Friday, March 23, 2007

ESPIONAJE Y MUERTE

Candela residía en un lejano pueblo del Norte Argentino, allí trabajaba en una empresa que se dedicaba a la exportación de cítricos.
A fuerza de constancia y estudios, ahora era la encargada de producción, con el ascenso pudo comprar una pequeña casa , cálida, con vista a los cerros, a pocas cuadras de su casa corría un río de aguas cristalinas, era su oasis cuando no trabajaba, allí se reunía con sus amigos para disfrutar de su descanso.
Pocas cosas le gustaban más que ése lugar, era tranquilo, podía bañarse en sus aguas cuando el calor arreciaba.
Por las mañanas recorría las plantaciones, sentía felicidad cuando aspiraba el aroma de los cítricos o de los azahares en épocas otoñales.
Controlaba que las frutas fueran cortadas con cuidado y depositadas en los canastos de mimbre, una vez elegidas serían embaladas en cajones para exportar a Estados Unidos.
Llegó a su oficina con aires renovados por la naturaleza, como siempre abrió su correo y encontró un mail de su madre, su papá había enfermado, le pedía que viajara rapidamente, la situación era grave.
Sin dudarlo esa misma noche tomó un avión para dirigirse a Virginia.
Del aeropuerto fué al hospital, le llamó la atención que la puerta de la habitación estuviera custodiada, si bien su papá era agente de la Central de Investigaciones.
¿Qué mal podía hacer un hombre que estaba en sus últimos días?.
Le llamó la atención la palidez de su rostro, la dificultad para respirar.
Presurosa habló con los médicos, le informaron que su papá tenía un virus aún no detectado por ende no había tratamiento y su muerte sería inminente.
Audaz partió al edificio de la CIA en Virginia, quería saber todo, el motivo de una enfermedad repentina en un hombre sano.
El edificio se levantaba majestuoso en medio de jardines rodeados de flores, sin quererlo estaba entrando al corazón del infierno.
Fué recibida por un oficial de alto rango, atento le explicó que su padre había participado de misiones secretas, repentinamente enfermó.
Le aseguró que estaba siendo atendido en el mejor hospital, pero su mal no tenía razones entendibles.
En el camino de regreso al nosocomio suena el celular, con voz llorosa su madre le avisa que su papá había muerto.
El corazón de Candela dio un brinco al dolor sumó sospechas, rechazó un funeral de honor, realizó los trámites para regresar el cuerpo de su padre a la patria que lo vió nacer.
Esta tarea le llevó varios días, mientras tanto en la casa se preparaban para dejar suelo americano, no podía dejar a su madre y hermanos a merced de los enajenados.
En un bolso de mano puso varios sobres cerrados que abriría en el viaje.
Todo estaba listo, el pájaro plateado elevaba sus alas al cielo.
En su bodega iban los restos de su amado progenitor.
Mientras esperaba llegar a destino abrió las cartas, allí se enteró que su papá, había intervenido en muchas misiones secretas, algunas plagadas de irregularidades, tales como el bombardeo a la Embajada China, también la búsqueda de armas que nunca existieron.
En ese instante comprendió que el virus era veneno.¡Cuánto sufrimiento!
Hoy su padre descansa debajo de una planta de naranjos, perfumado por las flores que aparecen antes de dar sus frutos.
Está tranquila, sabe que perdió un importador, nada le importa, solo quiere venerar la vida de un hombre íntegro, quien siempre antepuso sus ideales a la mentira burda sin saber que ese sería el fin de su vida.

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