Laura me espera con la camioneta en Marcia.
Al verme me dice que no tenemos destino predeterminado y sonríe
Ello me lleva a deducir que si sabe hacia donde nos dirigiremos.
Por su trabajo conoce sitios que no están tan lejanos y tienen una belleza especial.
No tardará en decirme que iremos a visitar a un anciano sabio que vive sobre un camino rural.
El viaje no demandará más de una hora,
Ella concertó una sita para media tarde.
Al tratarse de un día no laborable esa ruta en particular tiene poco tránsito.
Dice que me ve algo mejor pero demasiado pálida, le respondo que ya pasará.
Conversamos sobre varios temas, como siempre todos llevan a vos.
Laura sin conocerte te jha tomado un cariño especial, comenta que es el amor que a través mío le transferís.
Expresa que faltan pocos minutos para llegar.
La tranquera está abierta.
Maravilladas observamos un extenso jardín que antecede a la propiedad,
Dos árboles de follaje perenne son el marco majestuoso para una casa sencilla de paredes bancas y techo a dos aguas de tejas rojas.
El anciano sale a nuestro encuentro.
Es un hombre que tiene la edad del tiempo.
Representa la imagen del abuelo que todos quisiéramos tener.
De estatura media luce una cabellera tejida con hilos de plata igual que su barba no muy larga.
Todo configura un aspecto que hace bien al mirarlo, es de las personas que al ver su aspecto se adivina un ser de luz.
Ingresamos a la vivienda.
Los leños encendidos chisporrotean en el hogar.
Nos pregunta el motivo de nuestra consulta.
Relato nuestra historia de hijo y su mamá.
La complicidad que siempre nos unirá más allá de la distancia temporal.
Escucha atentamente.
Cuando finalizó el relato me cuenta que su actividad principal es hacer regresiones al pasado.
No importa cuanto tiempo haya transcurrido.
Con su práctica logra que los deudos puedan volver a ver a sus seres queridos.
La idea me entusiasma tanto que imagino que podré darte alguno de los besos que llevo en mi mochila.
Parece que el anciano ha leído mi pensamiento.
Con un tono de voz coloquial me dice que no recomienda una regresión al pasado en mi caso.
Explica que no le importa perder dinero.
Sabedor de su trabajo dice que la visión y audición son perfectas, aconsejándome que no lo haga pues nota que el dolor lo llevo a flor de piel y es muy pronto para traerte hacia mí.
Me pide que te recuerde, que no convoque a seres que han partido hace poco tiempo.
Que no detenga tu paso a otras dimensiones.
Me maravilla al ver que consulta un oráculo florentino, una pieza de gran valor.
Toma una hoja de papel.
Realiza unas ecuaciones, al final nos regala la ternura de su sonrisa amable, sabia, despojada de todo interés.
Nos asegura que estás bien.
Puede verte, percibirte feliz rodeado de ángeles que te conocen y antecedieron en el camino.
Fija su mirada profunda en mis ojos pronuncia “Hija nadie puede torcer los caminos del destino.
Tu hijo está en paz.
No sufre.”
Si bien mi deseo era verte un instante acepté la sugerencia del sabio.
No hubiera querido visualizarte y no tener la posibilidad de abrazarte.
Nos despedimos con la promesa de regresar.
Laura me dice que cuente con ella para todas las veces que necesite volver, ella me acompañará, me recuerda que no estoy sola.
Tengo que esperar a que se produzca el reencuentro que tanto anhelo.
Con tu ayuda lo lograré.
Mientras transcurre ese tiempo misterioso que no sé cuánto demorará, vuelvo a pedirte como siempre que nunca olvides a tu mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=rLRCdamydjo
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