Hola hijo querido.
Te saldo en una mañana lluviosa.
Llora el cielo junto a mi alma.
Otro mes más sin tenerte.
La ausencia se siente a diario, los días de tu aniversario
destrozan el corazón y los pensamientos.
Desearía nuestras manos estuvieran unidas siempre, en el
cielo o en la tierra.
¿Qué puedo decir?
Te quiero y necesito en cada instante de mi existencia.
No hay mujer en el mundo que pueda aceptar, la partida de su
hijo.
Es el único duelo insuperable, por ello guardo todas las experiencias compartidas.
Fueron demasiadas, como para taparlas con un manto de
olvido.
Episodio antinatural.
No debió pasar nunca.
Los hijos son quienes deben despedir a sus mayores, seguir
creciendo y ser felices.
Te fuiste de manera, tempana.
En los últimos quince días conocí el horror de tu
padecimiento.
Lapso en el que no derramé una sola lágrima, dado que te
hacía, mal mi llanto.
Traté que el camino hacia el final de la vida, fuera sereno
y apacible.
Deseaba no pensaras en cualquier momento, el destino nos
separaría definitivamente.
Es cierto no pude verte más, corporizado.
Solo alguna vez en mis sueños.
Cuando el amor y empatía son tan grandes, la distancia se
acorta.
Las hilachas de mi alma serán las que te contengan
eternamente.
Los recuerdos compartidos, son los que aún, me sostienen, en
este suelo terrenal, que ha perdido importancia, careciendo de atractivos.
La mitad de mi existencia se fue con vos.
La otra mitad podría compararla con la de un autómata que se desliza por la vida, sin derrotero
definido.
En esas paralelas elegidas, arbitrariamente, por el tiempo,
intuyo, lo imposible, mutará a realidad
tangible, posibilitando, la unión de nuestras manos en ese cielo, cargado de
estrellas y la luna será cómplice del encuentro que más deseo.
Entiendo aquellos demoran en cumplirse, sin embargo avizoro
una nueva vida juntos en otro plano.
Serás mi luminoso guía, en los senderos del misterio.
Nunca imaginarás cuanto pido a Dios, otorgue la gracia de
estar juntos eternamente.
Juntos recorreremos, esos senderos por vos conocidos.
Tengo la certeza que pese a mis requerimientos cotidianos,
no depende de vos venir a buscarme.
Pareciera mi momento no ha llegado, espero con ansiedad
desmesurada llegue lo antes posible y así no separarnos nunca más.
Extiende un poco más tu mano para que pueda tomarme de ella.
Cuando ese logro, sea realidad, habré comenzado mi ascenso y
eternamente así, podremos iniciar el recorrido por los caminos donde brillan
las estrellas, constelaciones y cometas.
Hoy quiero dejarte, frase y citas de autores reconocidos,
quienes aluden a las manos que se necesitan como las nuestras.
Las dejo en nuestro espacio de encuentro cotidiano, con la
esperanza que puedas acceder a su contenido.
“«La mano es la vanguardia de la mente».
Jacob Bronowski.
«Está en tus manos crear un mundo mejor para todos los que
viven en él».
Nelson Mandela
«La mano expresa lo que el corazón ya sabe».
Samuel Mockbee.
«Las manos tienen su
propio idioma».
Simon Van Booy.
“La mano es la herramienta de las herramientas».
Aristóteles
«Un hombre que trabaja con sus manos es un obrero; un hombre
que trabaja con sus manos y su cerebro es un artesano; pero un hombre que
trabaja con sus manos y su cerebro y su corazón es un artista».
Louis Nizer.
«El arte de la vida es mostrar tu mano».
E. V. Lucas.
«No puedes estrechar
la mano con un puño apretado».
Indira Gandhi.
«Miro mi propio cuerpo; Con ojos que ya no son ciegos; Y veo que mis propias manos pueden hacer; El mundo que está en mi mente».
Langston Hughes.
«Lo que hace la mano,
la mente recuerda».
María Montessori.
«Dios nos ha dado dos manos, una para recibir y la otra para
dar».
Billy Graham.
«Toma mi mano.
Caminaremos. Solo caminaremos. Disfrutaremos de nuestro paseo sin pensar en
llegar a ningún lado».
Nhat Hanh.
«Ahora unan sus manos
y con sus manos sus corazones».
William Shakespeare.
«A veces, si desea
ver un cambio para mejor, debe tomar las cosas en sus propias manos».
Clint Eastwood.
«Somos los curadores de la vida en la tierra. Lo sostenemos
en la palma de nuestra mano».
Helen Caldicott.
«Extiende tu mano con
el alcance más fuerte».
Mary Anne Radmacher.
«A medida que envejece, descubrirá que tiene dos manos, una para ayudarse a sí mismo y la otra para ayudar a los demás».
Audrey Hepburn.
«Cuando pones tu mano
en una corriente que fluye, tocas lo último que se ha ido antes y lo primero
que está por venir».
Leonardo da Vinci.
«A menudo, las manos
resolverán un misterio con el que el intelecto ha luchado en vano».
Carl Jung.
Tesoro de mi existencia solitaria, te amo y extraño
desmesuradamente.
¿Cuándo pasarás nuevamente por mis sueños?
Recuerda están en mi poder, todos los besos que no has
recibido durante este tiempo.
Preciso tu ayuda para poder estrecharte en un abrazo
interminable.
Necesito sumergirme en la profundidad de tu bella mirada.
Bucear en ella para volver a conversar, sin utilizar el don
de la palabra.
Mis manos claman para reiniciar las caricias, ahora
ausentes.
Te pido vengas a buscarme.
Comprendo no depende de vos, el instante del final
definitivo.
¿Podrías intentarlo?
Puede resultar beneficioso.
¿A quién preguntar, cuando llegará el final?
Temo que a mi arribo, no puedas reconocerme.
Sí, serán nuestras almas quienes lo hagan.
Bonito hijo, quiero sepas, resulta muy difícil ocupar suelo
terreno.
Es incómodo, permanecer donde no se desea estar.
El espacio de una madre, está junto a su hijo.
Siempre requiero aquello que siento.
Recuerda, mi querido, debo erigir mi morada, cerca de la
estrella donde se halla tu hábitat.
¿Solicito tu ayuda para concretar ese sueño.
Te amo ser de luz, el amigo más fiel que he conocido,
compartiendo aventuras y alegrías.
Mi vida está en tus manos. Deseo alcanzarlas y no soltarlas
nunca más.
Como cada mañana, he de reiterar mi pedido, alimentado por
el amor que nos tenemos, pese a la distancia, impuesta por entes desconocidos a
quien no les importó el amor más puro, por
favor nunca olvides cuanto te quiere, Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=6IxAFIocxfk
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