Buenos días
querido hijo.
Te saludo en
una mañana nublada.
Helios
pareciera estar de vacaciones, solo aparece unos minutos para luego
desvanecerse , en el interior de celajes de tono s claros-Los días grises sin
acordes a los míos, generados desde tu ausencia prematura.
Seleccioné
un volcán como imagen antecedente de mis letras, dado que en este momento en la costa del Pacífico hay varios en
erupción.
Sus cuerpos e
piedra sin vegetación asemejan una montaña diferente.
Nada crece a
sus pies.
El proceso
de actividad es interesante para los geólogos y dañino para quienes asientan
sus viviendas cerca de la ladera de los volcanes.
Parecen
dormir mucho tiempo hasta que comienzan a temblar y desde sus cráteres salen en
primera instancia, grandes cantidades de humo gris intentando llegar al cielo.
Impiden el
normal desarrollo de los aeropuertos por la baja ostensible de visibilidad.
Producen
terremotos antes de comenzar arrojar ríos de lava ardiente. Arrasando con todo
aquello que se interpone a su paso.
El dios
romano del fuego es Vulcano, amigo de Hefesto, la representación de aquel en la
era dorada de Grecia.
Dos
guerreros que suelen esconderse en el interior de los volcanes para afilaren a
fragua, la eterna lucha por la posesión de territorios.
No delimitados
en la época dorada de Grecia.
Dos nombres
para un solo mal, la destrucción de territorios enteros bajo lenguas de fuego.
No solo
arrasa con las viviendas sino con la vida de quienes creen pueden luchar contra
ellos.
Las
autoridades no deberían permitir la construcción de barrios cerca de donde se
elevan cadenas montañosas que contengan en su formación pétrea volcanes.
Fácil de
ubicarlos pues por el calor se nota la piedra desnuda u no existen las típicas florecillas
silvestres, que se encuentran en la ladera de la montaña.
Pueden
parecer dormidos o sin actividad durante años, hasta el momento que vuelven a
rugir, vomitando ríos de lava hirviendo.
La destrucción
no solo afecta las casas, sino que mata
a humanos terrenales y especies del reino animal.
No existe
nada para calmar sus alaridos guturales y menos apagar las lenguas de lava
ardiente
Encontré una
poesía referente a las únicas montañas que gritan su dolor ígneo.
“LOS
VOLCANES
Autor: José
Santos Chocano
Cada volcán
levanta su figura,
cual si de
pronto, ante la faz del cielo,
suspendiesen
el ángulo de un vuelo
dos dedos
invisibles de la altura.
La cresta es
blanca y como blanca pura:
la entraña
hierve en inflamado anhelo;
y sobre el
horno aquel contrasta el hielo,
cual sobre
una pasión un alma dura.
Los volcanes
son túmulos de piedra,
pero a sus
pies los valles que florecen
fingen
alfombras de irisada yedra;
y por eso,
entre campos de colores,
al
destacarse en el azul, parecen
cestas
volcadas derramando flores.”
Conmovedoras
las letras del poeta al referir a la destrucción provocada por los volcanes.
Querido hijo
te extraño.
He buscado a
forma de vivir con tu ausencia a cuestas.
De verdad no
se puede.
Lo atribuyo
al amor incondicional que nos une más allá de los objetivos de la muerte al
intentar poner la mayor distancia entre nosotros.
La
perversión de sus actos no fue óbice para colocar máculas en nuestros sentimientos.
Nunca serán
alcanzados por la maldad.
Cuando el
amor es grande no llega la adversidad, su nos salpica la quitamos entre los
dos.
Eligió a dos
seres que no están dispuestos a separarse.
El amor nos
fortaleció, logró fuéramos indivisibles.
Pierden el
tiempo quienes echan mano al discurso fácil.
Desde tu
partida seleccioné un modo de vida que no tengo previsto cambiar bajo ninguna
circunstancia.
Son nuestras
vidas, tengo la potestad de resolver en soledad.
Solo a vos
te pediría ayuda, como lo hago siempre, al consultarte cuando no puedo resolver
algo en esta etapa trágica.
¿Existe algo
más sensato que consultar al amigo más
fiel?
Quien
siempre está,
Quien nunca
traicionó.
Nunca
hubieras prometido a nadie estando a cuarenta y ocho horas de morir, aceptar
compromisos innecesarios.
De a poco
las máscaras fueron cayendo, dejando expuesta la miserabilidad.
No juzgo,
eso lo hará un Ser Superior y a cada uno
dará su pena.
No me
produce absolutamente, haber recibido amenazas.
Menos que me
trataran de irracional con la razón perdida.
¿Encerrarme
a mí?
¿Dónde?
Me sobran
pruebas y pese a elegir las letras recuerdo mi paso de cuatro años de derecho
en la universidad.
Ello me
habilitaría a recitar de memoria varios artículos del Código Penal.
No se
subestima el intelecto de nadie, mi sugerencia es “Miren a su alrededor, antes
de prejuzgar”
Tesoro de mi
alma, no te preocupes por mí.
Sé cómo
defenderme de la estupidez y agresiones.
No corro
peligro, tengo abogados a quienes puedo acudir.
Por ahora no
hace falta.
Te extraño hijo querido.
Quiero estar
allí.
Llegaré.
Como lo hago
a diario, he de pedirte, por favor nunca olvides cuanto te quiere, mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=1Krzhh34wII
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