Buenos días
mi tesoro adorado.
Te saludo en
una mañana tan desapacible como la de ayer.
Febo juega a
las escondidas detrás de oscuros celajes, quienes impiden lo veamos con toda
intensidad.
Cerca de mi
refugio un reconocido paisajista armó una
estructura metálica con arcos para sostener de allí, enredaderas
de flores.
En este caso
, rosas rojas y amarillas, antes desordenadas a los costados de la escalinata
que lleva al piso superior.
Belleza
natral digna de admirar.
Si
estuvieras aquí, tengo la certeza te agradarían tanto como a mí.
Nada nos
pide la naturaleza, solo que nos acordemos de saciar la sed de las plantas,
devolviéndonos, magia, fragancia y color.
No existe en
suelo terreno algo más bello que la inspiración.
No solo de
quienes escriben sino de todos los artistas que pueden expresarse a través del arte.
Como en este
caso el de un país ajusta acostumbrado a trabajar entre las flores pudiendo
otorgarles forma, convirtiendo aquello sencillo en arte para admirar.
Anoche
estuve conversando con tu amigo.
Primero le
pasé el parte de la persona que conocés, con delicados problemas de salud.
Le comentaba te pediría ayuda para que no sufra
en esta etapa tan traumática.
Jamás
olvidaré, junto a su esposa fueron los primeros en acercarse cuando te
internaron en la primera institución sanatorial.
Ella partió
hace poco más de tres años.
Juntos
aparecieron en mis sueños.
Quisiera
vuelvas para poder darte un beso y también solicitarte que lo cuides si existe
esa probabilidad.
Gustosa
recuperaría mis creencias.
No creas no
lo intento, el resultado es negativo.
¿Dónde
estás?
¿Existe el
reencuentro?
¿Qué
desearías te lleve para esa ocasión?
¿Es posible
llevar algo o solo te reciben con las manos vacías?
Poseo
demasiadas dudas para resolver.
Sin tantas,
He perdido
la ilusión de concretar alguna en
suelo terreno.
Solo tengo
en claro no es mi deseo continuar aquí.
Hoy
seleccione una poesía del autor uruguayo Mario Benedetti, referente a las
flores,
“La flor del
aire
Yo la
encontré por mi destino,
de pie a
mitad de la pradera,
gobernadora
del que pase,
del que le
hable y que la vea.
Y ella me
dijo: “Sube al monte.
Yo nunca
dejo la pradera,
y me cortas
las flores blancas
como nieves,
duras y tiernas.”
Me subí a la
ácida montaña,
busqué las
flores donde albean,
entre las
rocas existiendo
medio
dormidas y despiertas.
Cuando bajé,
con carga mía,
la hallé a
mitad de la pradera,
y fui
cubriéndola frenética,
con un
torrente de azucenas.
Y sin
mirarse la blancura,
ella me
dijo: “Tú acarrea
ahora sólo
flores rojas.
Yo no puedo
pasar la pradera.”
Trepe las
penas con el venado,
y busqué
flores de demencia,
las que
rojean y parecen
que de rojez
vivan y mueran.
Mario
Benedetti”
Al leer tan
bellos grafemas me gustaría prometerte algún día intentaré escribir poesías.
Conociéndome
no lo hago pues no sé cómo se relatan las mismas.
Tampoco
pongo mucho empeño.
Definitivamente
asumí, no es mi género.
Tesoro mío
¿Cuándo
podremos conversar frente a frente?
Es muy difícil
vivir sin vos.
En este
suelo hostil todo se parece a una farsa, en realidad es.
En plena
veda electoral insisten con los regalitos.
Causa terror
jueguen con el hambre de las personas.
Actitudes
que espantan.
Hijo te
pienso siempre.
Sos mi mejor
amigo, el más fiel.
Jamás
hallaré alguien semejante a vos.
Tus valores
te otorgaban luminosidad.
¿Esa es la
causa, por la que fuiste elegido para morir tempranamente?
Te extraño.
Nunca nadie
me enseñó a vivir sin vos.
Disparate
que no debería pasarle a ninguna madre.
Los hijos
son nuestra otra mitad.
Cuando se
van nos asestan el peor golpe.
Te amo hijo
querido por ello, no me cansaré de
pedirte, nunca olvides cuanto te quiere, mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=6monDC1n5eY&list=RDCMUCXpJFyqWZ4yMksOK4aXedww&index=2
No comments:
Post a Comment