Thursday, November 11, 2021

SIEMPRE, EL TIEMPO


Buenos días querido hijo.

Te saludo en una mañana por ahora soleada.

Hoy seleccioné como imagen un reloj de arena, sucesores de los de agua nacidos,  en el año mil trescientos cuarenta y cinco usados por los navegantes para calcular las millas recorridas.

Tenían imperfecciones dado que el movimiento del agua producido a los barcos, lograba cada gota, pasara al otro cupo más rápidamente.

Al poco tiempo nacieron los relojes de arena.

Al ser más pesados los gránulos de arena podían medir el paso de las horas con más eficiencia.

Años después la tecnología mostraría los relojes más modernos y con mayor precisión.

Desde siempre Cronos sería el dueño de cada instante de la humanidad.

Tiempo para vivir.

Tiempo para morir.

Ecuación rechazada por todos aquellos  adoradores de la inmortalidad.

No sucedió, Cronos,  junto a los arbitrios,  del destino determinaron la existencia de cada ser viviente, rigiendo cada segundo de la realidad, llevándose de manera inoportuna como prematura a los seres luminosos como vos,

Jamás  estuve de acuerdo con semejante arbitrariedad, por ello no acepto tu ausencia.

Cuando te traje al mundo lo hice con la convicción que la tuya fuera más extensa que la mía y fuera vos quien pudiera despedir a su mamá.

Algo salió mal.

Ninguna mujer está preparada para despedir al ser que más ama en la vida.

En el cubo inferior de la imagen puede verse la luna en su fase menguante.

¿Será indicativo del final?

No encontré a nadie capaz de resolver preguntas tan sencillas, es más, evitan responderlas.

No evalúan el daño causado por el silencio.

¿Quién impide respondan interrogantes tan sencillos.

No cesaré en mi búsqueda de la verdad y de ese modo lograr atisbos de paz.

Nadie contempla mi necesidad de darte un beso al despertar.

No puedo evitar preguntar:

¿En qué  punto del universo podría hallarte para ser felices como en el ayer cada vez más alejado de los dos?

¿Volveré a verte, alguna vez?

¿Cuándo?

No es mi deseo otros dispongan por mí.

Buscando en cuadernos de la escuela secundaria encontré una poesía del reconocido poeta argentino Jorge Luis Borges, quien nunca obtuvo el Premio Nobel, por sus ideas políticas.

En esas competencias debe privar la obra del artista u no su manera de pensar.

Lo dejo aquí con la intención lo disfrutes tanto como yo.

 

“EL RELOJ DE ARENA

 

Autor: Jorge Luis Borges

 

 

 

 

 

Está bien que se mida con la dura

 

Sombra que una columna en el estío

 

Arroja o con el agua de aquel río

 

En que Heráclito vio nuestra locura

 

 

 

El tiempo, ya que al tiempo y al destino

 

Se parecen los dos: la imponderable

 

Sombra diurna y el curso irrevocable

 

Del agua que prosigue su camino.

 

 

 

Está bien, pero el tiempo en los desiertos

 

Otra substancia halló, suave y pesada,

 

Que parece haber sido imaginada

 

Para medir el tiempo de los muertos.

 

 

 

Surge así el alegórico instrumento

 

De los grabados de los diccionarios,

 

La pieza que los grises anticuarios

 

Relegarán al mundo ceniciento

 

 

 

Del alfil desparejo, de la espada

 

Inerme, del borroso telescopio,

 

Del sándalo mordido por el opio

 

Del polvo, del azar y de la nada.

 

 

 

¿Quién no se ha demorado ante el severo

 

Y tétrico instrumento que acompaña

 

En la diestra del dios a la guadaña

 

Y cuyas líneas repitió Durero?

 

 

 

Por el ápice abierto el cono inverso

 

Deja caer la cautelosa arena,

 

Oro gradual que se desprende y llena

 

El cóncavo cristal de su universo.

 

 

 

Hay un agrado en observar la arcana

 

Arena que resbala y que declina

 

Y, a punto de caer, se arremolina

 

Con una prisa que es del todo humana.

 

 

 

La arena de los ciclos es la misma

 

E infinita es la historia de la arena;

 

Así, bajo tus dichas o tu pena,

 

La invulnerable eternidad se abisma.

 

 

 

No se detiene nunca la caída

 

Yo me desangro, no el cristal. El rito

 

De decantar la arena es infinito

 

Y con la arena se nos va la vida.

 

 

 

En los minutos de la arena creo

 

Sentir el tiempo cósmico: la historia

 

Que encierra en sus espejos la memoria

 

O que ha disuelto el mágico Leteo.

 

 

 

El pilar de humo y el pilar de fuego,

 

Cartago y Roma y su apretada guerra,

 

Simón Mago, los siete pies de tierra

 

Que el rey sajón ofrece al rey noruego,

 

 

 

Todo lo arrastra y pierde este incansable

 

Hilo sutil de arena numerosa.

 

No he de salvarme yo, fortuita cosa

 

De tiempo, que es materia deleznable.”

 

No es necesario simpatizar con un artista sino valorar aquello  que es su vida de escritor.

Admirado por muchos compatriotas.

Rechazados por muchos otros, adoradores del autoritarismo rearando de imponer sus ideas como sea, sin dar lugar a los otros la posibilidad pensar  diferente.

Así nacen las marionetas con aspiraciones de poder permanente,

¿Para qué?

Tesoro de mi alma, nunca pensé la capacidad de extrañarte crecería de manera descomunal e incontrolable.

Te amo hijo querido.

Amor que debería ser considerado para dejarme ir a tu lado.

El suelo terrenal es tan tóxico  como hostil.

Tesoro en cada enlace que nos une más que siempre, he de pedirte por favor, nunca olvides cuanto te quiere mamá.

 

 

 

 

https://www.youtube.com/watch?v=e7GnvNaewLY

 


 

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