Buenos días hijo querido.
Te saludo en una semana diáfana después de una noche lluviosa.
Caminado bajo la lluvia, pasaba una mujer con un paraguas de
color rojo.
Detenida en un semáforo, aproche para fotografiarla.
La lluvia logra que todo brille, incluyendo los comercios,
con sus luces encendidas.
El asfalto está resbaladizo.
Bienvenida el agua, después de tres años de sequía por el
fenómeno de “La niña” que afectó las zonas agropecuarias de nuestro país, donde
las cosechas fueron menores a las habituales.
Ello perjudica a los agricultores y a las escasas reservas
existentes en nuestro país.
La lluvia es beneficiosa para aquellos.
La mujer caminaba por
la calzada brillante, pese a que es una vía de circulación.
Quizás aprovechara el mal tiempo para reflexionar.
Ello me llevó a evocar cuando eras niño y salías de la casa,
acercándote a la calzada para lograr navegaran tus barquitos de papel.
Te enojabas cuando se hundían.
Eras demasiado pequeño para entender que el papel con el que
estaban construído, en contacto con el agua los hacían naufragar.
Te negabas a comprender esos episodios.
Hubiera sido importante detener el tiempo y así estarías a
mi lado.
Imposible realizarlo es Cronos el dueño de las manecillas,
del reloj.
Jamás detiene su marcha.
Mi pensamiento, pertenece al mundo de las entelequias que
nunca pasan a ser tangible realidad.
También recuerdo, tu fobia hacia los paraguas, diciendo,
solo se trataba del llanto del cielo y no te podía dañar.
Pese a ello en una ocasión, ante una llovizna persistente,
me retaste por no haber llevado la capucha de la campera, te respondí con uno
de tus axiomas, tu respuesta fue que en ese momento atravesaba un estado
gripal.
Quedaste en silencio, hasta que la ofuscación desapareció,
regalándome la más bella de tus sonrisas.
El enojo momentáneo solo duró, un instante.
Siempre estabas pendiente de mi salud.
Hoy necesito a ese ángel guardián a mi lado. protegiedome.
Cronos con la complicidad del destino autoritario, te arrancó de mi lado.
En solo quince días
te llevaron sin pedir mi permiso.
Esos recuerdos nublan la mirada, convocando a las lágrimas.
Jamás podré acostumbrarme, a la peor de las ausencias.
Por más que pasen los años siempre estarás adherido a las
hilachas de mi alma.
Para hoy seleccioné, como lo realizo a diario, frases y
citas de autores reconocidos, quienes refieren a la lluvia.
Las dejo en nuestro lugar de encuentro, ilusionada para que
puedas acceder a su contenido.
“La lluvia comienza con una sola gota.
(Manal al Sharif)
La lluvia es gracia, es el cielo que desciende a la Tierra. Sin lluvia, no habría vida.
(John Updike)
No te enojes con la lluvia; simplemente no sabe cómo caer
hacia arriba.
(Vladimir Nabokov)
Dices que amas la lluvia pero usas paraguas cuando llueve.
(Bob Marley)
Nunca llueve eternamente.
(Brandon Lee)
No te reserves para mañana. Mañana puede llover.
(Leo
Durocher)
Dormir con lluvia debería ser considerada la octava maravilla del mundo. (
Anónimo)
Tengo una teoría: si te enamoras bajo la lluvia, el amor dura más que si luce el sol.
(Sergi Pàmies)
Un banco es un lugar donde te prestan un paraguas en buen
tiempo y te lo piden de vuelta cuando empieza a llover.
(Robert Frost)
Si rezas por la lluvia, tienes que lidiar con el barro
también.
(Denzel Washington)
Llueve sobre el justo y también llueve sobre el injusto;
pero sobre el justo más, porque el injusto le roba el paraguas.
(Lord Bowen)
Sólo la lluvia deja una pasión equívoca en el banco vacío de los enamorados.
(Luis García Montero)
Un día perfecto puede ser soleado y también lluvioso,
depende de la actitud.
(Tana Davis)
Si la lluvia arruina el picnic, pero salva la cosecha de un
granjero, ¿Quiénes somos nosotros para decir que no debe llover?
(Tom Barret)
En los largos días de lluvia, también los instantes parecen cansados, corren con lentitud casi como para susurrar al mundo su tristeza. (Stephen
Littleword)
Creo en correr a través de la lluvia y en estrellarse contra
la persona que amas.
(Billy Bob Thornton)
Algunas personas
caminan bajo la lluvia, otras simplemente se mojan.
(Roger Miller)
Cuando llueva en tu desfile, mira hacia arriba antes que
abajo. Sin la lluvia, no habría arco iris.
(Gilbert K. Chesterton)
Cuando llueve comparto mi paraguas, si no tengo paraguas, comparto la lluvia.
(Enrique Ernesto Febbraro)
Las lágrimas de alegría son como las gotas de lluvia de
verano atravesadas por rayos de Sol.
(Housea Ballou)
Las gotas de lluvia hacen un agujero en la piedra, no por la
violencia, sino por la constante caída.
(Lucrecio)
Tesoro de mi existencia solitaria, te amo y
extraño de una forma difícil de dimensionar.
Recuerda debes pasar nuevamente por mis estados oníricos.
Preciso entregarte todos los besos que tengo acumulados para
vos.
Te pido ayuda para cristalizar, el anhelo de estrecharte en
un abrazo interminable.
Mis manos reclaman reiniciar las caricias suspendidas por la
crueldad del destino.
También deberás venir en mi búsqueda.
No es mi interés estar en suelo terreno, sin tenerte.
Es un martirio continuar, donde no se desea permanecer.
Ha llegado el momento de comenzar a erigir mi morada
definitiva, en una estrella cercana a tu hábitat.
Las flores del Paraíso Celestial crecerán, como si fuera un
vergel.
¿Cuándo vendrás a buscarme?
¿Cuánto más deberé,
esperar?
Mi querido, hijo, maravilloso ser de luz, amigo fiel, como
es habitual en estos contactos mágicos, en los que te puedo percibir a mi lado,
quiero repetir mi pedido de siempre.
Por favor, nunca olvides cuanto te quiere,
Mamá.
https://www.youtube.com/watch?v=I9eFEkZry8o
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