COMPAÑÍA DE LAS FLORES

Buenos días alma mía.

Hoy te saludo un poco más tarde porque fui a votar.

Los comicios abren a las ocho de la mañana, las autoridades de mesa llegaron veinte minutos después y luego entraban a una sala para tomar un café.

Eso se denomina nula responsabilidad ciudadana.

Del monto que cobran por fiscalizar una elección deberían descontarles las llegadas tarde.

La desidia debería ser penada en estas ocasiones.

Mientras personas discapacitadas esperaban apoyadas en sus bastones ellos no habían llegado.

¿Para qué citan personas inoperantes? Falta de respeto hacia los electores que van temprano a votar.

Nunca tuve que esperar tanto para emitir mi sufragio.

Deseaba conectarme con vos para decirte cuanto te quiero y la necesidad de darte un beso. Como las temperaturas han sido altas, el jardín está repleto de flores.

Seleccioné la imagen que antecede a mis letras, fotografiando a un picaflor, posado sobre ellas, esperando para beber el néctar de las mismas.

Esas aves son la más pura expresión de la libertad, además de la belleza cuando despliegan sus coloridas alas rojas como la sangre, azules imitando los colores del mar o bien color oro para parecerse a su amigo Helios.

Lo más importante es volar libres de flor en flor.

Son frágiles como otros de su especie.

Nunca comprendí por qué  algunos suelen dañarlos, privándonos de su belleza espectacular.

¿Dónde estás querido hijo?

¿Sabías cuánto te extraño?

¿Qué puedo hacer por vos?

Quisiera pedirte ayuda para llegar a tu lado.

Intuyo no lo harás, dado que siempre me has protegido, para que nada me dañe, ni me rocen las enfermedades.

Es difícil continuar en suelo hostil.

Buscando entre mis escritos de cierta antigüedad, hallé un poema dedicado a los picaflores que deseo compartir con tu bello espíritu soñador.

 

“Al picaflor

 

de Clemente Althaus

 

 

 

Deslumbrando nuestra vista,

 

compiten, finos, en ti,

 

zafir, topacio, rubí,

 

esmeralda y amatista.

 

Y eres cuando al sol tus galas

 

vas ostentando a porfía,

 

pájaro de pedrería

 

o viva joya con alas:

 

Joya que, ricos cambiantes

 

luciendo tornasolada,

 

siempre,  es distinta, y en cada

 

mudanza más bella que antes.

 

De flor en flor siempre vas

 

en tu ligereza suma,

 

voladora flor de pluma

 

que eclipsas a las demás.

 

En su triste cautiverio,

 

¡cuánto envidia el alma mía

 

la libertad y alegría

 

de ese tu vivir aereo!

 

¡Quién, sólo al capricho fiel,

 

llevando el vuelo, do quiera,

 

de amor, como tú, viviera,

 

de aire, de luz y de miel!”

 

Desearía convertirme en picaflor, desplegar las alas y volar hacia tu hábitat para verte un instante y así poder conversar con vos, utilizando las miradas.

Entelequias que  solo se me ocurren a mí.

Otro sueño poder abrazarte como antes.

Es difícil  escribir en tiempo pasado cuando hago referencia al ser que más amo en la vida.

Todo aquello que quiero es difícil de convertirlo en realidad.

¿Cuándo pasarás por mis  estados oníricos?
¿Has podido escuchar es mi ruego nocturno?

Al despertar paso a ser prisionera de la tristeza, convocante de las primeras lágrimas quienes llaman al llanto solitario y silencioso.

Jamás pensé atravesar circunstancias de esta naturaleza.

Te traje a la  vida para que vivieras,

Ni en sueños imaginé te irías tan rápido.

¿A quién  puedo preguntar por qué?

Tu ausencia temprana cambió mi esencia.

Se hace imposible continuar sin tu presencia añorada.

De allí nacieron tantos dilemas para los que nadie posee una respuesta capaz de conformar el intelecto, cansado de no obtener certidumbre a mis vacilaciones.

¿Nos encontraremos alguna vez?

¿Cuánto tiempo más estaré donde no quiero estar?

Cada uno de estos grafemas encontrarán el final, cuando no necesite de ellos a la hora de contactarme con vos.

Sueño con ese momento igual que deseo soñarte con más frecuencia.

El duelo que nunca se supera, es la partida de un hijo.

Los fines de semana son una tortura.

Si bien eras un joven a quien le gustaba disfrutar de amigos y conocidos, en algún momento llegabas.

Ahora no puedo oír tu clásico “Llegué mamá”.

Transcurren los días, meses y años y se ello, no pasará.

Un hijo ejemplar, el amigo más fiel.

De quienes te prometieron ocuparse en hacerme compañía solo quedó la familia chiquita y el dueño de la máscara de teatro que le obsequiaste para uno de sus cumpleaños.

Sabrán los otros el motivo de su manera de actuar.

Lamento profundamente hayan abusado de tu confianza cuando te faltaban dos días para partir.

No los juzgo, existe un Ser Superior a quien su mirada nadie  puede escapar.

Confío en él.

Los machistas que violentan a una mujer son una rara especie en extinción.

Afortunadamente guardé todos los ridículos correos electrónicos.

La violencia de género es un delito.

Algunos terrenales que no califican para humanos deberían pensar antes de escribir tantas tonterías.

Aún sigo libre como el picaflor.

Detesto a los alienados que se agrandan detrás de un monitor y en la vida real son perritos falderos.

Por suerte no molestó más.

Inclusive realicé captura de pantalla de los mensajes que enviaba al celular.

Debería trabajar en lugar de molestar.

Tesoro de mi existencia te amo de manera incondicional.

Mi lugar no es éste, sino compartir las horas con vos, en el mundo que morás.

Hijo querido, por favor nunca olvides cuanto te quiere, mamá.

 

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=jRMIdSCoHkQ