Bueno días hijo querido.
Te saludo en una mañana desapacible, demasiado fresca y con
una llovizna pertinaz.
Los expertos anuncian unos días más sin tener la presencia dorada de los
rayos de Helios, quien seguramente está conversando con vos en algún lugar del
universo.
¿Dónde estás?
Preciso verte para darte un beso y decirte cuanto te quiero.
Es mi deseo compartir un sueño del que desperté inquieta.
Como siempre caminaba por la zona costera.
Todos conocemos las aguas del río son de color marrón.
De pronto el agua era transparente.
Mi cuerpo no estaba
sobre la arena sino debajo de la masa
líquida.
De mi cabeza surgían las aguas alimentando la superficie de
un lago, rodeado de montañas y pinos.
Sentía frío, el agua
era producto del deshielo de los picos de las altas cumbres.
No entendía la presencia de pinos en ese lago enigmático.
Deseaba salir a la superficie.
No estar más en ese lugar por mi desconocido.
No pude distinguir la voz que con firmeza me pidió,
controlara la ansiedad.
Eliminara, los miedos.
Ese personaje prometió sacarme del fondo de lago.
No eras vos.
Como si leyera mis pensamientos, relató: “Su hijo no ha
podido venir, está en una misión, al verla en el enigmático lago, solicitó viniera
en su ayuda, pues sola no podría salir.
Le pido se relaje.
Confíe en mí.
He aprendido mucho de su hijo por ello me eligió para el
rescate.”
Pidió le detallara cómo había llegado ese lugar.
Expresé el suceso tal cual ocurrió,
“Llevara pocos minutos, se trata de una travesura de
Poseidón, al ser el Dios de las Aguas no desea nadie ingrese en sus dominios.”
Estaba sometida a la voluntad de un joven desconocido,
dispuesto a brindar su ayuda.
En situaciones diferentes, el tiempo se eterniza.
Cuando estaba por rendirme pensándote, arribó una lancha.
Al subir me cubrieron con mantas, estaba con principios de
hipotermia.
La nave de prefectura no podía, llegar hasta donde me
encontraba por lo estrecho de ese sitio.
Antes de retirarse quien realizó todas las maniobras, sosteniendo
mis manos me pidió:
“Señora nunca olvide cuanto la quiere su hijo”
En segundos su figura se desvaneció.
Un sueño agridulce.
Creí era una buena oportunidad para vernos, cumpliendo la
posibilidad de darte un beso.
Los sueños expresan una parte de la realidad y el resto se parece a una ficción.
Desde que abrí los ojos, pensando en vos, percibo demorás, mi partida.
No solo en la realidad sino también en estado onírico.
Hijo no quiero vivir eternamente.
Es necesario estemos juntos.
He vivido, sin vos carece de sentido continuar.
Hoy te traje una letras de un escritor francés referente a los lagos.
“El lago
Autor; Alphonse de Lamartine
Así siempre empujados hacia nuevas orillas,
en la noche sin fin que no tiene retorno,
¿no podremos jamás en el mar de los tiempos
echar ancla algún día?
Lago, apenas el año ya concluye su curso
y muy cerca del agua donde yo le di cita,
mira, vengo a sentarme solo sobre esta piedra
donde ayer se sentaba.
Tú bramabas así bajo estas mismas rocas,
te rompías con furia en su herido costado;
así el viento arrojaba tus oleajes de espuma
a sus pies adorados.
Una tarde, ¿te acuerdas?, en silencio bogaba
entre el agua y los cielos a lo lejos se oía
solamente el rumor de los remos golpeando
tu armonioso cristal.
De repente una música que ignoraba la tierra
despertó de la orilla encantada los ecos;
prestó oídos el agua y la voz tan amada
pronunció estas palabras:
«Tiempo, no vueles más. Que las horas propicias
interrumpan su curso.
¡Oh, dejadnos gozar de las breves delicias
de este día tan bello!
Todos los desdichados aquí abajo os imploran:
sed para ellos muy raudas.
Con los días quitadles el mal que les consume;
olvidad al feliz.
Mas en vano yo pido unos instantes más,
ya que el tiempo me huye.
A esta noche repito: “Sé más lenta”, y la aurora
ya disipa la noche.
¡Oh, sí, amémonos, pues, y gocemos del tiempo
fugitivo, de prisa!
Para el hombre no hay puerto, no hay orillas del tiempo,
fluye mientras pasamos.»
Tiempo adusto, ¿es posible que estas horas divinas
en que amor nos ofrece sin medida la dicha
de nosotros se alejen con la misma presteza
que los días de llanto?
¿No podremos jamás conservar ni su huella?
¿Para siempre pasados? ¿Por completo perdidos?
Lo que el tiempo nos dio, lo que el tiempo ha borrado,
¿no lo va a devolver?”
Letras sensibles, llegan al corazón.
Nunca pude escribir una poesía para dedicártela.
Nuestras charlas son comunes, como las que mantiene
cualquier madre con su hijo.
Te extraño.
No es un latiguillo necesito verte prontamente y así poder
abrazarte como antes. Cuando nadie pronosticaba el horror de la ausencia.
Debo dejar de ser una
usurpadora de suelo terrenal.
No me corresponde y tampoco lo reconozco, por su hostilidad.
Ayer me dio vergüenza ajena, escuchar un pasaje del discurso
presidencial, en la Cimbre del G20, ofrecer saldar la deuda con energía eólica.
Para luego reclamar a los países ricos donen, parte de sus reservas.
Increíble pero real.
Si administraran bien, tendrían reservas.
La impresión descontrolada de billetes logra llevar la
inflación hasta las nubes.
Este hombre no tiene mejor idea que decir que le permitan
pagar con viento.
Mientras tanto el cincuenta por ciento de los chicos ingiere
alimentos de manera irregular.
Tesoro te amo.
El corazón está a punto de estallar por contener tanto amor.
Querido hijo siempre reitero el mismo pedido, hoy no será la
excepción, nunca olvides cuanto te quiere, mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=SnLOww3fndE
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