro a las personas que apuradas transitaban las calles de la ciudad, parecían autómatas, enfrascados en sus pensamientos.
Larguirucho le dijo al niño que el primer paso sería ir a un banco, para retirar algo del dinero que tenía ahorrado.
Hacía frío, apuraron el paso para entrar en calor.
Al llegar a la institución bancaria una fila que no terminaba nunca, gente de todas las edades a la intemperie esperando que se abrieran las puertas para realizar sus trámites.
Parecía que a nadie le importaba nada.
Un empleado malhumorado abrió las puertas, en las cajas con absoluta desidia, los empleados tomaban café, otros contaban las monedas y billetes para colocar en las cajas.
El lugar era como una heladera gigante, los más arriesgados preguntaron por qué no encendían la calefacción, hacía horas que esperaban entrar en el lugar, un ordenanza les comentó que la caldera estaba rota, la repararían algún día cuando se abrieran los sobres de licitación para realizar el trabajo.
La atención al cliente era mala.
Larguirucho llamó a su amigo, éste acudió prontamente, en un instante Super Hijitus con su traje celeste entró al banco, los asistentes miraban al pequeño ser que volaba de un lado al otro.
Atónitos obsevaban las sillas que aparecían por todas partes, mágicamente el calor abrigaba el sitio.
A partir de ese día todos los clientes fueron atendidos como seres humanos.
Larguirucho intentó agradecer a su amigo, ya no estaba.
Sonrió tranquilo, aferró su mano a la de Raimundo, salieron alegremente de la sucursal bancaria, otra vez el pequeño super héroe había solucionado un inconveniente.